Aquí va a haber tema

2.2K 27 0
                                    

Estaba acostada en la cama mirando al techo sin poder dormirme.

Al llegar a casa, lo primero que había hecho, había sido contárselo todo a Caroline. Ella se rió cuando le dije que me había besado y que yo no le había cruzado la cara de una bofetada. Ella había dicho que entonces era que el chico me gustaba pero yo lo había negado todo. Me negaba a que entre Lucas y yo pasara algo de verdad, eso sería como rendirse y yo no era de las que se rendían. ¡Por el amor de Dios, que estaban obligándome a casarme con el chico! ¡Esto es el siglo XXI no la prehistoria! Las mujeres habíamos luchado por nuestros derechos durante siglos y todavía hay gente que se cree que puede venir y controlarnos porque sí.

Arggggg. Si cedía a los impulsos que me llevaban a él, porque no podía negar que había química, estaría traicionándome a mi misma y a mis principios de libertad y no iba a permitir que eso pasara.

Me quedé dormida pensando bélicamente contra los hombres en general.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

-Despierta Beth –susurraba alguien a lo lejos. –Vamos, levanta.

Abrí los ojos muy despacio y me encontré con la cara sonriente de Caroline que llevaba una bandeja con mi desayuno en las manos.

-Tienes que prepararte, tus padres ya han elegido casa y han decidido que te mudes hoy –me dijo con voz tristona –ellos se han ido temprano a un viaje de negocios, volverán dentro de una semana.

Gruñí y me tapé la cara con la almohada, era la peor noticia que podrían darme pero ya me la esperaba, mis padres querían librarse de mí lo más rápido posible.

-Levanta Beth –me ordenó Caroline quitándome la manta de encima.

-Caroline, te quiero, pero no voy a salir de la cama para irme a vivir con un idiota yo sola.

-No vas sola, yo voy contigo –dijo ella con un tono mucho más alegre.

-¿De verdad? –susurré esperanzada al no tener que estar sola en una casa ajena.

Ella asintió enérgicamente con la cabeza y yo me levanté de un salto para abrazarla.

-Arréglate. Vamos, rápido.

Me fui danzando hacia baño y salí de él con la misma danza.

Caroline estaba frente a mi armario sacando ropa y metiéndola en las maletas.

-Te he separado un conjunto, yo ya he hecho mis maletas –dijo sonriéndome para darme ánimos.

Miré hacia la cama y vi lo que me había preparado Caroline. Definitivamente ella sí que me conocía.

Sobre la cama había una sencilla blusa de tirantes negra con las palabras “What are you watching for, bitch?” escritas en blanco delante, un short vaquero desgastado en la zona del trasero y en los muslos, unas sandalias romanas hasta media pierna, mi pulsera de cascabeles de plata, la cuerda de la que colgaba el diente de una leona que Caroline y Maddie me habían regalado por mi quinceavo cumpleaños, ellas decían que yo era como una leona, sabía cuidarme sola, defenderme a mí y a mi familia, y mucho cuidado con el que te provoque, había dicho Caroline.

Me puse el conjunto feliz ¡Por fin algo mío! Me recogí el pelo en una coleta alta dejando que los mechones sueltos me cayeran sobre la cara, me puse un poco de lápiz negro y rímel y luego ayudé a Caroline con el resto de mi equipaje.

-Ahora sí que pareces tú –dijo ella sonriendo mientras me observaba.

-Lo sé.

. . . . . . . . . . . . . . . . . .

No quiero enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora