Capítulo 11: No me cuestiones mujer

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Uno que inicia una relación pensaría que todo será perfecto, se querrían mucho y serían siempre felices...

Que vil mentira, no puedo salir a pasear por la ciudad porque Dezel mira con odio a todos los hombres que pasan cerca de mi, incluso le gritó a uno que se me quedó viendo: "¡Ella es mía, ni se te ocurra verla!" No se si eso es "lindo" o es tétrico, por eso mejor nos quedamos encerrados en la habitación de la posada, estábamos sentados en la cama y suspiré.

—¿Qué pasa Rose?— Dezel me abrazó por la espalda.

—Eres un problema,— Me quité a Dezel de encima. —antier iniciamos la relación y de un día para otro le causas miedo a los humanos.

Crucé mis brazos mientras lo miraba, él volteó para un lado.

—Lo siento, es solo que no quiero que te hagan daño, siempre he estado contigo.

—¿Con siempre te refieres  desde que estamos con Sorey?

—No, desde que eres pequeña he estado contigo.

—¡¿EEEHHH?!

Me levanté de la cama y me le quedé viendo fijamente esperando una explicación.

—Solo puedo decir que siempre te he estado protegiendo, no preguntes el por qué estuve contigo.

—Eso da miedo.

Dezel se levantó de la cama y me abrazó, me cargó un poco y me acostó en la cama, él también se acostó a un lado, estábamos de cara y él parecía cansado.

—No me cuestiones mujer.

—Lo dejaré pasar por esta vez, esperaré la explicación.

Comencé a acariciar su cabello pero de repente levantó su cabeza y no parecía estar contento.

—¡¿Qué demonios haces?!

—Fue idea de Mibo.

Escuché la voz de Edna a través de la puerta, sólo suspiré sin levantarme de la cama.

—¡No intentes engañarme mocosa! Ni siquiera está Mikleo contigo.

—Que buena observación, y decir que eres ciego.

Dezel se levantó de la cama y se dirigía a la puerta, en ese momento alcé mi cabeza para ver hacia la puerta, la abrió con mala gana y Edna se le quedó viendo.

—¡¿Por qué demonios estabas escuchando la conversación?!

—Si se peleaban y terminaban por algún motivo, no me lo iba a perder.

—Eres un demonio.

—Eizen decía que era niña buena.

—Pobre de tu hermano...

—Edna,— Me levanté de la cama. —deja de estar provocando a Dezel, esa no es la razón por la que estabas detrás de la puerta.

—Estaba aburrida, Mibo salió con Sorey por lo que no lo puedo molestar, tenía que venir con Dezel para molestarlo, sabía que si me ponía detrás de la puerta para escuchar la conversación, se iba a enojar.

Dezel se empezó a reír y con una sonrisa que no era de felicidad le habló a Edna.

—¿Acaso te gusta Mikleo?

Edna se quedó callada y eso me causó miedo, me acerqué lentamente hasta estar a un lado de Dezel.

—¿E-Edna?— Hablé con algo de miedo.

—Tienes suerte de que tu novio esté dentro de la posada, si hubiéramos estado afuera lo hubiera sacado volando.

Por la cara que tenía, no parecía estar bromeando.

ToZ - ¿Un serafin y una humana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora