No soy una damisela en apuros

CAPÍTULO 17

Le seguí el beso con urgencia. Realmente besaba bien y era adictivo. Nos separamos por falta de aire y pensé en lo que acababa de suceder. ¿Qué iba a pasar ahora? No quería que nuestra amistad se arruinara por este beso. Por mucho que me haya gustado. Y quiera volver a hacerlo. Le agarré a cara y le besé de nuevo. Alguien nos gritó que nos buscáramos un hotel y yo le saqué el dedo corazón. Noté que Dylan sonreía contra mis labios.

-Creo que deberíamos volver -susurré y él asintió.

El camino de vuelta fue incómodo. No sabíamos como actuar después de lo que acababa de pasar, ¿cómo se supone que debería hacerlo? No tenía ni idea. Al llegar a la puerta de mi casa me agarró del brazo.

-Lo siento mucho Sarah. No debería haberte besado -dijo mirándome a los ojos y noté cómo mi corazón daba un vuelco. No quería que se arrepintiese.

-Yo te seguí el beso -señalé.

-Seguramente fue por pura educación.

-Créeme, si no hubiera querido besarte no lo habría hecho -pensé en todos los instantes en los que había pensado en Dylan desde que lo conocí y la veces en las que había hablado de él. Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo mucho que me gustaba.

-Lo vuelves a hacer por educ... -ahora fui yo la que lo interrumpió besándolo. Él me siguió el beso lo instantáneamente. Noté algo duro contra mi espalda, ¿cuándo nos habíamos movido? Ni idea, pero eso era lo de menos en ese momento. Cuando me quedé sin aliento aproveché para mirarlo a los ojos que estaban mas negros de lo normal. No sabía si me iba a arrepentir de lo que iba a decir a continuación.

-Me gustas Dylan.

-Y tú también a mí también, Sarah. Siempre me has gustado -confesó, escuché como el barullo que había dentro de mi casa y suspiré.

-Será mejor que entremos -asintió y abría la puerta.

Al entrar en el salón vimos a Axel con una botella de Jack Daniel's bailando encima de la mesa gritando "¡Quién fuera cerdo para gustarle a ella!". Abbie estaba tapándose la cara con la mano sonriendo. Su animal favorito era el cerdo.

-Eh, Axel, relaja. Que eres un cerdo, pero no en el sentido animal -le gritó Ray guiñándole un ojo.