-¿Qué tal? ¿Como te encuentra?-Preguntaba a Elliot mientras me acercaba a el.
-Ahora que te veo, estoy mejor, hermosa.-Decía el con una sonrisa.-¿Vamos por un café?
La verdad es que me asustaba salir con Elliot a solas, ya que en nuestra ultima cita Esteban se metio y luego me beso, eso me gusto y gracias a todo eso estoy sintiendo algo especial por Esteban, o es eso o es que estoy enferma del estomago y muero por un baño.
No quería arruinarlo saliendo con otro, pero si lo pensaba bien había aceptado porque le diría a Elliot que me gustaba otra persona.
-Vamos, solo si tu pagas, claro.-El río y asintió con la cabeza
-Eres una aprovechadora, Sofía Kill.
-Nací para ello.-Guiñe el ojo con diversión.
Caminamos hacia la cafetería ya que el no tenía auto y estaba cerca para tomar un taxi.
Al llegar nos sentamos frente a frente, ordenamos dos Caramel Macchiato y unas galletas con mermelada en el centro.
-Bien, me dijiste que querías hablar conmigo, ¿Qué es lo que me tienes que decir?-Pregunto el dándole una probada su café y mirándome inquietante.
-Pues nosotros dos nunca fuimos nada.-Trague saliva, preguntándome si estaba escogiendo las palabras correctas.-Pero tú me dijiste lo que sentías por mi, y Elliot, es de verdad lindo saber que una persona te aprecia, y yo te aprecio, siento que eres una buena persona, puedes hacer grandes cosas y puedes conocer a grandes personas, yo te conocí y eres una gran persona, pero lamentablemente solo te veo como amigo, y la verdad es que comencé a sentir cosas por otro chico, que creo que también las siente por mi, pero yo quiero ser tu amiga...-Elliot me miraba y al final me miro con algo de tristeza, sin embargo, sonrío.
-Todo esta bien, Sofía, uno no puede obligar a alguien a sentir cosas, entiendo que no sientas nada por mi y tu sabes que me gustas, y no dejara de hacerlo por esto, pero si tu quieres solo ser mi amiga, seamos amigos.-Sonreí con alivio.
-Gracias por entenderlo.
Estuvimos unos 20 minutos mas sentados en la cafetería hablando de cosas normales, luego el me dejo en mi casa y allí, encontré a Esteban sentado en el sofá.
-¿Qué haces aquí?¿Y Sawyer?-Le pregunte, pensando en si había visto que Elliot paso a dejarme.
-Vine a verte y el esta en la cocina.-Respondió serio. Si, lo vio.-¿Que hacías con Elliot?
-Arreglaba las cosas.-Respondí neutra.
-¿Qué le dijiste?¿Son novios ya?-El seguía serio pero note una pizca de miedo en sus palabras. Reí.
-No Esteban no somos novios.-Con mi risa el se puso aún mas serio, pero en su voz se notaba el profundo alivio que sentía.
-Bien...¿Entonces que le dijiste?
-Pues le dije que había otra persona, que sentía algo por ella, y que entre el y yo solo habría amistad.-En ese instante ya estaba roja, sentía que mi cara explotaría.
-¿Te referiste a mi?-Pregunto, ahora el sonriendo.
Camine hacía el, mirando hacia el suelo, quede cerca de el pero mantuve una distancia prudente. Asentí lentamente, sin tener el valor de mirarlo, el se acerco mas a mi, con su mano levanto mi mentón, y me beso, lento, dulce.
-Quiero estar contigo, Sofía, quiero protegerte, enseñarte, que seas mía, ser tuyo, no dejar que nadie te haga sufrir, quiero estar en tu corazón, como tu has logrado llegar al mio, te pido que me dejes estar junto a ti.-Dijo el, al separarse un poco, mirándome directamente. Lo bese, esta vez yo.
-Quiero que estés junto a mi, sin importar nada, solo tú.-El volvió a besarme.
-Hmm.-Sawyer tocio falsamente desde la puerta de la cocina.-No hagan esto acá, chicos, soy muy sobre protector.-Dijo serio, mirando a Esteban. Yo reí y me aleje solo un poco de Esteban.
-Vuelve a la cocina, Sawyer.-Dije divertida.
-Solo no se sobre pasen...Estaré escuchando, si hacen algo, lo sabre.-Reí, Sawyer volvió a la cocina y yo volví a besar a Esteban, así hasta que llego la hora en la que tuvo que irse, pero ese, se volvió un día hermoso.
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¿Vampiros o Lobos?
VampiriLamente mucho la muerte de mi padre. Lloré semanas enteras por el, pero creí que ahí había acabado, que ya sólo sufriría por su pérdida, pero a futuro me di cuenta de que su muerte me traía algo más, ¿Quién iba a creer que la muerte de mi padre me t...