Capítulo 29: La elegida

82 8 0
                                    

Los lóbregos tejados de Risco Rojo se vislumbraban tenuemente gracias a los débiles rayos del sol que se alzaban sobre el rojizo cielo matinal. El familiar sonido del agua descendiendo por la ladera de la montaña y el molino girando al compás del viento provocó en Elissa un extraño sentimiento de bienestar. Jamás había echado tanto de menos su hogar, y ahora que el castillo de Pináculo había desaparecido y el título de su familia era prácticamente una leyenda, el castillo del Arl Eamon era el único lugar en el que podía sentirse segura.

Los guardias de la entrada les recibieron con regocijo y palabras de agradecimiento, realizando reverencias y facilitando la entrada al castillo abriendo uno tras otro los portones principales. Elissa supuso entonces que las cenizas de Andraste habían hecho favorablemente su trabajo, de no ser así, las noticias de la muerte de Eamon habrían llegado a sus oídos nada más poner un pie en Risco Rojo.

La sala del trono estaba completamente iluminada y preparada para acoger a sus visitantes. A pesar de ser tan temprano, tanto el bann Teagan como el Arl Eamon estaban despiertos, vestidos con sus elegantes ropajes les recibieron con sendas sonrisas en el rostro. Elissa sintió como el cuerpo de Alistair se tensaba a su lado y apretaba con fuerza el collar plateado de su madre el cual llevaba desde hacía varios meses. Quizás, a pesar de saber que aquella situación debía suceder en un momento u otro, el reencuentro con Eamon era una ocasión difícil para él. ¿Cómo debía saludar al hombre que siendo apenas un niño lo había enviado a la Capilla para deshacerse de él?

Elissa observó el cansado rostro y las marcadas facciones de Eamon que a su vez la contemplaba con aire solemne. El Arl de su infancia era un hombre joven y cariñoso que jugaba con ella y le regalaba libros de su colección privada cuando Fergus la dejaba sola. Ahora, sin embargo, Eamon le recordaba a su padre, una persona seria y respetable que parecía sufrir en el más absoluto silencio. Las duras decisiones que hubieron de tomar en épocas difíciles les habían dado un aspecto mucho más envejecido del que realmente tenían. Eamon no podía ser muy mayor y a pesar de eso, su cabello era completamente plateado. Sus facciones, sin embargo, mostraban rastros de la juvenil belleza que, al igual que Teagan, antaño debían haber llamado la atención de más de una mujer casadera.

Eamon se levantó del trono en el que había permanecido sentado desde el comienzo y se aproximó a ellos lentamente. Sorprendentemente, sus pasos le llevaron hasta Alistair, que se removía inquieto mientras desviaba la mirada en todas direcciones. El Arl abrazó repentinamente al muchacho y lo sostuvo entre sus brazos durante un buen rato. Sin saber muy bien cómo reaccionar ante aquello, el joven correspondió al abrazo posando ambas manos torpemente sobre la espalda del hombre.

-Has crecido mucho, chico – Dijo el Arl separándose de Alistair y observándolo con una expresión de orgullo y cariño propia de un padre.

-Yo... Emm... Me alegro de veros mi señor – Aquellas palabras salieron de la boca del joven guarda a trompicones.

-Discúlpame Elissa, querida. Hacía muchos años que no veía a Alistar – Eamon fue entonces hacia la muchacha y la abrazó de igual forma que había hecho con Alistair – No puedo creer lo hermosa que te has vuelto. Aún recuerdo cuando correteabas por el castillo buscando orlesianos con los que pelear.

Elissa se sonrojó sutilmente ante aquel recuerdo de su infancia, pero sonrió con agrado al Arl. A pesar de la primera impresión que había tenido del hombre, Eamon seguía siendo el mismo hombre cariñoso y comprensivo de siempre.

-Me alegro de verle bien, mi señor – Saludó la joven – Confiaba en que mis compañeros llegaran a tiempo.

-Todo ha salido a la perfección – Teagan dio un paso al frente y besó la mano de Elissa – Tu compañera maga creó una poción de las cenizas de Andraste con la cual Eamon recuperó la conciencia al instante.

Dragon  Age: Nuestra historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora