Capítulo 11.

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Me inundó el pánico y mi cara perdió color cuando escuché esa frase salir de la boca que había estado adorando hace poco tiempo. Alex me miraba, notando como el pavor crecía en mi.

- Cálmate Lucy, te va a dar un ataque de ansiedad.- Dice con un tono socarrón que solo hizo mis nervios crecer aún más.

- ¿Cómo me puedes decir que me calme cuando la mamá de la persona con la cual me estaba besando está dentro de la misma habitación que nosotras?- Respondí retóricamente y enojada con una pregunta. Se carcajeó mientras abría la puerta del coche.

- ¿No te han dicho que responder con una pregunta es de mal gusto?- Pregunta y no creo que sea la única en darse cuenta de que fue eso lo que hizo. La miro con una expresión que le diese a entender que no estaba para bromas.- Sal del auto.- Me ordenó. Yo la miro preguntándome si no estará completamente loca. -Vamos, Lily no muerde.- Dicho esto me saco a empujones y contra mi voluntad del carro.

En el garaje no había cambiado nada excepto que había una señora alta de pelo caramelo igual al de Andrew me miraba con unos ojos de color tierra que era la copia exacta a los iris del mismo, expresión que, en cambio a su hijo más jóven, prometía comprensión. No podía mantener la mirada por la vergüenza que me carcomía por dentro. Y debido a esto desvíe mis ojos hacía Alex que jalaba de una palanca bien escondida en el carro, y acto seguido el asiento se colocaba en su estado principal. Alex tomó las llaves del carro y sale de este colocándose a mi lado. Da un ligero paso al frente y se coloca delante de mi cubriéndome la mitad derecha de mi cuerpo, incluyendo la rodilla sangrante.

- Hola Mamá. Ella es Lucy. Lucy, ella es mi Mamá, Lily Monett.- hizo las presentaciones respectivas con andares relajados y el ambiente se llenó de un silencio incomodo que sólo logro que me sonrojara. Solo podía pensar en la primera impresión que le estaba dejando; labios hinchados por razones obvias, la camisa del colegio fuera de la falda debido a las caricias de Alex que me estaba dando con anterioridad de que ella nos interrumpiera, mi falda arrugada por mi posición sugerente y mi sonrojo inolvidable e inquebrantable. De seguro piensa que soy una cualquiera. Doy pena. Mi vista cae inevitablemente al suelo por la pesadumbre.

- Hola Lucy. Alex me ha hablado mucho de ti. - Dijo la señora Monett luego de ver que yo estaba demasiado tímida para hablar y obviamente el silencio había sido duradero. Subo la mirada y veo como intercambia un vistazo comprometedor con Alex. Yo le tomo la mano a Alex, preguntándole sin palabras qué locuras le habrá dicho a Lily. Y ella no perdió nota de nuestro contacto.

- No le dije nada malo. Ni ninguna cosa muy extraña.- Me aseguró Alex, aunque no supe si creerle por la pequeña sonrisa que observé en su cara.

- Mejor hablemos adentro. Va a ser más cómodo para todas.- Me dio una sonrisa tranquilizadora qué dejaba ver qué "todas" era yo. Ese gesto, a pesar de que sabía de sobra que no se dirigía con malas intenciones, me hizo darme cuenta de lo vulnerable que fui al ser tan tímida. Por lo que coloqué las cosas en su perspectiva. No debes estar nerviosa Lucy. Es sólo una persona más; que puede cambiar una de mis relaciones más importantes en este momento. ¿No estoy ayudando cierto? Cálmate.

- Mamá, de hecho, primero sería mejor qué nos bañáramos.- Dijo Alex dando un paso al frente y dejo ver mi rodilla herida.

- Oh, ¿qué pasó?- Dijo frunciendo el ceño, preocupación de madre quizás, mirando la mancha de sangre seca qué iba de mi rodilla en un raspón hasta una fina línea hasta mi tobillo.

- Te lo explicaré luego ¿Si? Primero hay que tratarla.

- Dices "tratarme" como si necesitara puntos. Es sólo un raspón, Alex.- Digo burlándome de ella y de su, a mi parecer, innecesaria preocupación. La señora Lily se ríe y Alex me mira fulminantemente.

She Is My Everything.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora