Capítulo 10: Vínculos de Sangre.

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—¿Vegeta, la conoces? —preguntó Goku con sorpresa, señalándola con el dedo.

Vegita miró a Goku y sonrió de lado.

«Es igual a Raditz.»

—No, no la conozco. —Ella se impresionó con la respuesta.— Dime, ¿Quién eres? —alzó una ceja y se cruzó de brazos.

—¿De qué estás hablando, Vegeta? ¿Por qué finges no conocerme? —gruñó, irritada.

—No, te equivocas. —interrumpió, dando un paso adelante.— De verdad, no sé quién eres. Por favor, explica cómo conoces mi nombre.

—¿Acaso perdiste la memoria? —alzó una ceja y también dio un paso hacia adelante.

—Al parecer sí, porque no recuerdo haberte visto nunca.

—Mmm... Yo tampoco. —dijo Goku, mirándola con más detenimiento.— Quizás te estés confundiendo con alguien más.

—Claro que no, no soy estúpida. Sé perfectamente diferenciar a las personas. —gruñó.— Míranos, somos iguales. Es porque somos hermanos.

—¿¡HERMANOS!? —Los presentes estaban impactados por esta declaración.

Vegita frunció el ceño.— ¿Nadie sabe que tienes una hermana?

Pero su hermano no contestó, abriendo los ojos con sorpresa.— No tenía idea...

—Ahora que lo dices... —Goku comparó a ambos con la mirada.— ¡Es verdad, se parecen mucho! —se sorprendió.

Ambos hermanos se miraban fijamente, ambos con el ceño fruncido.

—Habla, Vegeta. —frunció el ceño y se cruzó de brazos.— ¿Qué pasó contigo?

—No lo sé. —respondió de la misma forma.— Si realmente somos hermanos, ¿Dónde estuviste todo este tiempo? —cuestionó.— Además, ¿Por qué vistes así de raro?

Vegita frunció el ceño.— Es una armadura de élite. Todo este tiempo he viajado por diferentes planetas y galaxias hasta llegar aquí. —respondió con simpleza.— Nacimos en un planeta bastante lejano a este.

—¿Acaso estás diciendo que no soy humano?

Comenzaba a perder la paciencia. Todas esas preguntas la estaban sacando de quicio, y el hambre desgarradora que tenía la ponía furiosa.

Solo frunció el ceño y le dio una cachetada en la mejilla, lo cual puso a los demás en alerta.

—Al menos no eres un debilucho. —se cruzó de brazos, pero en ese preciso momento se dio cuenta de algo.— ¿¡Dónde demonios está tu cola, Vegeta!?

Él se sorprendió. No recordaba haber golpeado a una mujer, pero esa cachetada lo había hecho enojar.

—La corté. —respondió con enojo.— Hace años.

—¿Cómo supiste que teníamos cola? —interrumpió Goku con curiosidad.

Ella no respondió, solo desenrolló la suya.— Todos los Saiyajin nacemos con cola. Es indispensable para nuestro nivel de poder. Sin cola, nos debilitamos.

—No lo creo. —respondió Vegeta de mala gana.— No me hice más débil luego de cortarla.

Eso horrorizó a su hermana. El solo pensar en no tener su cola...

—Seguramente... —respondió con sarcasmo.— Ahora hablen, ¿realmente no tienen recuerdos? ¿Ninguno?

Ambos negaron, mirándola con sorpresa.

—Eres muy fuerte... —murmuró Goku, de la nada.— ¡Hay que pelear!

—¿Qué dices? —se sorprendió por eso, jamás la habían retado de esa manera con tanta despreocupación.

—¡Oigan! —gritó Bulma, acercándose. Vegeta se tensó ante esto.— ¡Déjense de estupideces! —puso sus manos en las caderas.

—Bulma...

—¡Es tu hermana, Vegeta! —lo regañó, a lo que él desvió la mirada.

Vegita se dio cuenta de esto y presionó el botón de su rastreador.— 3... —murmuró.

«Creí que sería fuerte. ¿Por qué ambos le temen?»

—Dime. —ahora la peli-azul se dirigió a ella.— ¿Cómo dijiste que te llamas?

—Vegita ______ Ouji.

—¡Yo soy Bulma Briefs! —le sonrió dulcemente.— Ven a comer, seguramente el viaje fue duro. —se rió un poco.

—No lo sé. Dormí durante los 10 meses que duró.

Eso sorprendió aún más a los demás.

—¿¡Dijiste 10 meses!?

—Sí. —ella parecía irritada.— He venido desde muy lejos por ustedes dos. —dijo mirando a sus objetivos.— Kakarotto. —se dirigió al menor.— Eres exactamente igual a tu padre y a tu hermano. —murmuró.

—¿Qué? ¿También me conoces a mí? —se señaló a sí mismo con sorpresa.

—¿Qué quieres con nosotros?

Ella iba a contestar, pero Bulma se interpuso.

—¡Pero qué maleducados son! ¡No tienen respeto! —gritó, asustando a ambos aún más.

—Pero... —intentaron defenderse.

—¡Cállense! ¡Qué vergüenza me dan! —tenía el ceño fruncido.— Ella estuvo durmiendo por 10 meses, ¡en una nave! —ahora la miró a ella.— Debes tener un hambre feroz. Ven a sentarte, aún hay mucha comida. —la tomó del brazo y se la llevó.

Vegita no tuvo tiempo de interponerse. Se dejó llevar por el olor del lugar. Olía exquisito, pero antes de sentarse, Bulma le presentó a todos los presentes. Hasta Oolong y la tortuga se presentaron. La princesa los miró extrañada.

—Qué criaturas tan extrañas. —los miró con su rastreador.— Tenía entendido que se los comían...

Mientras tanto, el Maestro Roshi se acercó a Vegeta y Goku. Krillin también estaba allí, y los tres estaban confundidos.

—Chicos, creo que sé a lo que se refiere esa chica. —murmuró.

—¿¡De verdad?! —los dos estaban sorprendidos.

—Maestro, díganos. —rogó Vegeta.

El viejo asintió y les pidió a todos que se acercaran para escuchar la historia. Vegita se mantuvo alejada pero prestando atención.

—Hace tiempo, su abuelo, Son Gohan, me contó que un día, mientras caminaba por las praderas del Monte Paoz, escuchó el llanto de un bebé...

Cuando estuvo cerca, vio a un niño con un bebé en sus brazos. Ellos estaban solos, no había ningún adulto cerca. Se acercó y el niño le explicó que no sabía dónde estaba y que había despertado en ese lugar debido al llanto del bebé. Ambos bebés tenían cola.

Él sin duda los llevó a su casa, los alimentó y les dio protección. Unos meses después, cuando caminaba por el mismo camino, el bebé accidentalmente cayó por un barranco mientras jugaba con las mariposas.

El niño trató de ayudarle pero resbaló y cayó. Los niños se golpearon la cabeza y perdieron la memoria. Estuvieron a punto de morir, pero resistieron y siguieron viviendo, solo que esta vez como unos jóvenes más tranquilos y amables.

La hermana de Vegeta | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora