Capítulo 29: Adiós Rose

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¿Por qué tienen que pasar los años?

"Nuestras vidas avanzan muy lento como para compartirlas con los humanos, pero son muy largas como para vivirlas solos."

Había escuchado esa frase hace mucho tiempo, lo único que siento es dolor.

Han pasado setenta años desde que Rose pudo verme por primera vez, tenía miedo, incluso empujó a Mikleo, desde ese momento me alegré un poco, ella podría verme, ella podría conocerme, ella podría pasar el rato conmigo.

El destino nos unió, yo tenía años amándola y resultó que ella se enamoró de mi después de un tiempo que nos conocimos.

¿Y ahora?

Yo me encontraba sentado en una silla que acomodé a un lado de su cama, ella ya no tenía fuerzas, era tan frágil, no me importaba que tuviera su cabello blanco ni que tuviera arrugas, para mí seguía siendo hermosa.

Lamentablemente ya no podría cuidarla, su momento se había acercado, yo estaba muy triste, me había quitado el sombrero para que Rose pudiera ver bien mi rostro, sentí un nudo en la garganta y sentía que comenzaría a llorar en algún momento.

—Dezel.— Habló con pocas energías mientras trataba se acercar su mano hacia mi, yo la tomé y la dejé sobre mi mejilla. —Gracias por amarme.

—Yo soy el que debería decir eso, gracias por amar a alguien como yo.

—Realmente adoro tus ojos.— No pude evitar sonreír.

—Nunca te pude ver con ellos, adoras mi mayor defecto.

Me di cuenta que sonrió al escuchar mi comentario.

—Gracias por cumplir la promesa.— Cuando era joven me hizo prometerle que iba a sonreír en sus últimos momentos, así que seguí sonriendo mientras seguía sintiendo ese nudo en la garganta. —Gracias Dezel.

Estaba demasiado cansada, cerró los ojos y su mano que seguía en mi mejilla se deslizó, la tomé rápido con mis dos manos mientras mi sonrisa desaparecía.

—Adiós Rose.

Finalmente sentí como las lágrimas salían, mi pecho ardía, poco a poco su mano se ponía fría, lloré en silencio, había perdido a la mujer que tanto amé, ella fue mi primer amor, mi primer beso, mi primera novia, mi primera vez...

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Estaba sentado frente a su tumba, como ella pidió hace treinta años, su cuerpo fue enterrado en las afueras de Lastonbell, es en una colina donde el viento cuidaría bien de ella, tenía días ahí, no sabía que hacer, en eso me di cuenta que Lailah, Mikleo, Edna y Zaveid habían llegado.

—Lo siento Dezel.— Lailah habló triste.

—No tienes que disculparte,— Hablé. —en algún momento esto iba a pasar. —Me levanté lentamente y seguí viendo la tumba.

—Seras, Hana, Alisha, ahora Rose.— Habló Zaveid, ni siquiera me sentía con ánimos de insultarlo.

—¿Sorey también habrá muerto?— Habló Mikleo con la voz algo cortada.

—No,— Lailah respondió. —él está con Maotelus, está bien, sólo se encuentra dormido.

—De acuerdo, tendré en mente eso.

Edna se acercó a mí y se le quedó viendo a la tumba.

—Entiendo perfectamente cómo te sientes, perdí a mi hermano, pero debes seguir adelante, tu cuidabas de ella, ahora ella cuidará de ti.— Me dí cuenta que me sonrió, sus palabras me hicieron sentir mejor, en eso el viento sopla tan fuerte que saca volando mi sombrero pero lo agarré rápido y me lo puse. —De seguro fue Rose, su señal dice "sigue adelante".

ToZ - ¿Un serafin y una humana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora