La hermana de Vegeta | 1

Capítulo 4: La Caída de Vegita

Vegita miraba con horror cómo su compañero Raditz asesinaba a los últimos Saibamans que quedaban en la habitación.

―Así es como se hace, Vegita ―le habló con un tono burlón.

―Cállate, yo no haré eso ―contradijo mientras se tapaba los oídos y cerraba los ojos con fuerza―. No quiero matar a los Saibamans...

―¡Pero ese es el entre...!

«A los saiyajines se les informa que deben presentarse en la cabina frente al señor Freezer, ahora» ―interrumpió la voz de Zarbon a través de los parlantes.

―¿Qué habrá pasado? ―ambos niños se miraron con el ceño fruncido.

Vegita se encogió de hombros y enrolla su cola alrededor de su cintura al mismo tiempo que Nappa aparecía por la puerta metálica, parecía enojado.

―Rápido, vamos ―hizo una seña con la mano para que ambos salieran de la sala―. Nos llaman a nosotros.

Los niños no cuestionaron y lo siguieron. Nappa era su cuidador. Se encargaba de vigilarlos y corregirlos durante las misiones. Como era la primera misión de ambos, no se conocían lo suficiente. Él no toleraba a los niños, pero cuidando a la princesa Vegita sabía que podría avanzar jerárquicamente.

―¿Qué crees que pasa? ―preguntó Raditz mirando al mayor.

―No tengo idea ―respondió este mientras lo miraba de reojo.

Después de caminar por un rato, llegaron al despacho principal.

―¿Dónde están los demás saiyajins? ―la princesa frunció el ceño, mirando a todos lados.

Nappa tocó dos veces y Zarbon abrió la puerta, dejándolos entrar y caminando de regreso al lado derecho de Freezer.

Todos tenían ya la costumbre de inclinarse ante Freezer, por lo que lo hicieron inmediatamente cuando este se dio la vuelta.

―¿Qué es lo que ocurre, Lord Freezer? ―preguntó Nappa con un tono de voz más relajado.

Él fingió suspirar por lástima.― Resulta que he recibido noticias del planeta Vegita.

Rápidamente un nudo apareció en el estómago de Vegita, quien miró a los más grandes con preocupación, pero sin decir nada aún.

―¿Qué ocurrió en el planeta Vegita? ―dijo Nappa, un poco asustado.

―Resulta ser que un meteorito se estrelló ―bebió de su copa de vino―. Lamentablemente quedó hecho polvo galáctico. Lo comprobé personalmente. Lo lamento por todos ustedes, mis más sinceras condolencias.

«¡Mi mamá!» ―pensó Vegita―. «¡Papá, Vegeta!» Frunció el ceño y sintió deseos de llorar, pero solo se mordió el labio inferior.

Nappa estaba impactado, pero aun así formuló palabras.

―Gracias, su majestad.

―Lo lamentamos, princesa Vegita ―al oír su nombre, levantó la mirada.

―Gracias por informarnos ―fue lo único que dijo.

―No hay problema.

Inmediatamente, los tres salieron de allí. Durante el recorrido por el pasillo, ninguno dijo nada.

―Nappa ―llamó la princesa―, por hoy no quiero seguir entrenando. Iré a descansar.

Este asintió.―Yo trataré de comunicarme con los demás. Ustedes descansen en el dormitorio.

Ambos niños asintieron y se retiraron en dirección a la torre de descanso.

―¿Estás bien, ______? ―Raditz la había seguido hasta su habitación.

Ella se sorprendió al escuchar su nombre de nacimiento.

―Sabes que aquí me llamo Vegita, Raditz ―se giró y lo miró con el ceño fruncido.

―Lo sé ―cerró la puerta―, pero puedes ser ______ por ahora.

Ella lo miró detenidamente por unos segundos, pero luego finalmente le sonrió.

No consideraba a Raditz alguien que estuviera a su nivel, no sentía correcto relacionarse con él. No era fuerte, pero su padre la obligó a aceptarlo en su misión debido a que era el primogénito de un buen amigo suyo. Vegita no lo toleraba al principio, pero luego se dejó llevar por el buen sentido del humor que tenía.

―Supongo que sí.

El misterio tras el nombre de la princesa se debía a que, al momento de su nacimiento, Freezer y su padre estaban presentes. Al momento de la pregunta "¿Qué nombre tendrá la princesa?", Aika se decidió por ______, pero inmediatamente fue corregida por el Rey, quien preguntó al emperador si le parecía bien aquella elección.

Freezer, para demostrar poder, se negó a aceptar ese nombre y los obligó a cambiar el nombre por Vegita.