Why? -Justin Bieber

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Y aquí estaba. En la sala de partos, con un dolor en mi bajo vientre y columna, terrible.

-Puja... Una... dos... tres!.-Dice la doctora dándome ánimos.

Suspiré con cansancio y me resigne.

-No puedo...-Dije jadeando.

-Solo, puja un poco más amor.-Dijo mi mamá tomándome de la mano.

La mire a los ojos, y me transmitió esa paz que tanto necesitaba.

Asentí y empecé a hacer fuerza, apretando con una mano la de mi madre, y con la otra, la sabana.

-Descansa y respira.-Dijo, solté un suspiro.-De nuevo.

Repetí la acción, sintiendo como los huesos de mis caderas se abrían dando paso a un ser.

-¡AAAHHH!.-Largué un grito desgarrador dejando mis ultimas fuerzas, a la vez que un pequeño y agudo gritó inundo la sala.

Respiré agitadamente, mientras echaba mi cabeza hacia atrás.

-Felicidades, es la niña.-Dijo apenas mostrandomela antes que la enfermera me la saque de la vista.

Mis ojos se inundaron en lagrimas al verla. Tan indefensa. Tan mía.

-Pero... Tienen que dejármela.-Me alteré.

-Tranquila cariño. Recuerda que solo están de ocho meses. Necesitan estar en la incubadora un tiempito.-Me tranquilizó mi madre con los ojos llenos de lagrimas.

Asentí respirando. Y otro dolor se hizo dueño de mi cuerpo.

-Jodida mierda. Jodido idiota. Jodida yo.-Dije apretando mis dientes.

Es la primera vez que recordaba a Justin, después de mucho tiempo.
Quiera o no, es su padre, y alguna vez se enterará, y querrá matarme.

Alejando mis inútiles pensamientos, repetí el proceso anterior, hasta que él mismo dolor final, se hizo presente con dos gritos. Uno más agudo que el otro.

Respiré cansada, por fin, sin sentir ningún dolor. Estiré mi cabeza hacia atrás. Y sentí un sollozo, mi madre.

Sonreí, dándome cuenta de lo sucedido, y rápidamente levanté mi vista, encontrándome con mi bebé. Un hermoso niño... Lágrimas caían en cascada de mis ojos.

-Felicidades hija...-Dijo mi mamá entre lagrimas.

No pude responder. Esto era demasiado.

-Has un ultimo esfuerzo, y luego el sueño viene solo.-Dijo sonriendo la doctora.

Inhale, exhale, y puje una vez más.

Sentí que algo menos doloroso salió de ahí abajo.

-Son hermosos hija...-Fue lo ultimo que oí, antes de dormir.

Horas después.

Desperté gracias a los murmuros de gente X.

Abrí mis ojos lentamente, con un poco de dificultad. Me encontré en una habitación, con globos, azules y rosas, flores, y peluches.
Sonreí feliz, y me senté lentamente. Y carraspee mi garganta.

-¡Felicidades amiga!-Gritaron todos mis amigos abrazándome como podían.

Reí y agradecí.

-Estoy muy feliz por ti, mi amor.-Dijo papá acercándose con los ojos cristalizados. Un nudo de felicidad se formó un mi garganta. Sin querer llorar, lo abracé y hundí mi cara en su pecho.

-Lo hiciste, amor.-Dijo Ben acercándose a mi, con un pequeño bulto en brazos.

Suspiré parpadeando varias veces, y él se acercó a mi dejando un tierno beso en mi frente.