Capítulo 3: ¡¿Qué demonios preguntas?!

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Llegué a la posada y todo estaba tranquilo, por lo visto muchos salieron a visitar la ciudad, fuí a mi habitación y al abrirla vi a Dezel acostado en la cama, estaba dormido, yo me acerqué y me quedé viendo su rostro, de alguna forma me daba tranquilidad verlo así, me quité el sombrero y lo dejé en su estómago, suspiré y me senté en el suelo mientras me recargaba en la cama, pensaba que todavía estaba enojado pero en realidad sólo estaba dormido, aún así me sentí aliviada, y a la vez confundida, mi corazón latía fuerte y rápido, no comprendía lo que pasaba.

—No era necesario que te regresaras.

Me sorprendí y me levanté, vi que Dezel ya estaba despierto.

—Me preocupaste, te fuiste del santuario mientras estabas enojado, además debía regresarte el sombrero, es muy importante para ti, ¿verdad?

Dezel se levantó de la cama y se sentó en ella mientras se colocaba su sombrero.

—Si, pero no había problema si tú lo usabas un rato.

—Para la próxima no me volveré a regresar.

—Como quieras...

Sentí un poco de hambre y quería comer en la habitación, para que la gente no creyera que iba a comer mucho y sola.

—Voy por comida, ¿qué quieres?

—Cualquier cosa mientras sea carne.

—¿Y de tomar?

—Sólo agua.

—¡De acuerdo! Regreso en un abrir y cerrar de ojos.

—Que lenta, ya los abrí y cerré, aún no está la comida.

—Tú y tus chistes malos...

Dezel se rió un poco y salí de la habitación, definitivamente él se estaba divirtiendo, estaremos aquí más de un mes por lo que no debe estar amargado todo el tiempo.

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—¡Ya regresé!

Yo estaba en la puerta y Dezel la abrió, yo traía esas cosas con ruedas que usan los empleados cuando llevan la comida a sus huéspedes, alguien me quería ayudar pero le dije que yo podía hacerlo, metimos la comida y dejé esa cosa afuera, pedí lo mismo para los dos, eran filetes jugosos y yo en lugar de agua decidí tomar un jugo; Dezel comía mientras yo me quedaba pensando, es que Edna y Lailah hablaban tan normal sobre una relación entre un humano y un serafin, y surgió una duda que no pude evitar preguntar, antes de hablar Dezel se dio cuenta que aún no comenzaba a comer.

—¿Qué sucede?

—Pensaba en algo. Oye Dezel,— Él comenzó a tomar de su agua. —¿los humanos pueden tener hijos con los serafines?

Y escupió toda el agua en mi cara....

—¡¿Qué demonios preguntas?!

—¡No era necesario escupirme maldito ciego!

—¡¿Qué te pasa mujer?!

—¡Era una simple duda!

Agarré una servilleta mientras me limpiaba la cara, realmente me enojé con ese idiota, y no me respondió la pregunta.

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Terminamos de comer y no nos dirigimos palabra alguna, agarré los platos sucios y salí para dejarlo en esa cosa con ruedas, suspiré y pude ver a Mikleo.

—Rose, ¿estás bien?

—Hablemos a solas.

Comencé a caminar y Mikleo me siguió, salimos de la posada y fuimos a una parte de la ciudad que está muy sola.

—¿De qué quieres hablar?

—Es Dezel, una queriendo hacerle una pregunta normal y este termina gritandome, ese maldito.

—¿Qué pregunta?

—Me surgió una duda y le pregunté que si los humanos pueden tener hijos con los serafines.

—Debo admitir que no lo sé, y nunca pensé en ello.

—Al menos esa respuesta fue mejor que escupirme en la cara....

—Seguramente esa pregunta lo sorprendió demasiado, y más viniendo de ti.

—¿Pero por qué?

Mikleo se quedó callado, es como si supiera la respuesta pero no quería decírmela.

—Debemos regresar a la posada, tenemos poco que regresamos de visitar la ciudad y sería raro que yo no estuviera dentro...

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Ha pasado una semana desde que iniciamos nuestras vacaciones, Dezel y yo olvidamos eso y seguimos pasando el tiempo juntos, aunque sigue prefiriendo dormir en el suelo; decidimos ir a la casa de Alisha y por fortuna no estaba ocupada, nos quedamos en su jardín.

—Sorey,— Alisha habla mientras su sirvienta nos servía café a mí y a Sorey. —¿hasta cuando piensas quedarte en LadyLake?

—Nuestro plan es quedarnos al menos un mes.

—Perfecto, dentro de dos semanas voy a celebrar una fiesta en el santuario.

—¿Tú? ¿Organizando una fiesta?— Hablé mientras solté una pequeña risa. —¿Será divertida?

—Es una fiesta elegante para celebrar el aniversario de la creación del santuario.

—Aburrido...

La sirvienta entró a la casa y Alisha se le quedó viendo a Lailah.

—Perdón por no hablarles antes, no quería que mi sirvienta pensara raro.

—No hay problema, Alisha.— Lailah respondió con una sonrisa.

—¿Entonces debemos vestirnos elegantes?— Preguntó Sorey mientras se quedaba pensando.

—¡Sí! Habrá comida y un baile, gente importante va a ir y quisiera que todos te conocieran.

—¿Y por qué debo ir yo?— Me le quedé viendo a Sorey cuando hice la pregunta y volví a ver a Alisha. —Entiendo que Sorey sea una persona importante pero yo no veo razón alguna para estar ahí.

—Eres la escudera del pastor, tu también eres importante, además que eres mi amiga.

—¿Amiga? Buen chiste.

—Vamos Rose,— Lailah se me quedó viendo. —quiero que todos vayamos a esa fiesta.

—Pero no nos podrían ver.— Dijo Edna mientras abría su paraguas y se le quedaba viendo al jardín.

—¡Oooh! Edna, no seas cruel.— Lailah hizo pucheros mientras que Sorey se reía.

—Yo no tengo problema alguno.— Dijo Mikleo.

—Eso es una molestia...— Creo que no es necesario decir que amargado lo dijo.

—Vamos chicos,— y ahí va Sorey con su discurso. —Alisha no sólo nos invita a mi y a Rose, los está invitando a ustedes también, debemos ir todos.

Los únicos que se quejaron en voz baja fueron Dezel y Edna.

—Gracias Sorey, espero que disfruten la fiesta.

Después de hablar por un buen rato nos fuimos de su casa y regresamos a la posada, duré buen rato hablando con Dezel, y cuando oscureció me fuí a dormir.

ToZ - ¿Un serafin y una humana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora