capitulo 28

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Cαριтυlσ Vєιитє&Ochσ 

Entro al pequeño departamento con mi madre, es más bien un Estudio. Hay una pequeña cocina amueblada, un salón algo más amplio, al menos lo parece por lo vacío que esta, tendremos que traernos el juego de sofás de casa y la estantería; el baño es pequeño también, un espacio muy justo, lo que menos me gusta es la bañera porque eres realmente pequeña, en esa no te puedes recostar ni nada, todo de pie, con una puerta corrediza; y dos pequeñas habitaciones, las dos del mismo tamaño, en la habitación hay una tele, si nos quedamos con el piso se pondrá en el salón, para así traer las nuestras a cada habitación.

- ¿Qué os parece?- nos pregunta la dueña del piso

- Esta muy bien, creo que es lo que estamos buscando. - responde mi madre, yo solo sonrío pero más bien me sale una mueca

- Bueno, pues si te parece firmamos el contrato y mañana mismo puedes comenzar con la mudanza- dice con una sonrisa

- Me parece bien, entonces ¿Cuánto es al final de entrada?…

Desconecto totalmente de la conversación, mi mente viaja a las últimas horas, cuando estuve con Justin, toda la tarde. Fue definitivamente la mejor tarde de mi vida. Me llevo las manos a los labios, ¿Cuántos besos me dio? Son incontables. Todos y cada uno de ellos los recuerdo, los pienso, los revivió y un hormigueo me pasa por la tripa y otras partes de mi cuerpo. Justin es… increíble.

También pienso en los problemas que me contó, me dio la sensación de que no lo había hablado con nadie, y me gusta saber que me ha tenido confianza para decirme, sé que no me contó del todo, que hay cosas, muchas cosas más que se guarda para él: ¿Por qué la mala relación con sus padres? ¿Dónde esta viviendo, con quien? ¿Cómo se mantiene? ¿es que acaso trabaja? ¿Qué problemas ha tenido con la policía de aquella vez que lo hospitalizaron? Todas esas preguntas sobre él rondan mi cabeza y muchas más. Pero ya tendré tiempo de saberlo. Lo se.

Escucho a mi madre terminar el trato con la dueña de la casa, así que me obligo a volver a la realidad. Le entrega la llave de la casa y nos marchamos a la nuestra, por suerte no esta tan lejos de la antes, apenas unas calles más abajo, así que no será muy difícil la mudanza, aunque ahora me queda algo más alejado del instituto pero más cerca del hospital donde esta mi padre, quien sigue exactamente igual.

- ¿No te gusta, verdad?- me pregunta mi madre cuando entramos a casa

- No mucho- digo haciendo una mueca- es que… es muy pequeño, o sea este no es una mansión, pero es más amplio

- Bueno, pero aquel es más acogedor. Es lo que hay beba, tenemos que aguantarnos - dice suspirando con pesadez- cuando papa se recupere…

- Cuando papa se recupere la cosa seguirá igual, mama. Lo se, soy consiente de todo. - le interrumpo- antes del accidente, hable con papa, me dijo que le habían quitado el dinero del paro, que había muchas cosas que pagar en casa, así que entiendo que tengamos que irnos porque no has podido pagar, entiendo que no pueda irme de compras, entiendo que lo máximo con lo que ando en el bolsillo son con 5€, que no tengamos ciertos privilegios. Entiendo perfectamente bien la situación. Otra cosa es que me guste, o que no enfade como no tienes idea todo esto.

- Hija… lo siento- dice aguantando las lagrimas

- No lo sientas, mama. No es tu culpa. - digo abrazándola- es este mundo, que esta muy jodido

- Oye, no hables así- me regaña con cariño- pero tienes razón- me dice sonriendo - venga, vamos a empaquetar algunas cosas para adelantar, mañana mismo en la tarde nos vamos de este piso.

- Vale, deja que me duche y me ponga el pijama para ayudarte.

Después de hacerlo, me pongo enseguida a envolver platos en periódico y guardar toda mi ropa salvo la que me pondré mañana. Espero que ahora que nos mudamos la suerte cambie.

así el tiburón se enamora del pecesito (justin bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora