Cαριтυlσ Sєsєитα&Sιєтє
Justin ~
Al día siguiente me dan el alta. Lo primero que hago es irme a casa para poder darme una ducha como Dios manda, me siento sucio. En los últimos tres días… me he tirado al abandono, a pesar de tener baño en el hospital, no es lo mismo. Roberto me ayuda a limpiar la casa, si, por primera vez.
Cuando _____ se fue por esa puerta sin siquiera mirar atrás, me di cuenta que no podía seguir así. No merecía la pena. Y ella tiene razón: no resuelvo nada. Solo dañarme a mi mismo. ¿Quién me hubiese dicho a mi que haría caso a lo que me dijera _____ Jiménez? Pero no lo hacía por ella, sorprendentemente. Si no porque esta casa y yo, damos asco.
Reflexione con varias cosas, haber tenido una sobredosis me hizo darme cuenta de muchas cosas, puede que las cosas con mis padres no mejorará, al menos no tenía intención por mi parte que lo hiciese hasta que mi madre le dejará. Pero he pensando en mi entorno, en que al único que le importo es a Roberto y a mi tío Martín, al parecer, a los dos les agradezco mucho. Y pensé en ella, en mi _____ . Mi pececito. Río por dentro al pensarlo. Como quiero a esa jodía. Y tengo bastante claro, que quiero volver con ella.
- ¿Estas seguro de esto?- me pregunto por enésima vez Roberto, estamos esperando al Gordo, sostengo las llaves del coche y espero que el llegue con un fajo de dinero
- Que si, joder- le digo molesto- cállate un rato ya, pesado.
- Es que es un cochazo, Bieber- exclama- tííiio que te me morías por él y ahora vas y se lo piensas devolver- se queja
- No te equivoques. No se lo devuelvo. Se lo estoy vendiendo, que es diferente.
- Para mi es una tontería, ¿para que coño entonces te has pasado medio año queriendo que te lo venda? Si ahora, que incluso ni tuviste que pagar por él, lo conseguiste.
- Te equivocas. Si pague por él. - digo mirándole a los ojos- y un precio muy caro. - Roberto se queda callado pues sabe que me refiero a _____ - así que no lo quiero. No creo que merezca la pena que lo tenga
- Es que eres bien estúpido- murmura, yo le fulmino- no me mires así, digo la verdad. Si no querías el puto coche no haberlo aceptado si en ese momento ya la querías
- ¿Eres idiota o pasas de escucharme cuando hablo?- le reprocho- no me di cuenta de lo que sentía hasta que… fue tarde- Roberto bufa- ¿Sabes? No se ni porque pierdo mi tiempo intentando explicártelo, ¡con lo bruto que eres!
- Eh, eso duele- dice haciéndose el ofendido, me voltea la mirada y yo río, maldito estúpido dramático
- Mira, ya viene- digo señalando al Gordo después de un rato en silencio en el que él hacía de novia enojona
- ¡¿Qué pasa, primo?!- grita en mitad de la calle, cuando aun le quedan unos metros para llegar hasta nosotros provocando malas miradas de las señoras que pasan.
El Gordo, en realidad no es gordo. Es un flacucho con varios pendientes y tatuajes por los brazos y piernas, alto, pero no mucho más que yo, lo conocí hace dos años, en un botellón, el andaba vendiendo maría y yo gustoso le compre, aunque resulta que el muy cabrón me había engañado y no era de buena calidad. Se la arme. Y de un momento a otro, terminamos siendo colegas.
- ¿Cómo estas, cabrón?- le saludo chocando las manos
- Mejor que tu seguro. Me entere de lo que te paso ¿Cómo estas?- me pregunta preocupado, bah, si lo estuviese de verdad hubiera ido a verme ¿no?
- Muy bien. - él me mira de arriba bajo y luego asiente, después mira Roberto y le saluda chocando manos- ¿Pensaste en lo que te dije?- le pregunto interrumpiendo las bromitas que hacían
- Si. ¡Por supuesto que si! - yo me quede callado esperando a que siga- ten- dice sacando varios billetes de su cartera- cinco mil pavos. Todo para ti, ahora dame las llaves de mi bebe Sami
Yo sonrío gustoso y cojo el dinero, lo cuento tranquilamente para asegurarme de que esta completo, y le estiro la llave de su Sami, como cogió con llamarle al coche. Me guardo el dinero en el bolsillo y pienso en todos los planes que tengo con él. Y en todos esta incluida ______ .
- Pienso que me engañas, quiero decir, a fin de cuentas el coche era mío.
- Bien lo has dicho, era tuyo. - le digo con una sonrisa burlona- mejor agradece que te le baje el precio, sabes que este coche vale mucho.
- ¡Pues claro que lo se! Lo compre yo- Roberto ríe sarcástico y yo le miro con diversión. Aquí todos sabemos que el coche lo robo. - Bueno eh, no me miren así. Venga tío, enróllate y llévanos a tomar unas cañitas ¿te parece?
- ¿Perdón? ¿en serio pretendes que me gaste mi dinero en pagarte una borrachera?
- Solo serán dos copitas, tienes mucho dinero- interviene Roberto
Yo les miro a los dos con diversión. Me doy media vuelta y me meto al metro, directo al barrio de _____ , en la línea 3. Escucho las quejas de ellos detrás pero los ignoro, levanto la mano al escuchar un insulto por parte del Gordo y le enseño el dedo corazón, lo escucho reír y sigo bajando las escaleras.
- ¿A dónde vamos? - me pregunta Roberto apareciendo detrás de mi, yo sigo caminando, me percato de que no hay nadie y me cuelo, seguido de él y sigo caminando hasta sentarme a esperar el metro.- hazme caso- se queja, yo resoplo y me detengo para mirarle
- ¿No tienes vida?- él abre la boca con sorpresa y se hace el ofendido llevándose la mano al corazón yo solo me río- voy a buscarla.
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así el tiburón se enamora del pecesito (justin bieber)
أدب المراهقينCuenta la historia que nadie puede creer. El enorme tiburón del pececito se enamoró. Muchos se preguntaron, ¿Qué fue lo que vio en el él? Y es simple, es sencillo. Lo enamoró con su sencillez. Era tan hermoso y brillante, que incluso en el abismo, o...