"Creo que te gusto"
Pasaste como una ráfaga por los pasillos. Sentías que todos estaban mirándote.
Esa sonrisa burlona que Aomine tenía estampada en la cara se te había quedado pegada en la mente.
Te habías equivocado enormemente. Todo había permanecido tranquilo, tus días en el colegio habían mejorado. Ahora toda tu paz estaba arruinada, y la culpa no recaía en otro si no en ti.
Satsuki te lo había dicho, pero hiciste caso omiso a sus palabras. Todo porque tu estúpido orgullo quería poner al moreno en su lugar.
Entraste a tu salón, donde no había nadie. Se encontraban en el descanso y el clima estaba demasiado caluroso como para que alguien se quedara.
Te sentaste en tu pupitre y agarraste tu cabeza con ambas manos, para luego apoyarte en la mesa. Te veías acabada. Ese era el efecto que ese estúpido tenía en ti.
"Creo que te gusto"
"Creo que te gusto"
-¡Agh!, ¡idiota!- Gritaste finalmente, sin poder contenerte.- *¿Quién se ha creído?, vaya imbécil... no voy a permitir que piense que estoy enamorada de él, ¡es que la sola idea es ridícula!*- Pensaste, mirando hacia la ventana y tamborileando los dedos.
Resoplaste. De cierta forma, sentiste que tenías la culpa. Le dabas la razón en un solo punto: no tenías por qué andar dirigiéndole la palabra. No valía la pena. Ciertamente habías querido hablar con él por causa de Momoi y el resto del equipo, pero tus ganas de plantarle cara a Daiki habían influido bastante en tu pésima decisión.
Te golpeaste la frente, castigándote por tu estupidez.
Ya era suficiente. Esta vez era definitivo: ibas a alejarte de Aomine Daiki para siempre, y no volverías a pasar rabias por él.
Te tragarías ese orgullo que tenías tan presente, y aunque el muchacho intentara hablarte (aunque no creías que eso pasara, para ser sincera), tu no le prestarías atención alguna.
No querías que ese imbécil se atreviera tan siquiera a pensar que estuvieras interesada en él.
Definitivamente no.
Golpeaste tus mejillas con un poco más de fuerza de la necesaria, como para quitarte la amargura que se te había quedado.
Te fuiste a tu casa con rapidez a penas sonó el timbre de salida. No querías ver a nadie, aun tenías que mentalizarte con tu decisión.
-*Mañana todo será mejor*- Te dijiste a ti misma, con expresión firme.
Estabas en tu habitación, comiendo galletas mientras leías una revista, cuando tu celular empezó a sonar. Lo tomaste para ver de quién se trataba.
-¿(T/N)-chan?- Te habló Momoi desde el otro lado del teléfono.
Arqueaste las cejas.
-Satsuki-chan... ¿qué pasa?- Preguntaste un poco nerviosa.
-Uhm... hoy te fuiste sola, y después de que dijiste que hablarías con Aomine-kun desapareciste...- Parecía estar siendo muy cuidadosa con sus palabras.- Asi que... ¿Sucedió algo malo?... discutieron, ¿verdad?- Preguntó finalmente.
Tu corazón empezó a latir con rapidez. Sabías que te lo preguntaría.
¿Qué debías decirle?
-*¡Soy una estúpida!... ¡tuve toda la tarde para planear cómo contestar a esa pregunta!*- Pensaste, apretando los dientes.
-¿(T/N)-chan?- Insistió la peli rosada, al no oír ninguna respuesta.
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Me enfermas (Aomine x lectora) (Completa)
Fiksi PenggemarDesagradable. Ese sujeto es tan desagradable. Me enferma. Pero... ¿Por qué no puedo alejarme de él?... ¿Por qué siento la enorme necesidad de estar a su lado?