Vengeance (#2)

14. verdades ocultas.

Vengeance estaba tumbado en su cama en el dormitorio que tenía asignado en el edificio de hombres de la Reserva.
Con las manos bajo la cabeza y todo el cuerpo desnudo dejando que la fresca brisa nocturna que entraba por las ventanas abiertas secara su cuerpo después de la helada ducha que se había tomado.

Allí estaba recordando la reacción del cuerpo de su ratona a sus palabras susurradas.
Las palabras y sus actos fueron un impulso del momento, producto de la reacción de ella a la visión de su cuerpo.
Al principio cuando ella no respondió a su pregunta no cayó en la cuenta de que su silencio estaba causado por el hecho de que hubiera levantado su camiseta, pero después cuando ella dijo que le consideraba sexy a él se le ocurrió aspirar profundamente, y el aroma de su excitación fue mejor que cualquiera que hubiera olido jamás.
Puras especias picantes sobre un fondo de frutas, su ratona olía a comida y él estaba ansioso por devorarla.
Y sabía perfectamente como lo haría, de pies a cabeza le lamería cada centímetro de su perfecto cuerpo, pero se prometió que le dedicaría una especial atención a aquellos hermosos pezones que a través de la sedosa bata que llevaba parecía burlarse de él. 

 Pezones malos y crueles que querían hacerle sufrir. Pero él les enseñará una lección.

Tampoco le pasó desapercibido el suave sonrojo que la invadió mientras el le susurraba sus palabras eróticas, la muy pícara había estado tan caliente que hasta él se filtró el calor de su cuerpo.

 Y que rápido respondía, con cada palabra, el sentía aumentar el delicioso aroma de los dioses. El olor de su excitación fue impresionante, pero seguro que sería mucho más delicioso comer su miel desde la fuente.

Ven tenía los ojos cerrado a imaginándose mientras le sujetaba las piernas abiertas y la devoraba cuando el teléfono de la mesilla de noche empezó a sonar.

 Su erección, que ya de por sí era impresionante, amenazó con expulsar su carga, porque al momento que escucho el timbre recordó como semanas atrás su amigo Leo le contó de la llamada nocturna que había tenido con su compañera.
Sólo imaginar que su pequeña ratona le estaba llamando para que ambos se tocarán y masturbaran juntos, uno en cada lado de la Reserva, resultaba tremendamente excitante.

-Si- su voz ronca respondió al teléfono.

-Ven espero no despertarte, tenemos un problema.

Ven de inmediato se puso serio, esa voz ronca no le pertenecía a su dulce compañera, sino que era propiedad de Brave, uno de sus amigos más cercano con el que había colindado su celda durante el último año de cautiverio.

-Que ocurre? Nos han atacado?

-No, pero será mejor que vengas cuanto antes al centro de operaciones. Alguien quiere llevarse a tu compañera.

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Cuando Ven entró en el centro de operaciones no se esperaba encontrar allí a tantos especies, todos, al igual que él , portando todo su uniforme de la ONE, incluyendo las armas y chalecos antibalas.

- Cual es el peligro que amenaza a mi ratona?

-Ratona? En serio? Cada día me preocupa menos ese interés tuyo en ella- Ven le dedicó un amenazante gruñido al humano impertinente, el hecho de que fuera el hermano de compañera era lo único por lo cual no le rompía todos los dientes cada vez que abría la boca. -ella sabe que la llamas así?

- Eso no es de tu jodida incumbencia. ¿Me vas a decir que pasa?

- En la puerta tenemos a un grupo de seguridad Nacional, vienen a detener a Anne por terrorismo informático.

- No se la van a llevar a ningún lugar, ella no es una terrorista.

-No me digas genio? - soltó Tim -Lo de terrorismo no es más que una escusa, quieren llevarla para obligarla a trabajar para ellos, según mis fuentes seguridad Nacional esta montando un nuevo grupo de operaciones formado por genios y Hackes y que el nombre de ella está en la lista. Todos los componentes del grupo son personas que han accedido a trabajar a cambio de una reducción de condena, una especie de Escuadrón Suicida formado por cerebritos.

-Y se la quieren llevar a la fuerza, y han sacado a la luz un par de trabajitos que hizo hace unos años.- dijo Trey, este lucía enfurecido, con la puños apretados a los lados de su cuerpo, y la cara roja de rabia.

- Que clase de trabajitos?-preguntó Jericó -los cargos de terrorismo deben de tener algún tipo de base. Tal vez podamos rebatirla.

-No, es culpable. A los 15 años entro en la base de datos del Ejército de los Estados Unidos, se infiltro en las fuerzas aéreas y hackeo a los Seals.

-QUE?
-COMO?
-PORQUE?

-Para encontrarme a mi. Al entrar a trabajar para las nuevas especies se borró todos mis datos del sistema por motivos de seguridad y antes de eso estuve en varios cuerpos diferentes, siempre encubierto, no fue fácil dar conmigo. Y para ello hizo un montón de cosas ilegales .

-Hizo todo eso por ti, y aún así la dejaste sola?-dijo Jericó, furioso en nombre de aquella hembra a la que había tomado respeto.

-No tenía otra opción, de haberme quedado le habría caído la perpetua.