Paralyzed {Kendall Schmidt} *TERMINADA*

Has cambiado

Estefanie te invitó a su casa, ya que su hermano volvería de su viaje a Canadá. Fuiste y allí te reencontraste con él… James. Estaba más alto, más musculoso, más lindo.

-Wow… no esperaba verte aquí- dijo

-Estefanie me invitó. Dijo que llegarías de Canadá y yo quise ver cómo estabas-

-Yo, bien… gracias… ¿y tú?- dijo algo incómodo

-Igual- dijiste sonriendo

Ambos se miraban fijamente, no apartaban la vista uno del otro. Tú no podías dejar de ver lo cambiado que estaba, pero sus ojos seguían siendo tan hermosos como siempre. Era lo único que no había cambiado de James… su mirada penetrante. Esa mirada que te hechizaba cada vez que tus ojos se encontraban con ella; esa mirada que parecía acariciar tu alma; esa mirada que enamoraba al verla.

-Ejem… no sé si notaste mi existencia- le dijo Estefanie a James

-Claro que si, hermanita- dijo mientras se acercaba a ella para abrazarla –No sabes cuánto te extrañé-

-Yo también. Subiré tus maletas a tu habitación, debes estar cansado por el viaje-

-Ni te creas- dijo James casi susurrando

-¿Qué dijiste?- preguntó Estefanie

-Emm… nada. Ok, gracias- le respondió

Estefanie salió de la cocina. James y tú se quedaron mirándose. No decían ni una palabra; tú estabas asombrada por su gran cambio físico, y al parecer el también. Luego notaste que James te miraba de pies a cabeza muy concentrado en sus pensamientos, lo cual a ti te molestó.

-¿Qué tanto me miras?- dijiste

-Lo siento, es que… has cambiado- te dijo sonriendo

-Yo no me veo tan cambiada- le respondiste

-Es porque tienes que verte a través de otros ojos. Con los míos te ves más alta, más delicada, más bella-

Te quedaste petrificada cuando te dijo eso. Él comenzó a mirarte con esa mirada especial, esa con la que te miraba antes, esa que te hacía querer quedarte allí por siempre, esa con la que te enamoró una vez. Tú bajaste la cabeza mirando al suelo intentando evitar ver sus ojos. Pero él tomó tu rostro con sus manos haciendo que lo vieras fijamente.

-No me impidas ver esos brillantes ojos- te dijo

Ya no podías negarlo. Él sin duda te seguía gustando. James comenzó a acercarse a ti… y tú a él…