/•Cap.15•/

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*En el laboratorio*

- ¡SE ACABÓ!, ¡HAGANLO AHORA!. - pidió furiosa la pequeña mientras se inyectaba con una jeringa parte del ADN del albino. - Así seremos invencibles

Y así, todos aquellos a los que habían despertado, repitieron el mismo proceso que la niña, logrando sentir el poder en ellos.

- Exe, ve y consigue más. - ordenó la pequeña aun herida -.

Sin rechistar, el azulado se dirigió con una fuente algo grande y profunda donde el albino, quien por su fallo, se encontraba encadenado de las muñecas y pies mientras que cada un par de horas recibía una fuerte descarga eléctrica para controlar sus poderes.

- E...Exe. - chilló feliz el albino intentando acercarse al nombrado sin éxito al estar encadenado. - Exe, quería verte... ¡AAAAAAAAH!. - gritó lleno de dolor al recibir una fuerte descarga eléctrica volviendo a mirar al azulado tembloroso. - Exe...., quería verte..... Y...y.... Decirte lo que..... Siento por ti......... Exe...... Y...yo te.... Amo. - dijo con dificultad -.

El azulado ya estaba consciente de los sentimientos del pequeño albino, solo quería asegurarse de que sus sospechas fueran ciertas. Pero en su mente corrompida no estaba en planes de corresponder sus sentimientos, pero también podría sacar provecho de ello. Solo tenía que aprovechar la oportunidad.

- Yo también.... Te amo. - respondió tiernamente. Tomó el mentón del albino para depositar un cálido beso en los labios del menor, saboreando cada rincón de su cavidad bucal -.

- Estoy.... Tan feliz. - sonrió el albino -.

- Y yo mi pequeño. - sonrió. - Pero ahora debo drenarte sangre, esto te dolerá un poco. - advirtió tomando una jeringa -.

- No importa, soportaré cualquier cosa por ti. - dijo decidido soportando el punzante dolor de la jeringa para comenzar lentamente a dormirse -.

- Pobre iluso, me darás el placer que necesité ahora que no encuentro a mi pirañita, luego cuando ya no seas útil para Rosy te mataré. - susurró para si mismo llenando la bandeja de sangre para llevarla donde la pequeña eriza rosa -.

*En casa*

La pena y la ira invadían a la felina al recordar como su amada había sido asesinada.

- Sabía que no podíamos confiar en la equidna. - gruñó furiosa la felina -.

- Blaze, sé como te sientes, ella era mi amiga, lamento mucho lo que estás pasando. Amy, siempre fue muy especial, siempre quiso verte feliz, anda, animaté, al menos intentalo por ella. - pidió el erizo verde intentando animar a su amiga -.

- ¿Y cómo mierda quieres que me animé?, acabó de perder a Amy, ¿Y tú quieres que me animé?. - preguntó furiosa -.

- Blaze basta, solo intentaba animarte. - lo excusó el albino -.

- Tú no te metas Silver. - agregó fría -.

- Con Silver no te metas. - advirtió el de vetas azul grisáceas levantándose del sofá colocándose en una posición de clara molestia y seriedad mientras miraba a la felina -.

- Ya no peleen, recuerda que Amy dio su vida para salvar a Scourge, Blaze, Amy era muy valiente y siempre hubiera hecho cualquier cosa por quienes ella quería. - intentó convencer el azulado -.

- ¡¿Y POR QUÉ ELLA MORIR?!, ¡¿POR QUÉ NO MORISTE TÚ?!. - gritó furiosa sin medir sus palabras -.

Aquellas frías palabras dejaron en un completo silencio a todos los presentes, hasta que la felina logró calmarse por cuenta propia, analizando sus palabras dándole a enterder lo mal que estuvo.

Entre la guerra y el amor [Cancelada]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora