Capítulo 21.

11 0 0
                                    

La alarma suena y además de eso siento como alguien me sacude suavemente, pero con insistencia, creando en mi esa típica sensación que todos hemos experimentado de irritación hacía quién sea que te este intentando despertar a estas hora cuando lo único que quieres hacer es mantenerte en tu almohada y tu cómoda cama. Abro un ojo para ver el panorama, siendo lo primero que entra en mi cordura era la oscuridad que rodeaba mi cuarto. Char me mira con una gran sonrisa en su rostro, tiene una de sus diminutivas manos pegada en mi hombro. Yo suelto un ruido mientras cierro mis ojos con fuerza dejando caer mi cuerpo contra la almohada, buscando la poca y casi inexistente fuerza de voluntad que me ayudase a incorporar mi cuerpo. Me empuja de nuevo suavemente, posiblemente creyendo que quería volver a dormir y yo suspiro dejando notar mi cansancio, para de una vez terminar de desperezar mi cuerpo y alma.

- ¿Qué hora es?- Pregunto mientras me restriego los ojos y me incorporo.

- Cinco en punto.- Responde con su adorable parisina voz.

- Ok, fuera de la cama, tenemos que entrenar.- Ordené sin saber que eso sonaría tan rudo, por lo que le sonreí para aplacar la frialdad anterior, mientras la empujé fuera de la cama y ella cae suavemente en el piso sobre sus delicados pies.- Ve a ponerte tu kimono, y lávate los dientes.

- Está bien.- Responde suavemente mientras que en un revuelo de rizos rubios despedazados y aplastados por la almohada, sale de la habitación.

Yo por mi parte, voy a mi armario, y mi kimono ya esperaba ahí, tendido y planchado. La señora del servicio merecía una ovación, aunque usualmente nunca la veo. Me encojo de hombros mientras agarro la prenda, y de repente, me sacude el sonido de un trueno.

Por inercia y preocupación, me acerco a una de las ventanas de mi cuarto que daba al frente de la casa. Veo por ella como los árboles y plantas estaban sucumbiendo al implacable poder del viento. Y una condición ambiental ligeramente más grande. Unas pocas gotas caían desde arriba, golpeando con una ligereza de apariencia efímera el vidrio de mi ventana.

Genial. ¿Ahora qué haré?. Me cambio de ropa rápidamente por el kimono, mientras voy al baño y me lavo la cara y los dientes. Puedo tomar el carro.... Aunque tenía pensado mejor trotar hasta el dojo, dejar a Char practicando y devolverme. O devolvernos juntas. Pero con la lluvia todo se complica. No es que yo le tenga miedo a una pequeña lluvia, como mucho me mojaría. Pero Char sigue siendo una niña, es más propensa a agarrar un resfriado. Es más posible que ella se enferme si hacemos eso.

Pienso que lo mejor será preguntarle. Si ella acepta lo haremos. Si no, algo podré ingeniar. Tomo una chaqueta vieja y gastada que uso para días lluviosos. Salgo de mi cuarto y voy al de invitados. Obviamente, no sin antes colocarme los zapatos. Me devuelvo y me coloco los súper maltrechos tenis para correr. Toco suavemente en su puerta y me responde desde dentro.

- Pasa Alex.

- ¿Todo listo para ir?.- Inquiero mientras abro la puerta. Ella se estaba colocando unas gomas blancas. Lo único que pude pensar es en lo mucho que se iban a arruinar con una expresión contrariada. Ella asiente. - Escucha. Está empezando a llover, y yo honestamente no pienso que sea buena idea ir. ¿Todavía quieres hacer esto?.- Ella asiente, y yo suelto un suspiro.- Toma una chaqueta, al menos.- Le ordenó al ver que estaba planeando ir sin nada que la cubriera de la lluvia que amenazaba de volverse cada vez más pesada.

Bajamos las escaleras silenciosamente, intentando no despertar a nadie. Cuando llegamos cerca de la puerta principal lo recuerdo simultáneamente cuando sujeto la puerta con mi mano para abrirla. Mamá. Le dará un ataque cuando no me vea en cama. Aunque ella sabe que iré con Char a hacer ejercicio. Resuelvo que será mejor recordarle. Tomo una nota amarilla y escribo en ella: "Salí a trotar un poco con Char. Vuelvo en 30m. Son las 5:10. -AyC". Pego la nota en la puerta de la nevera y dejo la casa con la tela desgastada en forma de chaqueta en una mano. Me la coloco en un hábil movimiento y Char me imita con su chaquetita rosada. Salgo a paso rápido de la residencia. ¿Por qué darle la hora a Lily? Para que no fastidie luego.

She Is My Everything.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora