Cαριтυlσ Cιиcυєитα
Una semana. Ha pasado una semana desde la primera vez que lo hicimos. Y me siento la chica más especial del mundo. Así me hace sentir él. A la salida del instituto siempre nos vamos a su pequeño estudio, y nos pasamos parte de la tarde encerrados en su habitación haciendo el amor. Y si. Hacemos el amor. No es solo sexo. Y eso me gusta. Pero sigo preguntándome de que son esas cicatrices, pues si le pregunto él me responde con evasivas.
Las cosas están mejorando, supongo: mi padre esta cada vez mejor y mañana le hacen las placas para decidir si habrá o no operación, que es algo que me tiene muy nerviosa, pero hay esta Justin apoyándome, y diciéndome que no tengo que preocuparme, que lo bueno es que él ahora esta vivo, que lo que pase pasara, pero ¿Cómo no estar preocupada?, mis niñas también me dicen que todo irá bien y mi madre me promete que saldremos de esta.
Los abuelos aún siguen aquí, han decidido quedarse un tiempo más, pues ven que mi madre y yo tenemos muchos problemas económicos y se quedaran para ayudar en lo que puedan, aunque no creo que puedan hacer mucho con su sueldo de jubilados, pero es algo extra que no viene mal.
Así que, en realidad, de todo hay algo bueno y malo. Que mi padre mejore pero que al mismo tiempo haya el miedo de que le operen. Que estoy de maravilla con Justin pero que sigo comiéndome la cabeza en lo que respecta a su vida, a lo que hace cuando no esta conmigo, a esas llamadas que recibe que le cambian el humor y esos amigos suyos, que ya tengo claro son “clientes” a los que le vende droga. Pero sé que debo aceptarle así si no quiero perderle.
En todos estos días no he sabido de Daniel, solo sé, según me ha contado Nikki, que ha puesto en su muro de Facebook un mensaje que claramente va para mi “Ya te darás cuenta de quien es mejor para ti. Espero que no sea demasiado tarde cuando quieras volver a mi”. Yo he decidido ignorarlo. Estoy demasiado feliz junto a Justin para que él me lo estropee.
- Entonces, ¿vendrá a cenar o qué?- pregunta mi abuelo molesto, pues sigue sin soportar a Justin, pero es de una manera tan adorable que es difícil enojarse
- Si abuelo, esta a punto de llegar- le digo mientras termino de vestirme, y justo en ese momento, suena el timbre
- Ya voy yo- dice la abuela dirigiéndose a la puerta- ¡guapo que gusto verte!- la escucho decirle desde la habitación.
Justin entra al salón y yo me asomo, le lanzo un beso de saludo y él sonríe pícaro, mi abuelo carraspea, pues no le gustan esas miraditas. Es la tercera vez que Justin viene en la semana, quizás demasiado rápido para estar mezclándose con mi familia, pero mi abuela le ha cogido un amor que a veces hasta yo junto a mi abuelo me pongo celosa, pues no para de mimarlo cuando esta aquí.
- ¿Y tu madre?- me pregunta, “que te importa” susurra el abuelo y aunque Justin lo escucho lo ignora y yo reprimo la risa
- Esta en el hospital con papa. Ya sabes que mañana le hacen las placas y eso
- Ah, cierto- me dice y se sienta a mi lado dándome un fugaz beso, mi abuelo refunfuña- hoy el clásico eh- le dice a mi abuelo, pues se la han pasado picándose por eso
- Si, va a hacer un placer veros perder- le contesta mi abuelo, pues él es del Madrid, Justin ríe sarcástico
- Ya veremos. - dice retándole con la mirada yo solo le miro divertida
- Bueno, venga, a cenar- dice mi abuela llamándonos
Nos sentamos y como no, al primero en servirle es a Justin, mi abuelo pelea por lo bajo y Justin le mira con una sonrisa burlona. Yo solo les miro. Dos de los tres hombres más importantes de mi vida. Sería perfecto si también estuviese mi padre, me pregunto como se llevaría con Justin, según mi madre, igual que con el abuelo, pues mi padre es muy celoso conmigo.
Luego de la cena, nos sentamos a ver el partido, solo faltan cinco minutos para que comience. Justin se sienta a mi a lado y me hace pequeñas caricias, susurrándome cosas al oído que me hacen reír, sé que en parte lo hace para molestar al abuelo, que le mira con recelo mientras la abuela se mantiene al margen de aquella tonta “rivalidad” que tienen mi abuelo y mi novio.
Comienza y todo va relativamente tranquilo, algunos pequeños sustos de vez en cuando, Justin se burla de mi y él abuelo y yo de él cuando su equipo fallaba en portería, la abuela simplemente pasa de todo. Sigue el partido. Maldita sea el Barça va ganando. He hecho una apuesta con las chicas y si gana el Barça tendré que darle un beso al chico feo con la cara llena de granos de 2do B de Bachiller.
Una hora y media después, Lorena me llama burlándose, tengo ganas de llorar. Joder, el Barça gano. 3-1 quedo la cosa. Mi abuela solo se ríe de las burlas que le hace Justin a mi abuelo mientras este se justifica con un “habéis tenido suerte” y yo sufro porque mañana a primera hora tengo que besar al rarito. Y no es que sea superficial o me crea más, ¡claro que no! Pero es que ese chico… de verdad que es feo. Y encima antipático y guarro, se la pasa queriendo tocar a las chicas, más de una vez le han expulsado por intentar manosear a alguna. Feo y asqueroso. Vaya maldita apuesta.
Amanece más rápido de lo que esperaba. Me ducho y me visto rápidamente, llamo a mi madre de camino al instituto, hoy a las diez se llevan a mi padre ha hacerle esas placas y tengo el estomago revuelto con dudas. Ella me dice que me llamará cuando tengas noticias. Voy por el camino tan distraída pensando en eso, que no me doy cuenta que viene un coche a mi lado, ¡es un cochazo! Pero aun así le miro con desconfianza, y acelero el paso, el coche sigue casi a mi altura y me pita, yo miro con desconfianza. ¿Quién será? ¿Por qué me esta siguiendo?
- Pececito- canturrea Justin desde dentro. Conduciendo. ¿de donde saco ese tremendo coche?
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así el tiburón se enamora del pecesito (justin bieber)
Ficção AdolescenteCuenta la historia que nadie puede creer. El enorme tiburón del pececito se enamoró. Muchos se preguntaron, ¿Qué fue lo que vio en el él? Y es simple, es sencillo. Lo enamoró con su sencillez. Era tan hermoso y brillante, que incluso en el abismo, o...