14- Ups...

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Los dos estamos un poco sorprendidos, no me esperaba para nada que Matt fuera amigo de Roy, igual que no me esperaba que fuera el hermano de Luca.

Tras dejar mis cosas en la mesa del comedor y saludar al resto de mis hermanos, me dirijo a mi habitación.

Al llegar, cojo mi pijama y mi ropa interior y me meto dentro. Pero al abrir el grifo, el agua no cae.

-¿Es una broma? Venga... agüita... cae, cae... -tras soltar un resoplido de frustración, me rindo y voy al baño del pasillo.

Entro, me desvisto y ahora sí que me meto bajo el agua.
Al pasar unos 10 minutos, agarro la toalla y me envuelvo en ella.

-Mierda, mierda, mierda... ¡Me he dejado la ropa! -Cuando me calmo, pienso un plan para poder salir sin que ni Matt ni mis hermanos me vean.

Entreabro la puerta, miro hacia los lados y como no hay nadie, salgo de puntillas. Solo tengo que dar 10 pasos y conseguiré llegar.

-Venga... solo 5 más, 4, 3, 2...

-mmm... ¿Ale? ¿Qué haces? -¡mierda! ¡Solo me quedaba un paso! ¡UN PASO!

Mientras me giro bruscamente para encarar a Roy, suelto:

-Qué crees que hago Roy? - pero al verle, veo que no es él, sino Matt.

-Oh, mierda. ¡Tenías que ser tú! - es muy gracioso, ya que al verme mejor, repara en que solo llevo una toalla que no es que cubra mucho la verdad.

Después de meterme un repasón, se sonroja y aparta la mirada.

-Me ha encantado hablar contigo -nótese el sarcasmo - pero me tengo que ir, adiós.

Y sin darle tiempo a contestar, entro en la habitación.

De inmediato, me dirijo hacia el baño roto para coger el pijama. Me cambio y decido ir a buscar mis cosas.

Al bajar las escaleras, me encuentro con tres pares de ojos mirándome. Sin darle mucha importancia cruzo el pasillo, cuando desaparezco, oigo unos murmullos. Agarro la mochila, y salgo para volver a mi habitación. Pero en el momento en que ellos vuelven a mirarme, dejan de hablar. Me siguen con la mirada a cada paso que doy, hasta que pongo un pie en el primer escalón, entonces, un poco cabreada, me giro y les pregunto un tanto borde.

- ¿Se puede saber qué miráis tanto?

Matt aparta la mirada sonrojándose otra vez, Ben me mira, abre la boca pero no articula palabra alguna. Y Carlos, él me pega otro repasón, y antes de contestarme, se rasca la nuca nervioso.

¿Pero de qué?

-Bueno... esto... tu ropa...ya sabes... - sin dejarlo terminar, me miro y reparo en que llevo una camisa de tirantes ajustada y unos pantalones bastante cortos.

¿Pero que quieren? ¿Que vaya tapada como una monja en mi casa? ¡Ja! ¡Seguro!

-Bueno... pues si vais a estar en mi casa todo el tiempo, tendréis que empezar a acostumbraros.

Y girándome, empiezo a subir las escaleras rumbo a mi cuarto.

Pequeños SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora