CAPITULO – 12LALI
Seis de la tarde ya y no consigo pensar en nada mas a no ser en Peter, en cómo debe estar y en lo mal que me siento de haber hablándole así. Cuando ya no aguantaba más decidí que tenía que hacer algo, que tenía que hablar con él y pedirle perdón por todo.
Saque mi celular y llame. Una. Dos. Tres veces y nada. No quiere hablar conmigo y ahora tengo solamente una opción.
Ir a su casa.
Me cambie la ropa y salí en dirección a la casa de Peter, hablara conmigo si o si hoy. Toque la campana y en unos segundos me abrió una mujer de media edad y muy bonita, su pelo castaño medio rubio y sus ojos claros como el de Peter, tenía una sonrisa luminosa pero una mirada un tanto cuanto apagada, y me recibió mejor que cualquier otra persona.
-Hola. -dije tímidamente bajo la atenta pero tierna mirada de la mujer-
-Hola. ¿Cómo te llamas?
-Lali.
-Vos sos Lali? -me pregunto sonriendo, la mire un poco extrañada- Peter me habla mucho de vos. -sonreí ante su dicho, así que habla mi-
-La misma. ¿Esta Peter?
-Sí, si claro. La última puerta es su cuarto. Ve. -le sonreí agradeciendo con la mirada y camine hasta la habitación, toque dos veces y escuche su vos diciendo un ''No quiero hablar con nadie, no jodan. '' Parecía enojado, me odio por hacerlo sentir así-
Toqué una vez más y sentí sus pasos, pesados y seguros, abrió la puerta con una expresión enojada pero cuando su mirada se conectó con la mía se suavizo, apenas por un momento para luego volver a la enojada.
-Que quieres? -dijo con ¿desprecio? Dios que hice-
-Vine hablar con vos.
-No quiero escucharte.
-Pero vas hacerlo. -enarco una ceja y me miro divertido, luego hizo un espacio para que entre en su habitación y así lo hice, mire un poco alrededor y no es nada como me lo espere, tiene miles de libros, cd's y películas en varias estantes, una cama enorme y cuadros de variados temas-
-Que quieres? -pregunto nuevamente sonando esta vez cansado-
-Quiero pedirte perdón por lo de hoy, no debí de hablarte así per....
-Listo ya te puedes ir.
-Peter.
-Ya te disculpaste no?
-En realidad no. Quiero decirte un par de cosas más.
-Ve Lali.
- ¡NO! Vamos hablar.
-No ves que no quiero hablarte? No quiero escuchar sus mentiras.
-No son mentiras, te estoy diciendo la verdad, lo siento por hablarte así pero no quería que los chicos te jodieran más, no los quiero cerca de ti.
-Y por qué? ¿Tanta vergüenza te doy?
- ¡No, cabeza dura! Porque no quiero que hablen cosas que no son, que empiecen una discusión y salgas herido, no puedo aceptar eso.
-Sabes que no es por eso que me hablaste de aquel modo.
Respire unas docenas de veces para controlarme, este chico me saca de quicio. Acá estoy yo intentando disculparme, cosa que nunca hice en la vida, ¿y me está diciendo que es mentira?
-Te estoy diciendo la verdad! -explote y golpeé la pared, segundos después me di cuenta la estupidez que hice, el dolor broto de una manera horrible y las lágrimas salieron, no sabía si era por el dolor mismo o por otra cosa-
-Estas bien? -me miraba angustiado y preocupado, pero aún tenía esa mirada tierna cada vez que nuestros ojos se conectaban, seguro mi mano y la curo un poco, no tenía mucho sangre-
-Porque eres así conmigo? -me miro extrañando mi pregunta y tratando de secar las lágrimas que salían, aún tenía su mano en la mía y se sentía bien-
-Como soy contigo?
-Tierno. Me cuidas y te preocupas conmigo como nadie lo ha hecho y mismo después de todo lo que hice. ¿Porque lo haces?
-Porque.... me sale así. -giro su mano y entrelazo nuestros dedos, un gesto simple pero que hizo que mi corazón latiera aún más deprisa- Me gusta cuidarte y abrazarte, me siento bien cuando tienes tus brazos alrededor de mi cintura y tu cara en mi cuello. Me una paz enorme cuando estamos mirando una película y te quedas dormida en mis brazos, con tu boquita entreabierta y tu respiración cerca de mi cara. Me gusta simplemente estar cerca de ti. -dijo todo eso mirándome a los ojos y acariciando mi mejilla, me quede sin hablar, me dijo todo lo que sentía y fue tan sincero. Sonreí y nos quedamos mirándonos un largo rato, hasta que no pude más y me acerque a el abrazándolo por la cintura como tanto le gusta, es como mi energía, que cada vez que le abrazo me recarga para estar bien otra vez-
-Gracias por ser así. Sos distinto y es lo que más me gusta de vos. -dije susurrando y escondiendo mi cara en su cuello, este chico hace que siento esas famosas mariposas en la panza y por primera en la vida, sentí que sonrió y me apretó aún más a su cuerpo. Me gusta ese montón de sentimientos nuevos y grandiosos que siento con él, experimentar cosas nuevas y sentirme realmente feliz, por primera vez en la vida-