TELEDIARIO

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El resto del día me lo pasé dormitando, veía mi anillo en sueños, en manos de otra persona, veía a mi hijo sonriendo como nunca antes lo había visto y veía a Mónica abrazada a una sombra mientras sonreía con satisfacción. Me despertaba y volvía a dormirme sin ser totalmente consciente de donde estaba ni de que hora era.

Al día siguiente, por la mañana, me sacaron de la unidad de cuidados intensivos. Me llevaron a mi nueva habitación del hospital. Juan estaba dentro esperando mi llegada.

-¿Cómo te encuentras hoy?- pregunto Juan.

- mejor - dije con desgana.

- se te ve mejor cara - afirmó Juan, su mirada era triste y cansada.

-¿Has encontrado mi anillo?- pregunte impaciente.

- no, pero no te preocupes por eso ahora, lo que tienes que hacer es recuperarte -

- ¿pero has ido a buscarlo como te pedí?- seguí preguntando ansioso.

- bueno, pase por el poblado, pero aquello era como un cementerio, todo oscuro y en silencio, tuve miedo - me confesó Juan.

- !no lo has llegado ni a buscar, maldito cobarde¡- estaba perdiendo los nervios, el maldito inútil no había recuperado mi anillo.

- está prohibido entrar en el poblado, la policía lo ha precintado, además tuve que ocuparme de un asunto - se excusó Juan.

- ¿has hablado con la policía?, ¿han encontrado mi anillo?-

- nada de momento, dicen que están recopilando pruebas. No entiendo tu obsesión con ese anillo - inquirió Juan - espero que algún día me expliques porque tiene tanto valor--

Suspire resignado, tenía la impresión de que Pablo me ocultaba algo, y la idea de perder mi anillo para siempre, me dolía como si me volvieran a clavar un puñal en el costado.

-¿Y Mónica, cuando va a venir?, y no me vengas con excusas, se que me estás ocultando algo- afirme con aplomo.

- no lo sé, no coge el teléfono, luego me pasaré por tú casa a ver si la localizó, le diré que has preguntado por ella- dijo ignorando mi acusación.

- ¿No hablaste ayer con Mónica?-

- la llame, pero no conseguí contactar con ella, luego fui a ver a tu cuñada, aunque no me dejaron verla. Dicen los médicos que está muy grave, que estas horas van a ser decisivas y tu hermano, tendrías que verlo, está destrozado, no se separa de su cama ni un instante, no come, no duerme, como siga así va a caer enfermo. Después fui al poblado a buscar tu maldito anillo, y luego tuve que ocuparme de un asunto...-

- ¡Deja de mentirme!- le interrumpi. Su voz temblorosa delataba su engaño - cuéntame que está pasando -

- tienes razón - admitió - no sabía si contartelo, pero creo que es mejor que lo sepas -

-¡ve al grano!- exigi.

- mientras estaba en el poblado de los astrales buscando tu anillo, me llamó Charlotte. Pablo tenía fiebre, ¡una fiebre muy alta!, y hemorragia nasal, ella intentó cortar la hemorragia, pero al ver que no lo conseguía, llevó a Pablo a urgencias. Fui directo al hospital, por eso no llegue a buscar tu anillo- me increpó - Cortaron la hemorragia de Pablo, había perdido mucha sangre y necesitó una transfusión. Ahora está en el hospital infantil, ya no tiene fiebre , pero sigue en observación. No he parado en toda la noche y tú, en vez de agradecérmelo, me recriminas que no he encontrado el jodido anillo¡-

La noticia me dejó perplejo, «otra vez hemorragia y fiebre» pensé. Me quedé sin habla, había sido un insensible, Juan me estaba intentado ayudar y yo sólo pensaba en mi anillo.

PALABRAS EXTERMINANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora