— ¿Para esto nos querías?—pregunta Luna algo confundida mientras riega junto a Matteo el jardín de Ámbar. Según la rubia el jardinero fue apuñalado y no sabía a qué otros inútiles contratar. Luna lo hacía feliz de la vida y a Matteo un poco de guita le venía bien para pagar la terapia.
—Sí, son ideales para el trabajo; quizá los contrate permanentemente. —dice Ámbar mirándose las uñas.
—A todo esto, ¿el guitarrista no venía con nosotros?
—Ah, Simón. Sí, debe de andar por ahí. —lo que Matteo no se imaginaba es que su ausencia formaba parte de su plan infalible.
En la Mansión Balsano
— ¿Qué se le ofrece, joven?
—Soy Simón, ¡un gusto, viejecito!
El mayordomo ríe falsamente mientras maldice el día que acepto ese trabajo.
—El motivo de mi visita es buscar mi chamarra, se la preste a mi buen amigo Matteo pero el wuey aún no me la devolvió.
—Oh, y ¿cómo es su "chamarra"?
—No se moleste, don. Yo entro y la busco. —el mexicano intenta entrar pero el señor se lo impide.
—Sin ofender, usted apesta a heces; no imagino al señor Balsano juntándose con alguien de tu clase.
—Está bien, me voy, pero sepa que está ofendiendo a un humilde futuro dueño de una finca. —con esto dicho, Simón se larga a llorar, en rumbo a una esquina de vagabundos, solo ellos lo entienden.
Después de prender fuego un barril y tener una charla filosófica con otros indigentes...
—Buenas tardes, ¿qué se le—Oh, es usted una vez más.
—No sé de qué habla, yo soy Saimon, un ricachón más de este espléndido vecindario.
—Ajá, y entonces ¿por qué trae puesto un traje cinco talles más grande y huele a colonia barata?
—Me insulta, esta es la última moda en París; debería de viajar más, como lo hago yo, así se enteraría de este tipo de novedades.
—En realidad, estuve en Francia la semana pasada y su "novedad" son puras falacias.
—Ve que no sabe nada uste'. París no está en Francia, es la capital de Canada, la ciuda' más linda.
—Lo invito a usted y a su terrible desconocimiento de geografía a retirarse.
—Pero—el mayordomo no le da tiempo de concretar su queja y le cierra la puerta en la cara.
—La rubia me va a fajar por esto, esperemos que tenga compasión por mis futuros hijos con Luna y deje mi hombría intacta.
(...)—Uf, por fin llegando a casa luego de un arduo día de trabajo.
—Sí, estoy agotada. ¿Vamos a tu cuarto a garchar?
—Sí—espera, ¿qué hace Simón trepado en el balcón de mi habitación?
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Amando a un Vagabundo ➳ crack fic ✿
Humor❝ -Esta decidido, me voy a Argentina a seguir a Luna. Mi obsesión con ella no tiene límites, chavos. -Pero, ¿de qué vas a vivir? ¿dónde te vas a quedar? -Aún no lo sé, existe la posibilidad que tenga que ser un vagabundo...