ꕥ Mucama, grita tus dudas ꕥ

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La mucama de la casa Trancy se dirigía a la biblioteca con TN, llevaba en el carrito de servicio té y unas galletas decoradas con glaseado rosa y blanco. Al igual que ayer, no se había separado de ella. No había que ser muy inteligente para notar la incomodidad que tenía con Claude.

Una vez, Alois les contó sobre ella (los trillizos escucharon de casualidad), una muchacha que acompañaba a una duquesa vestida de rojo, a él le había simpatizado, dijo que era « auténtica » y « genuina » a comparación de otros nobles que solo fingían amistad. Se habían conocido en evento de moda, pero hablaba de lo ansioso que estaba por ver a su amiga otra vez. Hannah se alegró por él, pues era su deseo verlo feliz.

No fue así, y ahora debía servirle a TN.

Una vez que la sirvienta entró, su ama sonrió ampliamente.

- He venido a servir su té, Moon Drop. - anunció.

- A la próxima podríamos cambiar, no me gusta.

La peliplata se detuvo, pensando en si servir el líquido o no.

- Deja las galletas.

- Como desee - hizo una pequeña reverencia -. Me esforzaré en encontrar algo que sea de su agrado.

- Hannah - le llamó -, tú jamás me mentirías, ¿verdad?

El repentino cambio de tema hizo que su cuerpo se tensara. No solo eso, si no que su voz también pareció agravarse.

- No.

- Entonces responde, ¿quién es el chico rubio de ojos azules? - no lo pensó mucho, y aunque la descripción fue vaga, la criada entreabrió sus ojos - Lo sabes, ¿no? No puedo recordar su nombre.

- Me temo que no se de quién habla, pero quizá Claude-

- No lo quiero a él - sacudió su cabeza -. ¿Es que tú tampoco puedes decirme?

- Mi lady, deseo poder ayudarla, pero no tengo esa información.

- Sabía que algo malo sucedía, ¡y ya no aguanto más! - susurró - Debes ayudarme. ¡Yo no pertenezco aquí!

- Me temo que por su bien, no puedo sacarla - le tomó de las manos -, pero podemos... hacer algo juntas, ¿qué le gusta hacer?

TN se soltó y se echó a reír, dejando a Hannah un tanto confusa.

- ¿Y qué, me dirás qué vas a hacerme compañía? - burló - Ah... porque eso ha servido de mucho - dijo sarcástica.

La morena agachó su cabeza. Se esperaba otra reacción, pero a la vez era comprensible que la joven se sintiera desesperada.

- Alois Trancy - musitó -, pero... su verdadero nombre era Jim McCain.

- ¿Qué era de mí?

- ... Su amigo. De hecho él la consideraba como su mejor amiga.

- Ya veo... - exhala, echando su cabeza para atrás - Y ahora estoy... ¿ocupando su lugar?

- De cierta manera.

- Eso es muy tétrico. Hannah, ¿me dices esto por qué...?

- ¿Usted lo pidió?

- Pero pudiste seguir mintiéndome. Como los trillizos.

Ella sacude su cabeza - Mi único deseo era verlo feliz, a salvo, y ni eso pude cumplir. No quisiera decir que es por culpa. Es que a usted le tenía mucho cariño, quiero hacerlo bien esta vez.

𝕬𝖒𝖔𝖗 𝕸𝖔𝖗𝖙𝖎𝖋𝖊𝖗𝖚𝖒  //𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏 𝑴𝒊𝒄𝒉𝒂𝒆𝒍𝒊𝒔//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora