Capítulo 16

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Su cuerpo dormido ante mi. Sus labios rojos, su epidermis totalmente expuesta. Su placido rostro que solo una noche de sexo excelente puede proporcionar. Es increíble todo lo sucedido en solo un trascurso.
                        
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HACE UN MES

La puerta delantera es azotada con un grito, grito que contiene el nombre de la dueña de la residencia. La mano de la mujer toca bruscamente repetida cantidad de veces. Desea aturdir a la propietaria. Pero todo es en vano. Cansada de su mala suerte, la castaña opta por hacer uso de otros métodos. Retrocede dos pasos, avanzando nuevamente dos. Su pierna derecha toma la fuerza de un roble, su izquierda le brinda sostén. Sus manos ayudan a la acción brindando el peso del cuerpo en compañía de su maniobra. La puerta cae inerte ante la entrada. La castaña posiciona una postura de relax, su mano izquierda guía su cabello hacia atrás. Con una mirada rápida examina que sus taco aguja sigan en su lugar. Toda perfecta con una sonrisa de victoria ganada se encamina a paso decidido hacia el interior de la residencia. Una cómoda y tranquila casa le es expuesta ante su mirada. Ella solo observa con cautela, busca algo. Recordé el lugar. Habitación por habitación. Su mirada se posa en una cantidad extravagante de botellas de bebidas alcohólicas. Detrás de la pila, el cuerpo inerte le es presentado. El traqueteo de su calzado es lo único que se oye mientras se dirige.

- Natsuki- dice con voz suave. Mientras examina el rostro de la ojiverde.

- Natsuki- dice mientras palmea el rostro con algo de molestia.

- ¡NATSUKI¡- Grita ante la mala suerte que se halla expuesta. La menor no reacciona. Solo queda decir, que la única medida eficaz ha sido la ayuda desmesuradamente de algún dios que se mantuvo en el anonimato que ayudo a Shizuru a trasladar el cuerpo a la bañera. El contacto del agua helada provoco la resurrección de Kuga.

- Parece que todo te gusta a lo bruto a ti- se quejo la mayor.

- Como lo sabes no- dijo en tono gastado la peliazul. El agua era helada, su cuerpo le pedía que se moviera que saliera de allí, lo emitía en los escalofríos le correntian. Pero era incapaz dentro de si, se había fugado todo.

- No es necesario que te vuelvas esquimal, era solo para que te despertaras- dijo en tono conciliatorio la empresaria.

- Aja- contesto. Su voz era lejana, agotada, forzada. Como si fuere algo totalmente ajeno a su garganta.

- Sal de allí- dijo de manera molesta Shizuru. Hacia demasiado tiempo que no sabia de la otra.

- ¿a que viniste Shizuru?- gruño

- Como a que viene es obvio. Vine a verte, a saber que carajo te pasa que no apareces- dijo en tono molesto este juego no le estaba gustado.

- Debiste quedarte lejos no estoy con ganas de visitas- dice su voz queda suena como dentro de un bote. Como evaporándose en el aire.

Quiero ayudarte, pero no logro entender que sucede- dijo Shizuru de manera comprensiva acercándose a ella. Ella le miro, con sus orbes vacíos, sin vida. Shizuru vio extenderse la persiana cristalina.

Déjame ayudarte- susurro. Su tono cargado de ternura, algo se estaba gestando en su pecho. Impotencia sentía. No deseaba que Natsuki sufriera, desea cuidarte de todos y todo.

Ella… ella- balbuceaba Natsuki, su labio inferior aumentaba la velocidad. Lagrimas suicidas bajaban por su rostro empapando sus mejillas.

Natsuki- pronuncio Shizuru cargado de ternura. Tomo sus manos en señal de apoyo. La joven parecía una niña. Indefensa, débil. Su pecho bajaba y subía de manera abrupta. Su rostro denotaba el sufrimiento en el que se hallaba.

Ella se fue. Ella se fue- repetía la frase, a media voz. Entre balbuceos, entre afonía.

Ella me abandono- libero de su boca. La frase completa y se sumió en la emoción. En el pozo mas hondo del llanto. En ese lugar donde te comienzas a consumir a ti mismo en emociones. Donde no acabas de llorar y de dejar sentir el dolor. Sino que se extiende. Allí, allí estaba Natsuki. Desbordada en un abismo de sensaciones palpitantes que eran solo comparables con cristales. Ella caminaba en cristales. La voz de Shziruru le consolaba, pero no le escuchaba. La única voz era la de su cabeza y de las miles de emociones que le envolvieron. La traición y el abandono habían hecho un torbellino emocional que arrastraron a Natsuki hasta lo mas hondo del sentimiento y finalmente en el fondo uno solo decide ahogarse. Lloro todo lo que quiso. Hasta que la garganta le pedía parar. Hasta que se le secaron las lagrimas. Hasta que su cabeza no era ni siquiera capaz de emitir pensamiento. Y allí se di cuenta de algo. Que sin esa persona que acariciaba su espalda y le tenia contra su pecho, sin ella. Natsuki hubiera decidido darle the end a su vida. Shizuru le pidió que tomara agua. Y la tomo. Aunque le dio repulsión. Comió. Aunque vomito luego. Pero lo hizo. Y Shizuru lo hizo. Si, esta vez no la dejo con ese océano de emoción que amenazaba con eclipsar su vida. Se quedo. Hasta que saliera de ese letargo.

- Shizuru- le llamo su voz era aun mas ronca.

- Si Natsuki- le dijo esta luego de llegar corriendo al marco de la habitación.

- Puedes venir aquí- le pidió. Shizuru camino, no entendía pero camino.

- ¿aquí?- dijo arrodillándose frente a ella.

- ¿Puedo pedirte algo?- dijo. Era tan frágil, tan vulnerable que Shizuru no podía negarse a nada.

- Lo que desees Natsuki- dijo pasando su mano por la mejilla de la mas joven.

- Duerme a mi lado esta noche. Por favor- pidió en suplica. Con los ojos inundados y vacíos. Shizuru se acerco a Natsuki deposito un beso en su frente. Se coloco a su lado. Envolvió en un abrazo a la menor. Natsuki no entendía porque pero algo dentro de la avalancha de su vació se había calmado con el cariño que estaba recibiendo.

Finalmente esa noche al alba, la luna sonreía mientras alumbraba la imagen de las bellas damas que descansaban.

Entraste como un rayo de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora