So close and still so far

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-Rápido Caroline –la apuré.

-Vale –gritó ella desde dentro de la habitación –ya estoy.

-Preciosa –le dije cuando vi el sencillo vestido de verano rosa pálido que yo le había comprado.

-Aquí tienes, sé que te encantan –le pasé los tacones nude y mi tobillera de la suerte.

-Gracias –respondió mientras se los ponía.

Cogimos el Mercedes y fuimos a recoger a Cam.

-¡Cam!

-¡Caroline!

Se echaron la una a los brazos de la otra y rieron felices.

-El CD de música especial –Cam me tendió el CD y yo lo puse en el reproductor.

-Eric se reunirá con nosotras en el restaurante, tenía que arreglar unas cosas en la discográfica –nos informó Cam.

Nos pasamos todo el viaje hablando de todo. Cam nos contó lo del embarazo, ya estaba de seis meses, y yo le conté lo de mi compromiso.

-¡Oh, Dios, eso es horrible! –exclamó Cam.

-Sí, mi padre se ha superado –comenté triste. –Pero la verdad es que Lucas no es mal chico –dije a favor de Lucas.

-Eh, un momento, yo me he perdido algo ¿Te obligan a casarte con ese chico y tú dices que no es malo? La Beth que yo conozco lo estaría poniendo verde de pies a cabeza.

-Sí. Exactamente, pero es que se han besado, y a Beth le ha gustado porque el chico conserva su cara sin ninguna marca de mano. Lucas es muy guapo y es muy simpático, trata a sus empleados con amabilidad, igual que Beth, además me parece que ese chico ya se ha enamorado de Beth –soltó Caroline alegremente.

-Eh –protesté –que no me gusta.

-Ya entiendo –dijo Cam asintiendo con la cabeza.

-No hay nada que entender. Él no me gusta y no está enamorado de mí.

-No es lo que yo veo –canturreó Caroline.

-Pues si ese chico está enamorado de ti, no lo sé, pero tú de él, desde luego que sí –dijo Cam a su vez.

-No estoy enamorada de él –alcé la voz un poco pero Caroline y Cam siguieron en sus trece.

-¿Cuánto tiempo crees que aguanta negándolo? –le preguntaba Cam a Caroline.

-Yo no niego nada –seguía protestando.

-Mmm, yo diría que una semana como máximo –respondió Caroline –Yo creo que este puede ser “el chico”, ¿tú qué dices?

-Nadie va a ser “el chico”

-Que voy a tener que conocerlo porque esto no pasa todos los días.

Me estaban ignorando olímpicamente así dejé de protestar y me concentré en la carretera intentando no oír sus apuestas sobre Lucas y yo.

Llegamos al centro comercial y me bajé del coche con un mohín de enfado. Cam y Caroline se rieron cuando me vieron así.

Encontramos una tienda de bebés y empezamos a mirar ropita, biberones, juguetes. Compré todo lo que pude.

Mi padre, al cumplir los quince años me había dado una tarjeta de crédito en la que ingresaba frecuentemente cheques con muchos ceros, así que no reparé en gastos al comprar cosas para el bebé.

También donaba mensualmente dinero a distintas organizaciones benéficas y ONG. Algunas veces me daba tanto dinero que yo no sabía qué hacer con él ya que Maddie me había enseñado a ahorrar y utilizar bien el dinero.

No quiero enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora