Capítulo 16.

18 0 0
                                    

- ¿Por qué me haces esto si no vamos a tener sexo? Me dan ganas de subir contigo y no bajar en unas tres horas.- Me dice mientras me sujeta fuerte por la cintura. Mi lívido se despierta y se sacude la pereza en mi vientre. Siento como el ambiente entre nosotras comienza a ser más cargado entretanto miro la mutación de sus ojos tiernos para dar paso a la insaciable lujuria. A pesar de que mi cuerpo me decía a gritos que tomase su mano y la llevase escaleras arriba para simplemente olvidar todo a mi alrededor, sabía que mi mente tenía sus razones para retenerse.

- Lo hice más que nada porque necesitabas un poco de motivación.- Le doy un toque con el dedo en su nariz. - Además, está donde sé yo, tu no querías sexo hasta que tuviéramos una cita.- Argumenté mientras deslizo hacia ella y me abrazo a su espalda. Le acaricio el cuello con la nariz y ella se tensa un poco para luego inmediatamente relajarse.

- Eso me hace cosquillas.- Dice mientras sus manos juegan con mi espalda baja casi que trasero, rozando el jean que ella me prestó.- Para no sonar tan mezquina sobre el tema, tomé una decisión sobre eso. Pensé en por qué no darte todo lo que tu quieras en el momento en el que tu quieras. Y en ningún momento llegó una razón por la cual no. Incluso llego a pensar que era más mi propia timidez hacia mi cuerpo la que no me permitía ver que en realidad tengo un muy buen cuerpo, todo bien definido y construido. Entonces si tengo eso, ¿Por qué no aprovecharlo? Si me quiero lo suficiente como para quererte ¿Por qué no aprovechar eso?

- ¿En qué momento pudiste pensar todo eso?- Pregunté mientras soltaba una carcajada y le quitaba algo de hierro al asunto.

- Muy tarde, cuando el sueño es fuerte y te ríes por casi cualquier cosa.- Su cuerpo se sacudió en un risa.

- Con razón.- Dije mientras dejaba un estela de besos en su cuello. Ella se estremece y sus manos ansiosas comienzan a jugar con las hebillas de mi pantalón por la parte trasera.

- ¿Puedes dejar de hacer eso? Por favor...- Suplica mientras se retuerce bajo mi abrazo.

- Perdón, es que algunas veces me provoca mucho hacer eso. Es tu culpa por ser tan irresistible.- Ella ser ríe sin tomar en serio mis palabras.

- ¿Irresistible? ¿En serio? ¿A ti y a quién más?.- Pregunta mientras sonríe.

- A la gran mayoría del colegio. ¿No te das cuenta que se te quedan viendo por los corredores?

- ¿A mi? Pensaba que era por la belleza que me acompañaba.- Me aprieta un nalga. Yo le doy un beso en su clavícula.- ¿Ves? Haces eso, pero luego dices que no quieres sexo. Me confundes.

- Era una muestra de afecto Alex. No todo contacto de mis labios en cualquier zona de tu cuerpo quiere decir que tengo ganas de sexo.

- ¿No?- dice mientras frunce el ceño muy adorablemente. Yo me río ante su mala interpretación de mi afecto.

- No, relájate y disfruta. Solo significa que quiero darte cariño sin importar nada. Cuando quiera sexo contigo, te diré. Serás la primera en saberlo.

- Eso espero. Porque ¿Sabes qué? Esto.- Me sujeta de los glúteos, fuerte, masajeándolos, pegando su cuerpo contra el mío. Yo suelto un pequeño grito de la sorpresa y me deja jadeando.- Me pertenece. Que nunca se te olvide. ¿Ok?- Todo mi cuerpo se estremece ante su voz autoritaria y dominante, dejando un palpitar muy atrayente en mi vientre.

- Si, señora.- Digo con la respiración agitada aún.

- Bien. Ahora, lo que me pertenece y esperemos que para siempre.- Me separa la cara de su cuello y me sostiene ahí, con una mano me agarra de la barbilla, y la otra pasa por mi mejilla, causando un ligero rubor. Me mira intensamente y me hipnotiza.

She Is My Everything.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora