CAPÍTULO 15

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Y los chicos estaban detrás de él. Parpadeé sin poder creer lo que veía, ¿cómo podían estar ahí? No se me ocurrió otra cosa que cerrar la puerta. Era imposible que ellos estuvieran allí, ¿verdad? Seguramente me lo había imaginado. Abie me preguntó desde el salón que quién había llamado a la puerta. Vale, no eran imaginaciones mías. Abrí la puerta de nuevo y allí estaban.

-No has cambiado nada -me soltó Ray riéndose al ver mi cara.

-Sólo hace unos días que me marché, no creo que haya tenido tiempo -le solté evitando mirar a Dylan.

-¿No nos vas a invitar a entrar? -me preguntó Tegan.

-Eh... Sí.... Claro -dije mientras me apartaba de la puerta. Ellos entraron y los guié al salón todavía en shock.

-¿Ya estás ligando, Sarah? -me preguntó Tegan mientras se sentaba al lado de Bryan y le psaba un brazo por los hombros y él se removió incómodo. Le fulminé con la mirada y retiró el brazo lentamente.

-¿Cómo estás? -me preguntó Axel mientras se acercaba a mí -. Me preocupé cuando no volví a ver en el instituto.

-Estoy bien -le dije mientras le abrazaba. No quería preocuparles cuando me fui, me comporté egoistamente y sólo pensé en mí. Nunca pensé que el irme afectaría a alguien además de mi madre, pensé mientras enterraba mi cabeza en su pecho. Ahora me sentía culpable-. Lo siento, lo siento. No quería preocuparos.

-Eh... No pasa nada -dijo mientras me separaba-. Lo entiendo, necesitabas tu espacio. Solo... Avisa la próxima vez -asentí y miré a Dylan, que evitaba mirarme. Estaba con la mirada perdida en la pared.

-Hola, soy Abie mejor amiga de Sarah. O eso espero -fingió fulminarme con la mirada. Estaba intentando liberar la tensión que reinaba en la sala.

-Y yo soy Bryan, exmejor amigo de Sarah y amigo en proceso -se presentó, rápidamente todos lo chicos desviaron la mirada hacia él. Mal hecho.

-¿Tú eres su exnovio? -le preguntó Ray y él se ruborizó.

-¿Tú eres el cabrón que le puso los cuernos? -habló Dylan por primera vez desde que había entrado-. ¿Cómo puedes estar tan jodidamente sentado ahí? -le soltó con hostilidad.

-Dylan, para -le advertí.

-Eh... Si tienes algún problema, me lo dices y ya. No hace falta insultar. Ni siquiera te conozco -soltó Bryan mientras se levanta y se ponía delante de él.

-No me conoces, pero si vas a conocer a mi puño -escupió mientras el daba un puñetazo en la boca de la que empezó a salirle sangre.

-¡¿Qué cojones te crees que haces, Dylan?!

-¡Eres un hijo de puta! -le insultó mientras me ignoraba.

-Se acabó -le agarré del brazo y lo arrastré hacia mi habitación-. ¿Se puede saber que diablos te pasa?

-Que diablos te pasa a ti Sarah. Te fuiste a la mínima de cambio. Dije en serio eso de que pensaba de que no eras de las que se rindieran tan fácilmente. Ni un puto mensaje, ni una puta llamada.

-Tú no sabes que es irte a un sitio para olvidar a alguien, que las personas de allí no hagan mas que recordártelo. Tú no sabes que es perder a alguien -le escupí furiosa.

-¡DEJA DE COMPORTARTE CÓMO SI TODO LO MALO TE PASARA A TI! NO ERES LA ÚNICA QUE HA PERDIDO A ALGUIEN SABES. ¡YO PERDÍ A MIS PADRES EN UN ACCIDENTE DE TRÁFICO! PERO ERES UNA EGOÍSTA QUE SÓLO PIENSA EN SÍ MISMA. Y SÓLO ERES UNA COBARDE QUE SE RINDE A LA MÍNIMA DE CAMBIO -me gritó furioso y salió de la habitación a grandes zancadas. Segundo más tarde escuché cómo la puerta principal se cerraba de un portazo. Pestañeé en estado de shock y corrí tras él.


No soy una damisela en apuros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora