Capítulo 4: No tengo esa clase de sentimientos por él

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Me di cuenta que amaneció y me fuí despertando lentamente, dije "Buenos días" mientras miraba a Dezel en el suelo que seguía dormido, sólo suspiré y me levanté para arreglarme en el baño, después de estar lista volví a hablarle a Dezel y seguía dormido, aproveché la oportunidad de tomar su sombrero y me salí del cuarto mientras me lo ponía; en la sala principal estaban Edna y Lailah, pensé que lo más seguro es que Sorey y Mikleo fueran a explorar unas ruinas desde temprano, y como no había ninguna otra persona podía hablarles sin que pensaran que estoy loca.

—Hola chicas.

—Buenos días Rose.— Lailah estaba muy feliz.

—Hola.— Y Edna estaba seria como siempre.

Ambas me miraron con cierta curiosidad y Lailah hizo una leve risa, me quedé confundida.

—¿Qué pasa?

—El sombrero.— Edna apuntó con su paraguas al sombrero de Dezel, yo solo suspiré porque ya entendía la razón por la cual reían.

—Rose, déjame leer tu fortuna.

—¡Si! Yo creo en eso.

Lailah sacó unas cartas y las colocó frente a mi, me quedé pensando un momento y agarré la primera de la izquierda, Lailah la analizó y se puso muy feliz.

—No te preocupes, el amor de tu vida siente lo mismo por ti y pronto estarán juntos.

—¿Eh? No tengo el amor de mi vida...

—Claro que lo tienes.— Edna sólo miró al suelo mientras jugaba con su paraguas.

—A ti te gusta Dezel.

—¿Eh?— En ese momento comprendí porqué nos hacían tantas burlas, y sentí caliente mis mejillas. —¡A mi no me gusta Dezel! No tengo esa clase de sentimientos por él,— En ese momento Lailah volteó un poco hacia atrás de mi con cara de preocupación pero ignoré eso. —el que nos llevemos bien no significa nada, como si me gustara ese maldito.

Me di la vuelta con los ojos cerrados para irme indignada, pero al dar pocos pasos sentí que choqué con alguien, abrí los ojos y me di cuenta que era Dezel.

—No tomes las cosas de los demás sin permiso.— Me quitó el sombrero y se lo puso, al acomodarlo hizo un suspiro.

—¿Ocurre algo?

—No, no pasa nada.

Dezel se salió de la posada como si estuviera deprimido, lo cual me preocupó pero debía dejarlo solo, si no me dijo que le pasaba es porque necesitaba privacidad, así que sin decirle nada a las chicas regresé a mi habitación.

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—Mibo, Rose superó tu estupidez.

—¡No me llames Mibo!

Todos menos Dezel estábamos descansado en la sala principal, los chicos habían explorado unas ruinas desde la mañana y estaban muy cansados.

—No me digas estúpida, ni me bajes al nivel de Mikleo.

—¡Rose! No te burles de mi como lo hace Edna.

—Molestar a Mibo es cultura general.— Dijo Edna con tanta seriedad.

—¡¿Qué?!

Estas situaciones me dan risa, pero me sentía deprimida pensando en Dezel, ¿dónde está? Mi corazón latía muy fuerte sin razón alguna, ¿por qué late demasiado? ¿por qué me preocupo por él de esta manera? ¿por qué...?

—Rose, ¿te sientes mal?

La voz de Sorey me sacó de mis pensamientos y traté de sonreír.

—No, estoy bien, sólo me siento cansada.

—Rose,— Lailah se acercó y tomó mi mano. —deberías tomar algo de aire, tu sola.

—No hay problema, no me siento mal.

—Por favor.— Lailah se miraba triste y comprendí que me pidió que buscara a Dezel, no sabía porqué me lo pidió a mí, pero debía buscarlo.

—De acuerdo, saldré a tomar aire.

Salí de la posada y me puse a pasear por los rincones solitarios de la ciudad, Dezel prefiere ir a los lugares donde no esté nadie; después de media hora encontré a Dezel, volteó un poco y yo lo miré con enojo.

—¡Idiota! No vuelvas a salir de esa forma, se miraba que estabas deprimido.

—Rose, ¿qué soy para ti?

—¿Eh? Es obvio que eres un amigo.

Dezel ocultó su rostro con el sombrero.

—Ya veo.

—Sé que no quieres regresar a donde están los demás, si quieres salimos a pasear por la ciudad solos.

—¿Solos?

—Sí, le puedo decir a Lailah que tardé en encontrarte.

Tomé a Dezel del brazo y comencé a caminar, no se resistió, volteé un momento a su cara mientras le sonreía y miré todo su rostro como un tomate, además que alcancé a ver un poco sus ojos, de alguna forma mi corazón se aceleró y mejor dejé de verlo.

Duramos una hora paseando por la ciudad, estuvimos hablando de diversos temas actuales y cuando entramos a la posada Edna nos miraba con una mirada picarona.

—Así que tuvieron una cita mientras los demás se preocupaban, son perversos.

—Edna,— Crucé los brazos mientras hablaba. —por favor no hagas bromas.

—¿Ahora a quién debo molestar?

—¡A Mikleo!

—¡Perfecto!— Hizo una risa sádica mientras se alejaba de nosotros.

—Ella suele dar miedo.— Dije con una risa fingida.

—Ella es enfadosa.

En cuanto dijo eso escuchamos a Mikleo y Edna pelear, no pude evitar reírme, en eso Lailah iba caminando y nos vio, corrió hacia nosotros, parecía estar aliviada.

—Oh Dezel, estaba preocupada por ti, lo que escuchaste no es cierto.

No entendí de que hablaba.

—No... no me fuí por eso.

Y seguí sin saber de qué hablaban.

—Bueno, me alegro que regresaras.

—Tengo sueño.— Bostecé un poco y miré a Dezel. —Voy a regresar al cuarto.

—Es temprano, no deberías dormir mucho.— Dijo Dezel.

—Voy a tomar una siesta, una siesta.

Me regresé a la habitación y literalmente me lancé hacia la cama, me había sentido demasiado extraña y más con lo que me dijo Lailah, ¿por qué piensan que me gusta Dezel? Admito que me agrada estar con él, incluso me desespero cuando no lo veo, me gusta mucho estar a solas con él, me gustan sus ojos plateados, su rostro ruborizado y de alguna forma siento mi corazón cálido cuando lo veo sonre-

......

—¡Oh mierda!

No pude evitar levantarme de golpe, ¡realmente me gusta Dezel! ¡Aaaahhh!

ToZ - ¿Un serafin y una humana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora