Capitulo 7.

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Al terminar de hablar con mi hermano me dirigí a mi habitación y me acosté. En ese momento comencé a recordar lo mierda que era mi vida, pero gracias a mi hermano estoy mucho mejor, no sé qué haría sin él. Después de haber derramado un par de lágrimas y de haber pensado un rato me quede profundamente dormida.

Al otro día desperté a las siete de la mañana como todos los días, me levante y camine hacia el baño, cepille mi pelo y mis dientes, al terminar me dirigí hacia mi armario, saque un jean negro y una musculosa blanca, al terminar me coloque mis vans negras y agarre mi bolso para bajar por las escaleras y entrar a la cocina, mi madre no se encontraba en ella, seguramente seguía durmiendo, deje el bolso en una de las sillas y saque una taza para servirme un poco de café en esta. Al terminar de desayunar me cepille los dientes y salí de mi casa, enchufe los auriculares en la ficha del celular y comencé a escuchar música así el viaje se me hacía más corto ya que me iba caminando y tardaba quince minutos en llegar. Después de haber caminando esas veinte cuadras llegue y entre, aun faltaban diez minutos para que comience la primera clase, camine hacia mi casillero y saque el libro de Historia, era la primer clase que tenia, deje el libro en mi bolso y me di vuelta para irme a la clase, poder llegar antes que todos y sentarme en el banco de la última fila. Mientras me dirigía al salón choque con alguien ya que siempre camino con la cabeza gacha, al levantar mi cabeza vi que era Penny.

-¡Carrie!-Dijo abrazándome.

-Hola, ¿Cómo estás?-Le pregunte refiriéndome a lo que había pasado ayer.

-Mucho mejor, gracias por quedarte conmigo ayer y haberme apoyado en ese momento.

-De nada, ¿Haz arreglado las cosas con Mason?

-Claro que no, nunca lo perdonare, es un idiota-Dijo acomodando su bolso en el hombro-¿que materia te toca ahora?- me preguntó.

-Historia ¿A ti?

-Oh, a mi física, oye nos vemos luego ¿vale?

-Claro.- Le dije con una sonrisa.

Me despedí de Penny y camine hacia el salón de historia. Al llegar no había entrado nadie aun así que camine hacia la última fila y me senté en un banco sola. Después de cinco minutos sonó el timbre de entrada y comenzaron a llegar los alumnos y llenar los lugares disponibles. Cuando entro el profesor comenzó con la clase. En un momento, cuando es profesor estaba dado vuelta escribiendo algo en la pizarra siento que me pegan con algo duro en la cabeza, gire mi cabeza para ver quien había sido pero no vi nada, idiotas, pensé. Seguí  prestando atención a la clase hasta que toco el timbre de cambio de hora. Espere a que el salón quede vacío y salí de este.  Me dirigí al casillero y saque mi libro de castellano.

Preste atención toda la clase de castellano hasta que toco el timbre del receso, camine hacia el comedor y agarre una bandeja para servirme el almuerzo, la verdad no tenía mucha hambre así que agarre una manzana y un zumo de naranja. No había ninguna mesa disponible para mí así que me dirigí al patio y me senté en un banquito que había a comer mi almuerzo.

Cuando las clases finalizaron me dirigí a casa y ahí se encontraba mi madre mirando televisión.

-Hola.- Dije.

-Hola, ¿Cómo estuvo tu día?

-Como siempre.

No quise seguir la conversación, sinceramente estaba muy enojada con mi madre así que subí a mi habitación y me encerré en este, saque la maleta que se encontraba debajo de mi cama y comencé a meter la ropa que mas me gustaba. Estuve pensando y creo que debo cambiar, osea, de estilo y personalidad, cuando valla a Canadá trabajare y me vestiré mucho mejor, seré mas sociable así tendré muchos amigos, pero esta Carrie que soy ahora quedara en el pasado.

Guarde todo lo que sabía que me haría falta en la maleta y al terminar camine hacia mi cajón de ropa interior y saque la pequeña cajita que tenia con ahorros que vengo juntando desde que tengo seis años. Saque todo el dinero que esta contenía y comencé a contarlo. $11.570 dólares, había valido la pena no gastar cada vez que me daban dinero para mi cumpleaños, navidad, reyes, o fiestas. Me sentía muy bien al tener todo ese dinero, podría ayudar a mi hermano a pagar el hotel y la comida hasta que los dos consigamos algún trabajo.

La bailarina de balletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora