Hasta la sombra

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Y de pronto desperté con esa bien conocida jaqueca que solo provoca el alcohol, con ese dolor de cuerpo que solo se siente con una buena pelea la noche anterior, con esos bellos segundos en los que tu mente está apagada y no logra colarse ningún pensamiento. Ese pequeño aturdimiento en el que miras a tu alrededor desconociendo todo. Ese bello momento tan añorado para mí, que realmente nada te importa y solamente eres tú en tu estado más puro, sin enojos, sin miedos, sin presiones, sin pasado, sin recuerdos dolorosos, solo tú y ese lugar que intentas descubrir que paso. Y trágicamente esa es la clave de la detonación para la activación de la memoria. En ello ya estás perdido por que de igual manera que tu mente era un simple una marea que calma se mantenía constante ahora se ha vuelto un mero remolino de sensaciones. El recuerdo comienza a hacer estragos, y todo de manera lenta comienza a llegar a mí en recuerdos nítidos. Como si mis ojos fueran cámaras, comienzan a aparecer las fotos de lo que me condenara mi conciencia. La ruta impávida extendida hacia mí con mis manos en el volante, el escondite frio detrás de un bar, mis pies apurando el paso ante la figura de un hombre. Mi mano sosteniendo el frio del arma; el rostro agonizante pidiendo piedad, mi mano impasible dándole fin. Ojos fijos perdiendo el brillo, extinguiéndose toda señal de vida en ellos. Todo ello se agolpa en mi mente de manera incesante ante mi reticencia a ello, es increíble no importa lo mucho que pase, el ser humano nunca dejara de recordar cuando ha dado a fin a una vida bajo su mano. Con mis ojos comienzo a indagar el lugar encontrando pilas de botellas de alcohol rodeando mi departamento me asumen en la certeza que aunque pase todo el tiempo del mundo y tome todo el alcohol del planeta simplemente no pod y no consigo sacarme cada puto detalle.

Me levanto algo aturdida aun pensando en que hacer, un vestido verde decora el piso. Noto el sonido de la ducha, es posible que estar tan absorta en mis pensamientos que abombe mis sentidos. Realmente la mente humana. Como si fuera llamada por mi duda aparece una hermosa mujer atreves de la puerta. Mirándome de manera intrigante mi rostro serio, con una sonrisa entre divertida y perspicaz me llama diciéndome que era muy mala por negarle mi sonrisa desde tan temprano, solo le miro ausente aunque no indiferente a cada una de sus muy pronunciables he apetecibles curvas. Se me parte la cabeza es mi escusa y procedo a tocarme la sien como para afirmar mi declaración. Algo en ella cambia su mirada logra deslumbrar un brillo algo inquietante. "Si deseas te puedo ayudar en ello Natsuki-chan". Repite la pelirroja en modo provocativo procediendo a comenzar a quitándole lentamente la camisa a la peliazul.

"BAAKAAAAA!"- dice en un grito mientras sus mejillas siguen encendidas

Cálmate Natsuki, ya me desquitare en la noche –dice giñando el ojo, y procediendo a colocarse su vestido.

Eres una baka- emite en un susurro cada vez más bajo. llegando a una expresión triste.

La pelirroja solo queda analizando mi rostro, en silencio durante unos segundos. Seguido termina su tarea de colocarse su prenda procede a pedirme ayuda para que acabe de subirle el cierre de su espalda. Con un dejo de cariño y con el amor como si le estuvieras hablando a un niño que sueña con castillos en el aire. Pronuncio su frase final, un frio beso en la mejilla y desapareció por la puerta.

El alcohol sirve para curar las heridas del cuerpo, las del alma solo sirve el amor.

Mi mente divago demasiado en esa afirmación, llegue solo a una conclusión. Ni alcohol, ni una noche de sexo pagado me dan paz, y realmente la sangre de ese infeliz tampoco logro saciar mi alma, ni siquiera dándole venganza.

Me reclino y me aisló en medio del lugar donde es más difícil encontrarme a mí misma, así es, en medio de una multitud de personas corriendo de un lugar a otro.

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Recomendación de la escritora: Poner en YouTube No necesito nada de No te va a Gustar y escuchar antes de comenzar la siguiente parte de relato....

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Recuerdo la primera vez que le con esos ojos turbios celestes cielo, su forma de moverse al compás de la música, en medio de toda la gente eras solo tú, como sui un reflector te iluminara solo a vos. El tiempo se detuvo se quedó pausado delante de mis ojos, no podía moverme ni pensar, en ese momento solo respiraba para poderte contemplar. Tu cuerpo, tus curvas, tus ojos tu cabello dorado que se ondeaba en el aire, y allí sucedió tus ojos se fijaron en los míos y me perdí irremediablemente delante de ti, esta ante tus pies, me sonreíste y alzaste tu mano en pos de mi como señal para que me acercara. Mis pies en acto autónomo me llevaron hasta ti, te contemple con más cautela y me invitaste a bailar, en ese momento comenzó cuerpo a cuerpo nuestros movimientos eran completándose era una danza al ritmo del electro, que lentamente fue perdiéndose todo primero la música dejo de sonar, luego la gente desapareció y finalmente eras tú y yo.

Pasamos en ese momento glorioso donde perdimos la noción de todo, todo acabo en su voz aterciopelada diciéndome que vallamos a un lugar más privado terminamos en su departamento, y con lo obvio le pusimos el broche de oro a la noche.

Si tuviera que elegir una frase para describir nuestro momento con la bella Alissa citaría al canta autor Arjona, "para que describir lo que hicimos en la alfombra, si basta decir que le bese hasta la sombra y un poco más" ;)

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Alissa se ha dormido luego de esa lucha salvaje y a la vez dulce y tierna que llamamos sexo. Más que ello le hecho el amor, con amor. En medio de ese mar de sus ojos, supe que podía navegar tranquila, en medio de esa quietud me alumbro el recuerdo de Shizuru, de la sangre de Taketa, un escalofrió recorre mi cuerpo, pero me estrecha en una abrazo, es Ali que apega más mi cuerpo al suyo. Giro delicadamente esperando no despertarle, sus ojos siguen cerrados, su respiración rítmicamente en esa fase de descansó, deposito un dulce beso en la mollera de su cabeza.

No puedo negar que no sé adónde valla a llegar esto, que tal vez solo sea de esos amores de sexo de una noche, pero algo debo asegurar, que el miedo de los ojos fuego de Fujino-sama y la sangre de Taketa no tienen tanto efecto como despertar con ese mar calmo ante mí. Esos cabellos como el sol y para que hablar de esas sonrisas. Carajo recién la conozco no se puede enamorar así que no?


Entraste como un rayo de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora