Una pregunta, Por que?.... Por que?
Es tan difícil hasta para uno mismo responder esa pregunta.
Tener una vida como la de Hailey no es fácil.
Hailey Baldwin, la cantante pop del momento, sufre con y por su mejor amigo.
Justin Biebe...
-¡Leigh! ¡Se nos hace tarde!-Grité desde la puerta.
Mi querida -ahora- cuñada, caminaba tan lento, que me dan ganas de atarla a una soga, y llevarla a tiros.
Ella bufó llegando a mi lado.
-Aún no logro entender por que tengo que ir yo.-Gruñó.
-Por que eres mi pequeña, y quiero que me des tu opinión.-Sonreí.
-Para eso esta Benjamín.-Rodó los ojos y yo reí.
-Pero el no entiende de decoración.-Dije y ella no habló más.
Sonreí satisfecha mientras me intentaba subir al coche. Me fue difícil.
Oí las carcajadas de Leigh.
-Es que...-Rió.-No entras Rhode. No-entras.-Dijo entre risas.
La fulmine con la mirada y luego miré mi panza.
Hice un puchero.
-Vamos bebés. Achiquen se un poco, dejen entrar a mamá.-Lloriquee.
Al entrar, agradecí internamente a Dios, y luego subió Leigh. Puse en marcha el auto, y nos dirigimos hacia donde habíamos quedado con mi novio.
Alrededor de quince minutos después, encontré la bendita casa donde viviríamos. Claro, si me gustaba. Vi a Ben apoyado con sus manos en el bolsillo, en la trompa del auto.
Sonreí enamorada, y baje del auto, caminando hacia él.
-Bonita...-Me saludó y con un poco de dificultad, me besó. Oímos el bufido de mi cuñada y reímos.
Miré la casa que tenía en frente, y no sabía si reir o llorar por lo hermosa que era. Grande, linda, lo que buscábamos.
-¿Entramos?-Dijo al verme tan embelesada. Asentí aún viendo la casa.
Me tomó de la mano, y con Leigh detrás nuestro, caminamos hacia la entrada.
La puerta era doble, de color blanco. La abrió y mi boca se abrió igual.
Era realmente linda, y muy grande. El espacio era enorme.
Entramos, un recibidor bastante amplio fue lo primero que vi. Caminamos un poco más y a la derecha había una pequeña puerta, la abrí para ver que era, y nada de otro mundo, un deposito.
Seguimos caminando, contemplando la enorme casa.
Nos encontramos con un enorme living, de color mate. Reí imaginandome allí.
Abrí una puerta, y me encontre con la cocina. Era algo angosta, pero hermosa de todas formas. Una pantalla había arriba de la mesada. Cámaras de seguridad. Wow, ya las habían instalado.
Recorrí el pasillo, y al final de este había una mesa, que supongo desayunadora.
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