ToZ - ¿Un serafin y una humana?

Capítulo 8: Prometelo

Faltaban sólo tres días para la fiesta de Alisha, se ve que está ocupada y Lailah no deja de emocionarse, yo no soy de esas fiestas y mucho menos uso vestidos pero será una experiencia nueva; mientras Edna se peleaba con todos menos con Lailah, decidí tomar aire y salí a pasear por la ciudad, llegué a un lugar solo y me quedé observando al cielo, nunca lo había visto tan hermoso.

—Hola señorita.

Escuché una voz que me hablaba por la espalda, cuando me volteé me sorprendí de ver al serafin de viento de cabello largo y sin camisa.

—¡Nudista! ¿Qué demonios haces aquí?

—Zaveid, mi nombre es Zaveid...

—¿Qué es lo que quieres?— Saqué mis armas mientras lo miré de una forma desafiante.

—No vengo a nada de eso.

Levantó los brazos para darme a entender que no me atacaría pero no me daba confianza, es el serafin con el que peleamos fuera del templo de viento, además que Dezel se había alterado al verlo, seguí sin guardar las armas.

—¿Entonces a qué vienes?

—Te voy a pedir un favor.

Bajé las armas, igual me puse alerta en caso de que hiciera alguna tontería.

—¿Y bien?

—Eres la más cercana a Dezel, ¿verdad? Este es mi favor, no permitas que haga algo estúpido.

Me quedé confundida y Zaveid se comenzó a alejar, le iba a gritar pero mejor me quedé callada, estuve pensando en lo que dijo, ¿que no haga algo estúpido? No entendía nada, aunque ahora que lo pensaba detenidamente, Dezel y Zaveid pelean igual, es el mismo estilo de pelea, me preguntaba qué clase de relación tenían, eso me confundió más y mejor me fui a la posada mientras pensaba en lo ocurrido.

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—¡Alisha!

Alisha fue a la posada aprovechando que tenía un poco de tiempo libre, después de todo sólo faltan días para la gran fiesta, Sorey se emocionó de verla y gritó su nombre mientras se acercaba a ella.

—Veo que tienes mucha energía como siempre.— Ella sólo se reía, definitivamente ella y Sorey eran muy unidos.

—¿Necesitas que te ayudemos en algo en el santuario?

—No no, no puedo dejar que mis invitados ayuden, es algo de lo que debo encargarme yo.

—No tengo problema con eso, así tendrás más tiempo libre.

—Gracias por eso pero hablo en serio, yo me ocuparé de todo, antes de la fiesta vayan a mi casa, ahí les daré sus trajes.

—De acuerdo, igual si llegas a necesitar ayuda, aquí estaré.

—Ellos realmente son algo...— Edna no terminó la frase, simplemente se quedó callada y Lailah hizo una pequeña risa.

—A todo esto,— me acerqué a Alisha. —¿Bartlow no tiene problemas con esto?

—Ah, no te preocupes por eso, no se puede quejar, todos en LadyLake esperan la fiesta por lo que no podrá hacer algo al respecto, además mi maestra Maltran me va a apoyar en caso de que quiera hacer algo.

Hubo un silencio incómodo, después de lo que pasó en el templo de agua no éramos capaces de decirle a Alisha la verdad sobre Maltran, o eso pensé.

—Fíjate que curioso.— En cuanto Edna dijo esas palabras Mikleo la calló y eso provocó su furia, lo golpeó con su paraguas, Alisha estaba confundida.

—No le hagas caso a los amantes.— Dezel dijo eso con una sonrisa, Edna dejó de golpear a Mikleo y se acercó a Dezel.

—¡Retractate!

—Detente Dezel,— Hablé mientras lo miraba fijamente. —no quiero que te mate por decir eso.

—¡Si, así que retractate!

—Eres una molestia.— Solo se acomodó el sombrero.

—Se me olvidaba,— ¡Alisha al rescate del momento incómodo! —vayan dos horas antes a mi casa, mi sirvienta va a peinar a Rose, yo puedo peinar a Lailah y a Edna.

—Me soltaré el cabello, no hay necesidad de que me peines.— Lailah estaba muy feliz, parecía que ya quería ver su vestido.

—Ya qué. —Edna se calmó con lo de Dezel, pero no le agradaba mucho la idea de que la peinen.

Nos quedamos buen rato hablando pero Alisha tenía que irse para seguir viendo los preparativos, ya de noche volví a pensar lo que dijo Zaveid, Dezel se dió cuenta que me estaba preocupando.

—Rose, ¿qué te pasa?

—Dezel, ¿me prometes que no harás algo estúpido?

—¿De qué hablas?

—Ni yo lo entiendo.

—¿Eh?

—Da igual, prometelo.

Él dio un gran suspiro y se quedó callado unos segundos antes de responderme.

—De acuerdo, lo prometo.

Me lancé a la cama, y... de repente estaba en el suelo...

—¿¡Otra vez!?— Me levanté del suelo y lo miré enojada. —¿Acaso es divertido tirarme de la cama con el viento?

—¡Sí, como no tienes idea!

Comenzó a reírse, así que corrí hacia a el y de una tacleada lo tiré al suelo, de hecho yo también caí, su sombrero quedó tirado por ahí.

—¡No te metas conmigo!

Estaba encima de él, por dentro me causaba mucha vergüenza pero necesitaba vengarme.

—Tu cometiste el error de meterte conmigo.— Me dijo con una sonrisa.

—¿Si?

—Sí.

—¡¿Si?!

—¡Sí!

Me dió un cabezazo en mi mandíbula, entonces aprovechó para quitarme de encima y después se colocó sobre mi.

—¡Eso dolió idiota!

—Tu eres la idiota.

—¡¿Ah?!

—¡Tu eres la idiota!

—¡Y tu eres un hijo de pu--!

En ese momento se escuchó que abrieron la puerta de golpe, fue Edna.

—¡Ambos son unos idiotas! Todos podemos escuchar sus gritos.

—Ah,— Era cierto, estuvimos gritando. —lo siento.

—Además, si quieren hacer sus cochinadas tienen la cama, no hay necesidad de estar en el suelo.

Ambos volteamos a vernos, era la misma situación vergonzosa de cuando Mikleo nos vio, sólo que ahora me dió más vergüenza, Dezel se quitó de encima y yo quedé totalmente roja, no necesitaba verme a un espejo, sabía perfectamente que había quedado como un tomate; Edna sin volver a decir palabra alguna cerró la puerta, nosotros nos levantamos y no pude ni mirarlo a los ojos.

—Lo siento,— Dezel habló, seguí sin ver a sus ojos. —yo empecé la pelea.

—No te preocupes, yo me estaba divirtiendo, aunque rompiste tu promesa, iniciar con la pelea fue estúpido.

—Si lo fue, pero creo que la promesa que ni tu entiendes es algo más serio...

—Creo que ya debemos dormir, así que voy a cambiarme.

—De acuerdo.

Me fuí al baño y me quedé frente a la puerta pensando en la escena que había ocurrido, aunque fuera la misma situación de hace semanas esa vez lo había olvidado, ahora se me acelera mucho el corazón, cada vez somos más cercanos, la verdad me gustaría algo más que una amistad.