CUMPLEAÑOS

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PALABRAS EXTERMINANTES

Era el quinto cumpleaños de mi hijo Pablo, el amplio salón de nuestro vetusto piso, estaba atestado de familiares. Mis hijos, Pablo y Andrea estaban sentados en la larga mesa, que habíamos instalado para el acontecimiento. Mi hermano Javi, estaba junto a su mujer Julia y su hija Laura. Desde que empezaron a salir tuve la sensación de que eran una pareja incompatible, mi cuñada era una mujer culta e inteligente, mientras que mi hermano, era un bruto al que nunca le había interesado el arte o la cultura. De esa extraña unión, nació mi sobrina Laura, una niña maniática y excéntrica, que no se, si por molestar, o por llamar la atención repetía tres veces la última palabra de todas sus frases. También estaban mis suegros Fernando y Cristina, mi cuñado Sergio con su novia Rosa y mi amada esposa Mónica, que estaba en un rincón hablando alegremente con mi amigo Juan el "místico" que era el padrino de Pablo y lo considerabamos como uno más de la familia.

Toqué mi anillo y me acerque a Mónica para escuchar la conversación. Juan le estaba pidiendo que fuera voluntaria para uno de sus trucos de mentalista.

- !Verás que divertido¡— ánimo a Mónica —!mira este papel¡- insistió.

Todos los invitados se giraron para ver el truco de ilusionismo. No era la primera vez que montaba uno de sus espectáculos en una reunión y todos esperaban expectantes para saber con que los sorprendía, aunque a mi sus trucos me parecían una pantomima, el se sentía orgulloso de su habilidad como mentalista aficionado.

Miro a su alrededor para asegurarse de que era el centro de atención antes de continuar.

- aquí voy a apuntar una palabra- dijo mientras escribía algo en un trozo de papel- ahora te haré unas preguntas y tienes que responder lo más rápido que puedas.¿Ok?- dijo mirando a Mónica.

Ella asintió, con un leve movimiento de cabeza.

-Toma Julia, guarda el papel, luego te pediré que lo leas- le pidió a mi cuñada, mientras le pasaba el papel doblado para que nadie pudiera leerlo.

-¿1+1?- empezó Juan.

-2- respondió Mónica rápidamente.

-¿2+2?-

-4- respondió Mónica.

-¿4+4?- siguió preguntando Juan.

-8-

-¿8+8?-

-16- dijo Mónica sonriendo.

-¿Ahora dime el nombre de una verdura?- pidió Juan.

- ¡zanahoria!- dijo Mónica.

- Julia lee el papel que te di antes- dijo Juan con una sonrisa de triunfo.

- zanahoria- dijo después de desplegar el papel.

- te he leído la mente- afirmó Juan eufórico.

Todos miraban asombrados a Juan.

-¿ Cómo lo has hecho?- pregunto Mónica sorprendía.

- leo las mentes, ya te lo he dicho- dijo Juan sin dejar dejar sonreír.

Pensé en que si yo pudiera leer la mente, quizás mis padres seguirían vivos y estarían disfrutando aquí, con toda la familia reunida... Pero habían muerto en un terrible incendio, hacia ya seis años, y desgraciadamente no habían llegado a conocer a mis hijos.

Note que los ojos se me enrojecían, toque mi alianza de casado, la hice girar alrededor de mi dedo, mire a mi hija pequeña Andrea y conseguí contener la tristeza que me invadía, esboce una media sonrisa y Andrea sonrió dulcemente.

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