PALABRAS EXTERMINANTES

RITUALES

Entre en casa, todo estaba en silencio. Comí las sobras de macarrones que había del día anterior y me acomode en el sofá del salón, mientras veía las noticias en el televisor. Y aunque la noche anterior había dormido muy bien, me quedé profundamente dormido.

Soñé con tres tigres con dientes afilados como cuchillos. Me acechaban entre las sombras, me quedé paralizado, solo podía tocar mi anillo, una de las fieras, la que tenía los colmillos más largos y afilados, se abalanzo sobre mi, levanté mis brazos intentado protegerme y grité. Mi propio grito me despertó. El televisor seguía encendido, mi cuerpo estaba empapado en sudor, mire mi reloj, se hacía tarde y tenía que recoger a Pablo.

Llegue al colegio cinco minutos antes de que abriesen la puertas, las madres eran como gallinas, cacareando cosas triviales, mientras esperaban que saliesen sus polluelos. Cuando abrieron las puertas del colegio fueron saliendo los alumnos, primeros los pequeños y los últimos los mayores. Pablo salio como siempre con el rostro serio, para el era como un ritual. Cuando me vio, se acercó y me agarro la mano. Fuimos caminando hasta casa. Por el camino le comente que iba a venir Juan y que íbamos a ver a una mujer que podía curar a personas especiales. Mientras, Pablo caminaba mirado un punto en el horizonte con desinterés.

Juan llego a la hora acordada, fuimos por la autopista del sur, pensando que llegaríamos mas rápido, pero en el trayecto nos encontramos con retenciones de trafico importante, estuvimos parados en el coche de Juan un buen rato. Desde el coche se podía ver un famoso poblado chabolista, el supermercado de la droga, decían los periódicos sensacionalistas. Uno de los barrios mas conflictivos del país. Se decía que entrar en ese barrio era como entrar en zona de guerra. Estaba controlado por una especie de clan que se hacían llamar los Astrales. Yo no sabia si era verdad , pero se oían muchas historias sobre gente que había entrado al barrio a hacer cualquier trabajo y les habían atracado, agredido, violado, e incluso asesinado. Aunque yo pensaba que en esas historias siempre había un punto de exageración.

Por fin el atasco se fue despejando, al parecer un camión y un autobús habían chocado y les había costado bastante retirar los restos del siniestro de la calzas, para poder restablecer el trafico.

-Mal royo- dijo Juan haciendo la señal de la cruz y buscando un trozo de madera que tocar- Aquí ha habido muertos seguro- dijo con voz grave.

Al contrario que a la mayoría de gente no me daba ningún morbo ver un accidente de tráfico,  así que mientras el resto de conductores miraban hacia el accidente, yo miraba las chabolas del barrio de los astrales.

Seguimos por la autopistas, siguiendo las indicaciones del gps del coche de Juan, era un bmw ultimo modelo, se notaba que el "místico" tenia un buen nivel de vida, yo aveces lo envidiaba, trabajo, mujeres, lujos, no le faltaba de nada, gracias a su pico de oro.

Al fin pasamos por la entrada del local. Juan me lo señalo, después dió varias vueltas intentando encontrar un sitio, donde aparcar  su flamante coche, finalmente  encontró  un hueco en un callejón oscuro, a unos doscientos metros del lugar donde nos esperaba la supuesta experta en parapsicología. Bajamos del coche y nos dirigimos al local. En la puerta había un cartel luminoso que decía "El tarot de charlotte" y en el escaparate tenia expuestas distintas barajas de cartas, y algunos libro sobre como leer el futuro en las estrellas, quiromancia y cosas así. Cuando entramos sonó una campanilla que había en el quicio de la puerta para avisar de la entrada de posibles clientes. Olía a incienso y a moho, las estanterías estaban llenas de polvo, nos recibió una mujer obesa de unos cuarenta y pico años, con el pelo rubio platino y la uñas pintadas de azul a juego con el maquillaje de sus ojos, se había pasado con el rimel y las pestañas eran un amasijo de grumos con pelo. Los labios pintados de rojo pasión, acentuaban su tez blanca y fofa.