Vamos Lejos

11: Huesped 2/2

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Dos dias han pasado desde que Kouga quedo herido y esta en una de mis habitaciones como mi huesped.

Siempre voy a su habitacion a pasar el rato con el entre abrazos, besos, palabras cursis de el y sonrojos mios.

Yukira no se molesta que pase el tiempo con el ya que piensa que estoy viendo como esta y haciendole compañia y es verdad solo que no sabe que estamos en un tema un poco raro.

No es mi amante ni nada parecido pero, si sigo en esto lo terminara siendolo.

Se que los youkais de palacio saben mis andanzas con Kouga pero, a ellos no le interesa con quien este.

Es de noche y Kouga debe de estas durmiendo pero, quiero verlo.

Lo vi tres veces en el dia pero, no mucho tiempo.

Yukira esta dormida y sali con facilidad.

Camine hasta su habitacion y corri la puerta corredisa y entre, cerrandola tras mi.

Me arrodille frente a el mientras dormia y acerque mi mano hasta su cabello y lo acarie.

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—No estoy dormido. —Hablo el lobo.

Se asusto retrocediendo. —Ko-Kouga ¿¡porque estas despierto!?.

Se sienta un poco. —Las heridas me duelen. —Lo mira con una mueca en la cara.

—¿¡En serio!?. —Se acerca nuevamente.

—Si. —Se suelta el obi de su kimono y baja las mangas del mismo mostrando las heridas en su hombros y vientre.

—Estan rojas. —Se sorprende.

—Duele.

—¿¡Puedo hacer algo!?.

—¿¡Que podrias hacer Inuyasha!?.

—Bueno, tiempo atras kagome se hirio el hombro al un youkai con sus garras la corto ese lugar y aplique mi saliva y dos dias despues estaba sano, talvez sirva mi saliva en ti tambien.

Sonrie. —Esta bien.

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Su sonrisa me dejo con un sabor raro en el estomago mas no dije nada y me acerque a sus heridas mientras el me mira fijo.

Empece a lamer su hombro en todo su herida, mientras el se queja un poco sera que le arde.

Al terminar con los hombros fui a su vientre e hice lo mismo que con los hombros.

Al terminar alce la mirada y lo vi mirandome tambien fijo.

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—Eso te lo curara. —Dijo esperando su respuesta.

—Gracias, ya no duele mucho. —Pasa su mano por la mejilla del platinado. —Inuyasha

—¿¡Hmg!?.

—Quedate conmigo hoy. —Acaricia la mejilla del joven.

—No puedo.

Rie. —Me dijiste que no podias venir a verme porque tu mujer se daria cuenta y mirate, esta aqui conmigo. —Se acerca mas a Inu, sentandosele sobre el regazo del platinado y abrazandolo por el cuello, sin hacer muchos movimientos bruscos para que sus heridas no le duelan.

—Kouga en serio no puedo. —Acerca sus labios al cuello del lobo y pasa sus colmillos suavemente por el cuello del lobito.

—Mmm, Inu no hagas eso. —Dice mientras juega con el cabello del platinado.

—Es porque no puedo quedarme, que hago eso.

Sonrie. —¿¡Y si te quedaras que me hicieras!?. —Lo mira a la cara.

Se sonroja. —Nada. —Ladea el rostro.

Kouga lo empuja sobre el suelo y el queda sentado aun en el regazo del peliblanco. —¿¡Que me harias!?. —Vuelve a preguntar.

Se ve acostado y Kouga sobre el. —Estas herido. —Habla sin pensar.

Rie. —¿¡Y si no estuviera herido!?.

—Deja las preguntas. —Lo agarra de la cintura.

Rie a carcajadas bajas. —Tontito Inu. —Se agacha un poco hasta Inu y lo besa en los labios, luego se acuesta sobre el pecho del platinado. —Descansa.

Suspira abrazandolo un poco mas de la cintura suave. —Descansa tu.

—Buenas noches Inu. —Bosteza con los ojos cerrados.

—Buenas noches Lobito. —Cierra los ojos.

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Tanto que no queria quedarme en su habitacion y quede haciendolo y el acostado sobre mi con su kimono abierto del pecho.