22-BORRÓN Y CUENTA NUEVA

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-Ale, Ale... despierta, ya hemos llegado a tu casa...-mi brazo es sacudido por alguien, pero decido pasar de él, y seguir durmiendo. - Bien, si eso es lo que quieres...- Sonrío internamente al ver que he logrado mi objetivo y la persona ha dejado de insistir, pero esa felicidad es interrumpida cuando la puerta del coche se abre de repente haciendo que caiga de cara contra el suelo. Y no, no llevaba cinturón.

-¿Te has caído Ale?- pregunta Ash, a lo que yo respondo un poco demasiado sarcástica

-¡No! Que va... ¿Que te hace pensar eso? ¡Simplemente me he tirado al suelo porque necesitaba un abrazo!- tras decir eso, me levanto sobándome la cara, ya que la tengo llena de piedrecitas del camino. - Por cierto, ¿quien ha sido?

-Mmm... bueno... esto... es la venganza a lo que le has hecho a mi cara, así que estamos en paz. - me dice un sonriente Ry, a lo que mirándolo mal, me acerco hasta él para darle un zape, pero soy interrumpida por unas risas y un comentario de mi supuesta amiga Ash.

-Chicos, ya tenemos un video nuevo para subir a YouTube. - a lo que contagiada por sus risas, me uno a ellos.

-Ale, ¿entráis o os quedáis fuera?-pregunta Travis desde la puerta, a lo que los chicos responden que tienen que cosas que hacer, pero que nos veremos luego. A lo que yo les contesto que perfecto y que iré creando el canal de YouTube.

Al entrar, saludo a mis hermanos y me voy a la ducha, ya que estoy llena de granitos de arena que le he robado a la playa, y que por si os lo preguntáis, no le pienso devolver.

Como siempre, conecto mi móvil al altavoz y entro a la ducha, me lo tomo con calma, ya que después del día que he tenido, merezco un rato de descanso.

Al acabar de vestirme, me cepillo el pelo y justo al acabar, se oye un gruñido típico de los cavernicolas, al principio me asusto, ya que ha saber que ha sido eso, pero tras escucharlo otra vez, me doy cuenta de que ese sonido a salido de mi tripa que me está pidiendo a gritos, literalmente, que la alimente, por lo que sin discutir con ella, bajo corriendo las escaleras para llegar a la cocina lo antes posible. Pero como aún no estoy del todo seca, me acabo resbalando y mi culo acaba besando el frío y duro suelo. Mientras me levanto quejándome, me froto la parte herida, imaginando el horrible moratón que mañana aparecerá. Pero mi desgracia no se acaba aquí, ya que no puedo dar ni dos pasos maldiciendo mi mala suerte, que tengo que escuchar las risas de mis queridos hermanos.

-Bueno Ale, eso si que ha sido una buena caída ¿eh? Por cierto, tenemos pizza, la acaban de traer, así que mueve tu culo adolorido hasta aquí o empezamos sin ti. - y por si no lo sabíais, esa a sido mi querida hermanita pequeña.

-Bueno, ¿hacemos maratón de Star Wars?-

-¡Obvio!- le contestamos a Roy el resto de hermanos. Puede parecer raro, pero son nuestras pelis favoritas, y siempre que podemos las vemos.

Así que así pasa nuestra tarde, esparcidos por todo el comedor están todos nuestros amigos, sí, todos, incluido Matt. 

Alex iba a venir, pero un plan que le ha surgido en el último momento, hace que me anule, y no venga.

Han ido llegando, y se han ido añadiendo al plan de maratón. Estamos los hermanos en el sofá mientras que los otros, con cojines y mantas, se las apañan para estar cómodos. Cuando caigo en la cuenta de que se han acabado las palomitas, me levanto y recogiendo los bols, voy a la cocina a por más. 

Mientras espero a que se hagan, me siento en la encimera y miro insta con mi móvil, pero una tos me interrumpe haciendo que levante la mirada. Pero al chocarme con esos ojos azules, un sentimiento de rabia crece en mí. No lo había visto desde que había insinuado que era una zorra, así que como comprenderéis, no es que esté muy feliz de verle. Así que me bajo de la barra, y me dirijo hacia el microondas para sacar las palomitas, pero al dejarlas en la mesa, una mano me sujeta de la muñeca y me da la vuelta, haciendo que quede frente Matt. Obviamente aparto su mano de un manotazo, pero él es más rápido y me coge las dos manos y las pone alrededor de mi cintura, haciendo que quedemos más próximos el uno del otro, permitiéndome ver sus ojos azules desde más cerca, divisando que tiene unas motas de un azul más oscuras al lado de la iris. Ahora que me fijo, es moreno y tiene los ojos azules, es algo que no se suele ver, y que me llama la atención...

-Ale...- su voz me saca de mis pensamientos – ¿si te suelto me vas a escuchar o vas a salir de aquí?

- Depende, si me aburres me largo, sino me quedo ¿entendido?- un poco seca, pero no se merece ni que lo hable, así que estoy siendo buena.

-Vale...- suelta mis manos despacio y mirándome fijamente para prever si me escaparé o no, pero como le he dicho, solo me iré si me aburre. - esto...- esta nervioso, ¿que como lo se? Simple, su mano ha ido a su nuca y se la está frotando mientras evita el contacto visual conmigo.

- Bueno, solo quería decirte que lo siento, me porte como un capullo, no tendría que haberme puesto de esa forma y mucho menos haber insinuado algo que se perfectamente que no eres, así que lo siento... también siento haberte seguido la otra noche y haberte golpeado, aunque en mi defensa te diré que no era mi intención darte a ti, sino que era para el idiota de...- se calla al ver la mirada de advertencia que le acabo de regalar, así que rectifica y dice: - es decir, al muy buen amigo tuyo de Alex. - Asiento con la cabeza y el continua con su discurso – Así que... ¿me perdonas? ¿Podemos volver a empezar de cero?

Alargo la mano y le digo

-me llamo Alexandra, pero llamame Ale

-encantado de conocerte Ale, - me sigue el juego Matt y con una sonrisa añade- por cierto, mi nombre es Matt.

Tras reírnos, me ayuda a coger las palomitas y vamos al comedor para acabar de ver las pelis con el resto, entregamos la comida y los chicos agradecidos se saltan encima de ellas como perros hambrientos, la verdad, no se que harían sin mí, soy como la mamá de todos.

Pequeños SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora