Capítulo 40 - Final.

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¡No lo podía creer! Siempre, siempre hace lo mismo. Siempre el dojo, siempre es una responsabilidad que no quería. ¿Por qué tuve que intentar complacerlos a todos? ¿Por qué no pude ser yo desde un comienzo y ahorrarme todo esto? ¿Por qué siempre tenía una presión sobre mis hombros? ¿No me podían dejar tranquila por unos segundos? Me apoyo contra una pared y cierro los ojos unos segundos, intentando calmarme completamente, y pensar con perspectiva.

No lo soportaba un segundo más. Tener que desplazar las cosas que realmente me importaban por simple berrinche de mi Padre era algo que siempre había odiado. Sin embargo, como tenía mucho potencial y carisma para ese mundo, él había visto un diamante en bruto, no una hija. Y parte de eso había sido siempre mi culpa; ya que a pesar de que me alejaba del dojo cuando comenzaba clases, volvía cada vez que tenía una oportunidad. Me había acostumbrado a estar ahí, compartir con la personas del lugar y a bromear con ellos en los entrenamientos, y con esa parte no tenía problema alguno; pero luego salía mi Padre y la directiva intentando aprovecharse de mis habilidades sin darle importancia a lo que yo pensaba y eso me tenía harta.

Si tenía que renunciar a una parte de diversión por otra que me estaba ahogando en cosas que no quería, pues lo haría. Ese dojo me había traído muchas alegría, pero no se comparaban con las cantidades de dolores de cabeza y malestares emocionales que tenía que soportar por ellos. Y era hora de darles un alto, de dejarlo todo por completo; de hacerme respetar y ver por mi misma.

Suelto un suspiro consciente de la discusión que tendría con los de la directiva, pero tenía que hacerlo. Entro al restaurante algo más calmada y me siento en la mesa, obteniendo miradas expectantes de las personas presentes, exceptuando a Rose que me veía desinteresada e indeferente, pero al menos era una mejora.

- Disculpen la interrupción. Era mi papá, surgió algo y me tengo que ir. ¿Tienen alguna manera de irse?.- Pregunto y Gabe niega con la cabeza.- No hay problema, los llevo yo.- Llamo la atención del mozo que nos atendió en un principio y le hago la señal de la cuenta. Él llega unos cuantos segundos después con el papel.

- Yo pago Alex.- Impide la señora Rose levantándose de la silla y extendiendome la mano. Yo entrecierro mis ojos viendola con sospecha sin saber la razón por la cual era tan "amable".- Sin objeciones.- Honestamente nunca haría una.

- Gracias señora Rose.- Murmuro sin salir de mi asombro y entregándole el papel. Nos levantamos de la mesa siguiendo a la señora Rose hasta la caja, ella paga y salimos del lugar.

Desbloqueo el coche y para mover asiento de conductor y así Gabe y Lucy pudieran entrar ya que la señora Rose estaba acomodada en el puesto de copiloto. Luego que todos están dentro, me ubico en el asiento de conductor y hago el camino rápidamente a casa de Lucy entre la música que la radio nos ofrecía. Llegamos, y Ramón me abre instantáneamente, saludando con una mano. Me apresuro a estacionar el coche en una plaza vacía cerca de la entrada del apartamento y salgo, muevo el espaldar del asiento y ayudo a los hermanos a bajar. La señora Rose rodea el coche y se coloca enfrente de mi.

- Gracias por pagar el almuerzo.- Agradezco educadamente y ella frunce en ceño. Evito rodar mis ojos al ver que la momentánea tregua había desaparecido.- Fue un placer conocerla.- Ella entrecierra sus ojos oscuros al notar que mis palabras eran falsas pero cordiales. Obviamente no fue un placer, en lo absoluto.

- Ahórralo Alex, lo dejaste claro en el restaurante.- Ordena con esa voz fría y monótona arrugando un poco más el ceño.- Aunque sea un poco fuera de lo convencional y poco ortodoxo, como tal hacen una buena pareja. Veamos cuanto dura.- Da media vuelta con una sonrisa de suficiencia y aprieto mis puños para contener mis ganas de ir y acortarle los días. Se adentra lentamente al edificio y Gabe la acompaña sigilosamente luego de darme un apretón de manos y una sonrisa de disculpa. Lucy quién se había quedado a mi lado me da un beso en la mejilla y sujeta mi mano con fuerza entre las suyas para calmarme.

She Is My Everything.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora