/•Cap.2•/

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Después del terremoto, la confusión lleno a la ciudad, quienes los habitantes ya hacían perplejos al ver como unos tanques y soldados se reunían en el centro de la gran plaza. Mientras que otros soldados obligaban a salir de las casas a los habitantes.

- ¡Atención habitantes!, ¡Estan en un serio peligro contra un experimento fallido!, ¡Deben evacuar la ciudad! ¡AHORA!. - gritó desde un megáfono un lobo de pelaje negro mientras hacia sonar la alarma de evacuación logrando el pánico en los habitantes para así tomar sus cosas y seguir rápidamente a unos soldados quiénes los guiaban a las afueras de la ciudad -.

- ¡Silver!. - grito su madre tomando al menor de la muñeca corriendo a casa donde ya hacia su hermano y unas maletas -.

- ¿Sonic?. - pregunto confundido al ver al azulado tomando algunas maletas -.

- Silver... - le entrega un pequeño bolso lleno de armas. - Hijo, están todos corriendo un grave peligro... Prometanme que estarán juntos, que se protegerán uno a otro. - pidió -.

- Mamá.... Lo prometo. - respondió con pena abrazando fuertemente a su madre. - Te amo mamá

- Y yo a ustedes... Ahora, corran. - finalizo abrazando a los menores con fuerza -.

Los hermanos tomaron las maletas, guardando la bolsa con armas para así, despedirse de su preciada madre la cual los cuido desde bebés, esperando algún día, verla otra vez.

La tierra temblaba constantemente, el cielo se oscurecía, el pánico seguía mientras los civiles buscaban como huir de la catástrofe.

*Dentro del monte*

- Jiji, taratataru~ tarutatura~. - canturreaba la pequeña niña mientras avanzaba a saltitos mientras iba por su compañero. - ¿Dónde estas?~. - pregunto con ironía abriendo una puerta encontrando una cápsula idéntica a la suya, dejando ver a un erizo azul marino quien dormitaba como un muerto. - A levantarse Exe~. - canturreo para, abrir la cápsula, despertando al erizo -.

La esclerótica de ambos ojos del erizo eran de un oscuro color negro mientras que sus pupilas destacaban un intenso color rojo como la sangre, seguidos de filosos colmillos que sobresalían de su boca.

El erizo miraba todo el paisaje como un bebé abriendo por primera vez sus ojos para finalmente mirar a la pequeña.

- Matar, matar, matar... Quiero jugar...... ¿Cuándo iremos a jugar?~. - pregunto impaciente -.

- ¡Jajaja!, paciencia, debemos ir a buscar a nuestros tontos compañeros. - rió para ir a saltitos por sus otros compañeros junto al erizo demoniaco. - Oye, vistamonos antes, me siento rara sin ropa :3. - dijo tiernamente dando saltitos viendo unas batas colocándose una lo suficiente para cubrirse y otra colocándosela al mayor -.

Era un juego para el par de erizos psicópatas, mientras cantaban una canción el erizo apuñalaba a todos con sus filosas garras con tanta facilidad como si se trataran de unas cuchillas.

- Vamos a jugar~. - canturreo el erizo mientras que, empapado de sangre abrió de una patada una puerta cortando el cuello de 3 trabajadores. - Tu turno, hazlos despertar. - dijo emocionado -.

La pequeña niña toma un gran martillo con picos a cada extremo golpeando dos cápsulas, dejando salir de esta a una ardilla de pelaje marrón claro, cabello castaño oscuro y ojos azules seguida por una equidna color naranja y de cabellos largos y lisos.

- Sally, Tikal... Andando, tenemos a personas con quienes jugar. - dijo la pequeña lanzándoles un par de batas para que se vistiesen -.

*Más tarde en las afueras del escondido laboratorio en el monte*

Entre la guerra y el amor [Cancelada]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora