ꕥ Mayordomo, detallista ꕥ

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Omnisciente.

En una de las salas de estar, el menor de los Phantomhive observaba todos los presentes que su hermana había recibido en la mañana. Varios mensajeros trajeron cosas para ella.

— ¿Que es todo esto?

— Son regalos de Soma — contestó, apenada. Tomó una pequeña figura con la forma de un elefante y cerró sus ojos — A este paso, me voy a sentir muy mal si no me caso con él — se echó a reír, rascando la parte trasera de su nuca.

— Es un príncipe — le dijo su hermano, tomando una figura de cristal y poniéndola de vuelta a la mesa —, y te gustan las cosas caras.

— Me haces sonar muy superficial.

— ¿No lo eres? — la joven le miró mal — No tiene nada de malo.

— Yo creo que harían una muy linda pareja — agregó Maya, sonriendo.

— ¿Tú crees? Él me agrada mucho, pero... Además es menor que yo.

— Su padre también era un poco mayor que su madre, señorita. Son solo pocos años de diferencia, y el príncipe puede ser muy maduro cuando se lo propone.

— Huh... tienes razón.

Sebastian luchaba por no perder la cordura, entrecerrando uno de sus ojos mientras ponía una pequeña sonrisa. No estaría en considerándolo, ¿verdad? La señorita no podía casarse con Soma, porque si eso pasaba la apartarían de él.

¿O eso quería ella? ¿Deseaba un compromiso como Maya le había comentado antes? ¿Deseaba casarse y usar uno de esos vestidos blancos y pomposos?

Por primera vez, se molestó de tomar la forma de un mayordomo. ¿No pudo elegir un noble, o alguien de la aristocracia? Así podría estar con la mujer que amaba sin tener que ocultar sus sentimientos. Podría dejar de fingir amabilidad con los pretendientes de TN, o alegrarse cuando tocaban el tema de matrimonio.

— ¡Se ve tan bonita! — la voz de la morena le hizo volver a la realidad. Le estaba probando a su ama un collar de oro con incrustaciones de esmeralda.

— Creo que es algo... llamativo.

Por supuesto, él sabía que a la señorita le gustaban las cosas simples y elegantes. Algo tan grande y brillante no era de su agrado.

— ¿Y esta pulsera le gusta?

— Esa sí, está muy linda.

Primero, ayer que recibía cumplidos a diestra y siniestra de parte de los jóvenes nobles, y ahora, un príncipe le enviaba regalos y joyas. ¿La perdería? Lo que dijo Ciel fue cierto, ella gusta de cosas ostentosas y caras para demostrar su estatus, y lo máximo que puede ofrecer es compañía y una flor de vez en cuando.

— TN — suspira Ciel, echándole un vistazo a todos los presentes en la mesa —, te pido que lo consideres.

— ¿Me estás dando tu bendición? — soltó burlona.

— No. Soma es... un príncipe, y la gente... habla cosas muy estúpidas.

Para el menor tampoco era muy placentero forzar a TN a tomar una decisión. Pero para su edad, ella ya debería haberse casado, quizá incluso formado una familia. Soma le agradaba aunque fuese irritante y muy brusco, pero también sabía que le tenía un cariño sincero a su hermana. Simplemente amistad, pero dejaba que sus sentimientos se desbordaran al punto de pedirle matrimonio en más de una ocasión. Sabe que, si se casan, él la cuidaría tan bien así como Agni. Ambos la iban a procurar con su vida, y siempre buscarían hacerla sonreír a como de lugar.

𝕬𝖒𝖔𝖗 𝕸𝖔𝖗𝖙𝖎𝖋𝖊𝖗𝖚𝖒  //𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏 𝑴𝒊𝒄𝒉𝒂𝒆𝒍𝒊𝒔//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora