Era una hermosa tarde de abril, los árboles recién comenzaban a cambiar el color de sus hojas, decorando así a la ciudad en tonos amarillos, verdes y rojos. Aún no hacía demasiado frío pero las colecciones de otoño ya habían sido lanzadas, por lo que Jazmín arrastro a Luna al shopping más cercano apenas se enteró de ello.
— ¡No puede ser! Amo este vestido pero Ámbar tiene uno básicamente igual, si me lo ve puesto me matara, dalo por hecho. Al menos, claro, que destruya el suyo, tengo un don para los incendios después de todo.
—Uhm, ¿Jazmín?
— ¿Sí, Luna?
—Sé que te apasiona comprar pero no entiendo que tiene esto de relación con la cosa importante con la que querías que te ayudara.
— ¿Qué cosa? Ah, ¡sí! Es que, pensé que este sería el lugar perfecto para charlarlo ya que en las tiendas de diseñador es donde me siento más cómoda, como tú en la pista.
—Creo entenderte, pues, ¿qué sucede?
—Pasa que estoy harta de ser el perrito faldero de Ámbar y quisiera saber si vos aceptarías ser mi títere, digo amiga.
—Oh, esa no me la vi venir. Pero sí, ¡por supuesto!
— ¡Genial, amiga!—dice la pelirroja con una gran sonrisa apretujando a Luna entre sus brazos—Ya que ahora somos amiguis, ¡es momento de tu cambio de look!
— ¿Mi cambio de—Jazmín no la deja terminar su interrogante arrastrándola fuera de esa tienda y adentrándose en una tan grande como las que pasan en ¡No Te Lo Pongas!, ¡por fin su momento de ser London y Clinton había llegado!
En la Mansión Perida
—Luna es de verdad todo lo que está bien en este bendito universo.
—Ajá—asiente Gastón mientras fabrica una muñeca vudú de la mexicana que su supuesto mejor amigo no puede dejar de mencionar.
—Hey, ¿qué haces con esa ropa de barbie multicolor? No me digas que durante tu tiempo m.i.a te volviste un coleccionista, ¡porque yo tamb—
—No, Matteo. No colecciono muñequitas, tan raro no soy.
—Uh, sí, rarísimo eso de coleccionarlas. Especialmente si tu colección sobrepasa el millón. —tose—Claro, yo no sabría de eso.
Gastón no lo escucha perdido en sus fantasías eróticas.
—Sí Matteo, yo también te quiero chupar la pija, no tenes que ocultarlo más. —Matteo abre los ojos como platos y no reacciona hasta que Gastón se le tira encima y se lo chapa.
— ¡GASTÓN! ¿QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO? ¡POR FAVOR DECIME QUE DEJASTE LAS DROGAS, YA MUCHOS EN TU FAMILIA HAN SUFRIDO SUS LETALES CONSECUENCIAS!
—Matteo, te voy a decir la verdad. No estoy drogado.
—Gracias Santo Simón, por tanto. —agradece el italiano poniéndose de rodillas.
— ¿Simón?
El ricachón vuelve a toser falsamente, en cualquier momento se enferma de verdad por tanto invocar la tos. —Olvídalo, entonces ¿por qué me besaste?
—Te tengo ganas desde que llegaste a Buenos Aires.
—Uh, Luna tenía razón. —llega a la conclusión Matteo frunciendo el seño ligeramente.
—Ahora que sabes esto, ¿puedo hacer un trío con ustedes?
—Bueno, creo que—antes de dar su aprobación, se ve interrumpido por una llamada y al ver de quien se trata, la pone en altavoz.
— ¿Luna?—dicen ambos chicos al mismo tiempo, el primero con intriga y el segundo con disgusto.
—Matteo, ¿viste que yo soy medio bruja y eso?—el italiano hace un sonido de afirmación—Bueno, resulta que soñé que decías que sí y me volvía a México. Ni idea en que se relacionan las dos cosas, ayer fume demasiada hierba. ¿Garchamos en diez?—Matteo acepta y corta la llamada.
—Gas, no es por menospreciar tu declaración de obsesión por mí pero el deber me llama.
—No hay drama, bro. —le resta importancia Gastón, despidiéndose sintiendo aún más motivación a terminar su muñeca vudú.
—Oh, Lunita. No sabes la que te espera. —murmura sonriente mientras sigue cosiendo cuidadosamente.
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Amando a un Vagabundo ➳ crack fic ✿
Humor❝ -Esta decidido, me voy a Argentina a seguir a Luna. Mi obsesión con ella no tiene límites, chavos. -Pero, ¿de qué vas a vivir? ¿dónde te vas a quedar? -Aún no lo sé, existe la posibilidad que tenga que ser un vagabundo...