•ONLY MINE•|Terminada| EN EDICIÓN

CAPITULO #20. "Puedes hacerlo"

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Entré a mi salón de clases, pero no vi a lagueht, que raro, el siempre asiste puntual al colegio, espero que no le halla pasado nada. Me senté en mi lugar correspondiente y la clase de fisica comenzó.

(...)
Tocaron el timbre de salida, espere a que todos salieran del salón, pues parecen una manda de elefantes queriendo salir por la diminuta puerta todos a la vez.
Una vez que el salón quedo completamente vacío, guarde mis cosas y me dispuse a salir, pero alguien me tomó del brazo y me giró, era kaneki, la verdad ya no se cómo comportarme con el después de lo que pasó hace unos días.

-¿me extrañaste, muñeca?

-¿q-que haces?.- pregunte al ver que me acorralo contra la pared.

-terminar lo que comenzamos.- su voz...su voz es muy distinta a cuando lo conocí, ha cambiado radicalmente desde que se lo llevaron de la cafetería en donde conocí a Ayato.

-por favor sueltame.

-¿por qué crees que lo haría?.- me tomó del mentón, y me fue  acercando a el hasta besarme, quería separarme, pero no conseguí nada, pues el me tomó con fuerza de la cintura y me pegó a el.
El beso fue salvaje, tanto, que pude sentir como una pequeña gota de sangre salía de mis labios.
De un momento a otro, paro en seco, y miró mi cuello:

-*risa* así que estuviste muy ocupada anoche.- dijo de forma burlona.- si Ayato te hizo suya, yo también puedo.- continuo diciendo mientras con una mano desabrochaba tres botones de mi camisa del uniforme, de igual manera trate de safarme, pero es demasiado fuerte:

-pierdes el tiempo, no te voy a dejar ir hasta que te oiga jadear mi nombre.- acercó su rostro a mi pecho y comenzó a dejar demasiadas marcas, incluso más de las que ayato dejo, suplicaba que parara, pero ignoraba completamente esto, tenía miedo, debo admitirlo. Con la misma mano, bajó hasta mis muslos, y los acarició, subió un poco más, y metió la mano en falda, quise gritar para pedir ayuda, pero al parecer kaneki vio mis intenciones y me cubrió la boca:

-shhh, tranquila, seré gentil, y verás que te terminará gustando.- acaricio mi intimidad, realmente me asuste, y le pateé la entrepierna, el se separó y se arrodilló quejándose, aproveche la oportunidad y salí corriendo lo más rápido que pude.

Cuando llegue al departamento, me recargue en la puerta con la respiración demasiado agitada, aún podía sentir sus manos en mi cuerpo, raro¿no?
Di un gran suspiro y me desnude, me duche y vestí nuevamente con un pantalón azul y una camisa gris, fui a la cocina y comí algo de fruta, me senté en el sofá y tome mi cabeza, me dolía un poco, así que tome una aspirina y me acosté, cerré los ojos y trate de dormir un poco, pero de pronto alguien abre la puerta bruscamente, me levanté de golpe y fui a ver quién es.

NARRADOR OMNISENTE~
___se acercó a la puerta, sitio en donde se encontraba Ayato sujetando una gran herida en su estómago, mientras que con otra mano se sujetaba de la pared para no caerse.

-¡Ayato!.- exclamó ella arrodillando se juntó a el.-¿¡qué paso?!.- exigió respuesta mientras lo miraba con desesperación

-me atacaron por la espalda.- dijo demasiado adolorido,___tomo su brazo y lo paso por su hombro, lo ayudo a levantarse y lo llevo hasta el sofá, ayato se dejo caer en el, mientras que la chica se volvió a arrodillar frente a el en cunclillas.

-¿hace cuanto que no comes?.- preguntó ella tomando su mano.

-3 ó 4 meses, por eso esta mierda no regenera.- ella miró la herida, era demasiado grande, como si lo hubiesen atravesado, miro a sus lado en busca de algo para comer, pero nada, las calles estaban vacías, a tales horas las personas no salen de casa, no había otra opción  y le extendió su brazo izquierdo a Ayato, quien la miro con confusión:

-adelante, puedes hacerlo.- sonrió cálidamente.

-n-no.- desvío la mirada.- no pienso volver a hacerte daño.

-y yo no pienso volver a perderte.- lo tomo de las mejillas y lo obligo a que la mirara a los ojos.- lo necesitas.- dijo poniendo unos de sus mechones violetas atrás de su oreja.

-p-pero.- sus ojos se cristalizaron

-porfavor...hazlo por mi.- sonrió nuevamente y el tomo con nervios su brazo, tenía miedo de que una vez que probara la carne no pudiera detenerse, así que se acercó lentamente, y enterró sus dientes disfrutando de la sangre que brotaba de ella, quien por su parte cerró los ojos evitando soltar un quejido. Ayato se separó de ella antes que la mordiera nuevamente, se relamió los labios cubiertos de muy deliciosa sangre a su parecer, la abrazo y escondió su rostro en el cuello de ella.

-lo siento.- dijo en un sollozo

-estaré bien.- acaricio su cabello mientras aspiraba el delicioso olor de Ayato, ese olor que lo caracterizaba.
Se separaron y ella vio la herida, la cual estaba regenerando se con rapidez:

-te amo.- dijo el mientras la tomo de el mentón acercando sus labios en un muy dulce beso digno del gran amor que se tenían...