capitulo 29

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Cαριтυlσ Vєιитє&иυєvє

Justin no ha aparecido por el instituto hoy. Me ha enojado, ¿Por qué no ha venido? Eso es otra cosa de él que no entiendo, ¿Por qué demonios falta tanto? Para eso, que se de la baja del instituto. En cuanto toca el timbre indicando el final del clase, salgo sola, pues las chicas siguen sin hablarme, yo, como orgullosa que soy, también paso de ellas. Cuando salgo voy por el parque, como siempre. Y veo a Justin junto a los otros chicos fumando un porro.

- Ey, niña- me llama uno, el mismo que casi me golpea ayer, yo no se que hacer, y veo a Justin riendo mientras me mira, noto sus ojos inyectados en sangre y puede que como la vez pasada, no sea capaz de hacer nada por mi

- Ven pececito- ellos ríen por el apodo- no te harán nada- dice seguro y sonríe fumado.

Justin se acerca a mi al ver que no me muevo. Me envuelve por la cintura y me besa apasionadamente, yo dudo un segundo en responderle, pero termino rindiéndome ante sus labios, ante sus brazos acariciando mi cintura y envuelvo mis brazos en su cuello jugueteando con su corto pelo. Me separo de él por falta de aire y él vuelve a reír antes de darme un corto pico en los labios.

- No se van a meter contigo si ven que estas conmigo- dice seguro

- Gracias.

- Bueno, parejita- dice Roberto riendo- la pasta, Jiménez - me dice algo serio, yo me muerdo el labio

- ¡Venga ya, tíos!- exclama Justin- dejadlo estar, ella lo hizo sin pensar

- Mira, Justin, respetamos que es tu chica y ya sabes porque más, pero el dinero es importante. Era de lo mejorcito lo que ella tiro y lo sabes. - dice otro

- Lo siento- susurro, me pregunto a que se refiere con eso de “y ya sabes porque más” .

- No, si eso ya lo sabemos- dice Roberto riendo- pero lo que queremos es el dinero- dice con una ceja levantada

- No lo tengo

Y al susurrar esto, ellos se revolucionan, y murmuran dirigiéndose en su mayoría a Justin, pues al parecer ahora el marrón le cae a él por estar conmigo. Le miro y él parece tranquilo, casi rozando lo pasota. Entonces saca su cartera y le tira a la cara un billete de 100€ a Roberto. Los chicos se callan un segundo y más tranquilos aceptan de buena gana el dinero, me sorprendo pero no me da tiempo a decir nada, pues Justin me aleja de allí sin siquiera despedirse de ellos.

- ¿Por qué lo has hecho? No tenías porque, a fin cuentas era mi culpa todo…

- ¿Y que querías? No te iban a pegar ni nada, pero iban a estar muy pesados hasta que le dieras lo que quieren. Hay veces que es mejor no meterse con esta gente, ¿sabes?- dice por último sarcástico

- Lo se. ¿Cómo es que tienes tanto dinero?- le pregunto con curiosidad

- Nada, trabajo- dice encogiéndose de hombros con indiferencia, yo le miro sorprendida

- ¿Trabajas? No tenía ni idea- murmuro más para mi misma, es raro que con solo dieciocho años haya conseguido trabajo y encima con la que esta cayendo que lo tenga él… y no personas como mi padre. Es más, simplemente es raro saber que un adolescente en este tiempo tenga trabajo.

- Claro, si no, ¿Cómo piensas que me mantengo?- dice y se tira en el césped boca arriba

- Ya, me lo tendría que haber imaginado- digo mordiéndome el labio

Lo miro atentamente durante un buen rato, tiene las pupilas dilatadas, claramente sigue algo fumado e intenta hacer que se le pase, busca en su mochila y saca un chocolate, seguramente es por eso que cuando tomas algo dulce se te pasa más rápido, él divide la barrita en dos y me pasa un pedazo. Yo lo cojo sin dudarlo, pues me encanta el chocolate y tengo hambre, a esta hora debería estar llegando a casa para comer.

- ¿Qué pasa con tus amigas?- me pregunta después de un rato

- Nada importante- digo mirando a otro lado

- Me di cuenta ayer que te pusiste triste por que pasaron de ti, después de besarnos lo normal es que se hayan acercado a ti histéricas para saber que pasaba, pero solo te miraron. Además, en una se te escaparon las lagrimas

- Vaya, que observador-digo incómoda

- Si no quieres hablar del tema…

- No es nada- interrumpo para contarle- se enfadaron por un tontería. Harán un viaje ahora por Semana Santa al pueblo de Marta y he dicho que no puedo ni quiero ir.

- Pues que infantil- dice rodando los ojos, yo río por su gesto- me encanta tu risa- dice y se incorpora para besarme dulce- pececito

- Pues si yo soy un pececito… ¿tu eres un tiburón?- le digo lo primero que me pasa por la cabeza, él suelta una carcajada por eso

- ¿Quieres que sea un tiburón?

- No estaría mal- digo sonriendo

- ¿Te gustan los tiburones?- pregunta con la ceja enarcada con picardía

- ¿Y a ti los pececitos?- le pregunto de la misma forma

- Los tiburones y los peces no se llevan bien que digamos- me dice sonriendo

- Lo se, pero pueden haber excepciones, como con “Oscar, el caza tiburones”- digo por ultimo poniendo voz grave, él vuelve a reír fuerte y me acaricia la mejilla

- ¿Te gustan esas películas?- refiriéndose a la película de dibujos animados que mencione

- Si- digo sonrojada, él ríe

- ¿Y los tiburones?- vuelve a preguntarme con la risa en la boca

- No mucho- digo poniendo cara pensativa

- Pues debería. A fin de cuentas, yo soy un tiburón. Y estoy loco por un pececito- dice con una ceja levantada y una sonrisa coqueta.

así el tiburón se enamora del pecesito (justin bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora