Narra ____:
Me desperté por una voz que me estaba llamando. Poco a poco fui abriendo los ojos, y descubrí que esa voz venía de mi madre.
- Cariño, levántate, son las 10 a.m. y recuerda que hoy tendríamos una conversación tu padre, tu, yo y bueno otra persona... - dijo mientras me zarandeaba por mi hombro.
- ¿Otra persona? - pregunté curiosa.
- Si cariño. Cuando estés lista bajas, por favor.
- Claro
Y dicho esto, mi madre dejó mi habitación cerrando tras ella la puerta. ¿Quién más estaría en esa conversación? ¿Conocería a esa persona?
Para no tardar ni un segundo más, me levanté y me fui directa al cuarto de baño a prepararme. Me duché y cuando salí me puse unos pantalones cortos con degradado en azul y una camiseta blanca de tirantes que quedaba un poco más larga por detrás que por delante y en la que ponía en el mismo tono que el pantalón “Beach" con una palmera a cada lado y unas Vans azules claras. Cuando terminé, me arreglé el pelo al natural y haciéndome algunas ondas en las puntas para que no quedase tan simple. Y de maquillaje la raya del ojo y mi vaselina preferida de fresa. Terminé e hice la cama. Bajé a la cocina donde mi madre ya me tenía preparadas unas tostadas con mantequilla y un tazón de colacao como a mi me gusta, y parecía que iba a desayunar sola por lo que podía ver. Terminé, puse a fregar el plato y el vaso y cuando estaba todo listo, mi madre entró por la puerta de la cocina. Venía ella sola muy nerviosa, y me dijo unas palabras que no las olvidaré jamás.
- Siempre serás la niña de mis ojos, mi princesita, todo. Quiero que sepas que tanto tu padre, tu hermano y yo te amamos como nadie. Eres el alma de la casa. No lo olvides mi amor. - y cuando terminó, se puso a llorar. Yo no supe que hacer, así que le di un abrazo muy muy fuerte.
- Mamá, lo sé tranquila, pero, ¿por qué me dices esto?
Algo más tranquila y limpiándose las lágrimas - Solo por que quiero que lo sepas y que lo tengas presente siempre, por favor.
- Lo tendré, tranquila. - Y le di otro abrazo y un beso en la mejilla.
- Bueno, pues vamos al salón, nos está esperando tu padre ya...
- Vale, vamos. - contesté haciéndole caso.
Me levanté y junto a mi madre nos fuimos al salón, donde mi padre nos esperaba con una cara algo ¿triste? no sé. Encima de la mesa estaba el móvil que ayer cogí, el de mi madre. Parecía que estaba con una llamada entrante y en altavoz. Le hice un gesto a mi madre como pidiéndole que me explicase algo, pero solo me dijo que me sentara. Quede entre ellos dos y el teléfono delante nuestro.
- Bueno ____, sé que ya eres mayorcita - me dijo mi madre con nostalgia en la voz - y que ya debes saber todo. La otra persona que iba y está en la conversación es a través del teléfono, creo que reconocerás su voz.
En ese momento, quien estaba detrás de la línea habló. Claro que reconocía esa voz. No era para nada española, parecía inglesa, pero eso si, hablaba muy bien el español. No sabía su nombre, pero si recordaba que era la misma persona que llamó ayer cuando mis padres no estaban.
- Hola, soy la misma mujer que habló contigo ____....perdón por colgar....
- Oh no, tranquila...
- Anne, me llamo Anne. Encantada de hablar contigo ____.
- Oh pues tranquila Anne por lo de ayer. Mi nombre ya lo sabes, e igualmente. - dije todo lo educada que pude.
Yo aun no entendía NADA, y cuando decía que no entendía NADA era NADA. ¿Qué asunto tan importante se traerían mis padres y esta mujer entre manos? Ni idea, pero esperaba hoy poder descubrir algo más.
- Bueno cariño - habló ahora mi padre - creo que ya es hora de contarte todo. Sólo quiero decirte antes que te amo mucho princesita mía, que eres una de las partes más importante de mi vida, y lo serás hasta el último de mis días.
Ya estas palabras entre las de mi madre y las de mi padre, me estaba poniendo muy nerviosa. Necesitaba ya saber lo que sea. Entre el calor que hacia y lo nerviosa que estaba no paraba de abanicarme con la mano, ya que estaba más nerviosa de lo normal.
- Necesito ya saber lo que sea. Me estoy desesperando. - contesté algo alterada.
Esa voz a través del teléfono volvió a hablar pero, para decir unas palabras que en mi vida imaginaría que iba a escuchar.
- ____, creo que para tus padres....será muy difícil decir todo esto - dijo aquella voz a traves del teléfono - y no sabes lo difícil que puede llegar a ser para mi. Sé que no me conoces, y me gustaría pedirte perdón, dirás ¿alguien que no me conoce me pide perdón? Pero si te conozco, y aun que no lo creas, eres muy importante para mi. Sé que jamás me perdonarás, pero te tengo una explicación para todo lo que me quieras preguntar despues. Solo te pido que me escuches, mi niña.
Estas palabras me estaban dejando totalmente confundida. No entendía absolutamente nada. Mire para el lado y mis padres se estaban abrazando llorando los dos, consolándose el uno al otro.
- Anne, perdona que te diga, pero no entiendo nada de lo que esta pasando. Mis padres están llorando y tú me dices esas palabras. Estoy confundida.
- Lo sé, y es comprensible que estés así, pero antes de todo también te pido otra cosa, no te enfades con....tus padres, no les eches nada en cara. Ellos te aman.
- Lo sé, jamás podría hacer eso. No tengo motivos para tal cosa.
- Ya, pero solo quería recordartelo. Bueno, creo que ya es hora, ¿Lorena, se lo decis vosotros, o yo?
- Anne, preferimos que se lo digas tú - dijo mi madre tras un sollozo.
- Está bien... - suspiro y volvio a hablar - ___, yo...soy..tu madre.
En el momento que escuché esas 4 palabras de ''yo soy tu madre'' por parte de Anne, se me repetian mil veces en la cabeza. Mis ojos se aguaron en cero coma. Cuando miré para mis padres, ellos estaban llorando sin parar, creía que todo era una broma, que era un sueño. Sabía que tenía que despertar. Esto no podía ser cierto, no no, esto no me estaba pasando a mi, pero nadie decia nada, tambien escuchaba sollozos detrás de la linea del telefono, provenian de Anne, yo ya no pude aguantar más y rompí a llorar. Me levanté del sofá, y sali corriendo hacia mi habitación, donde cerre la puerta tras un portazo. Me puse mis auriculares, con canciones de mis ídolos, One Direction, esos cinco chicos siempre sabían sacarme una sonrisa con sus canciones en cualquier momento, pero el dolor que tenía en el pecho era tan grande esta vez, que ni las voces de ellos podían calmarlo a través de sus melodías.
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