La mano de Aomine era fría y fuerte.
Sentiste una sensación rara en el estómago.
-B-bueno... ya está bien, ¿no?- Te apartaste nerviosa. Aomine expresó confusión con el rostro.
-¿Qué pasa?- Preguntó, mirándote como si fueras alguna clase de alien.
-¡No es nada!- Respondiste al instante, casi interrumpiéndolo. Hacías gestos de negación con las manos.
Ambos se quedaron callados, mirando el suelo.
-De todas formas, Daiki...- Hiciste una pausa para ver su reacción.- *No pienso quedarme atrás... si cree que puede hacer algo tan atrevido como llamarme por mi nombre, entonces yo también lo haré...*-
Lo único que él hizo fue arquear las cejas.
-Desde ahora realmente tendrás que hacer lo que yo digo... ¿entiendes lo que eso significa?...-
-Se ve que te encanta mandar a las personas, estás desesperada por darme órdenes.-
-No se trata de eso, es simplemente porque soy yo quien entiende lo que tenemos que hacer, ¿o es que acaso tu entiendes de qué trata el trabajo?- Había un poco de burla en tus palabras y una pequeña sonrisa de triunfo asegurado. Sabías que la respuesta era no.
Daiki frunció el ceño.
-Bien... entonces empecemos.- Agregaste, dándote media vuelta y empezando a caminar.
-Oye, ¿A donde vas?-
-A cambiarme de ropa en mi habitación.- Te sonrojaste ligeramente.
-Seguramente vas a ponerte la falda de tu abuela...- Murmuró.
Fingiste no escuchar lo que dijo.
-Enciende la computadora.- Mandaste, sin mirarlo. -Espero que sepas como hacerlo.-
-No soy ningún cavernícola.- Replicó enfadado.
Subiste las escaleras sin tomarte el trabajo de pensar en una frase para contestar.
Entraste a tu recámara y tu cara cambió en seguida.
-¡Ugh, estúpido!- Reclamaste, apretando los puños y dando pequeñas patadas al suelo. -¿Así que la ropa de mi abuela, eh?- Abriste el armario violentamente y comenzaste a revisar toda la ropa que tenías. Cuando descartabas algo, lo lanzabas hacia atrás sin importarte donde cayera. No era que quisieras impresionar a Aomine... solo querías darle una lección.
Pero no había nada que te agradara.
Finalmente, te decidiste por una playera azul, de mangas cortas, y unos pantalones negros.
Te viste en el espejo. Mientras lo hacías te sentiste estúpida.
-*¡Cualquiera diría que quiero verme bien para ese imbécil!*- Pensaste, y luego saliste del lugar dando un portazo.
Bajaste las escaleras y viste al moreno sentado en el sofá mirando la pantalla de la computadora muy atentamente.
-*...¿A caso está intentando buscar información para el proyecto?*- Te preguntaste, observándolo cuidadosamente. El no había notado tu presencia.
De pronto, moviste un poco la cabeza hacia el lado para poder ver lo que Aomine estaba mirando.
¿Era una chica?
Te acercaste un poco más, tratando de no hacer ruido.
-¡Eres un cerdo!- Gritaste, haciendo que el muchacho volteara.
ESTÁS LEYENDO
Me enfermas (Aomine x lectora) (Completa)
FanficDesagradable. Ese sujeto es tan desagradable. Me enferma. Pero... ¿Por qué no puedo alejarme de él?... ¿Por qué siento la enorme necesidad de estar a su lado?