5. Devuélveme la vida

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19 de diciembre de 2015

Virgencita del amor hermoso... ¡Qué dolor de cabeza! Ayer me pasé todo el día en la cama y ni con esas he recuperado fuerzas. Con cada año que se cumple, las resacas vienen con más ganas.

Me ducho y bajo al restaurante del hotel. Hoy no tengo ganas de salir a comer fuera.

Ya había bastante gente en el comedor pero consigo hacerme con una mesa libre.

- Buenas tardes, ¿en qué puedo servirle?- me pregunta un camarero que se ha acercado a mí mesa.

- No lo sé. ¿Tienen plato del día?- pregunto dudosa.

- Por supuesto, ¿quiere saber en qué consiste?

- No es necesario. Seguro me gustará- le digo sonriendo.

- De acuerdo- me sonríe de vuelta.- ¿Para beber?

- Agua, por favor.

- Muy bien- se marcha y al poco rato vuelve con mi agua.

Cuando me trae el primer plato, no tengo ni idea de lo que me ha servido y me explica que es Älplermagronen, una especie de gratinado de patatas, macarrones, queso, nata y cebollas. Lo pruebo y está delicioso. El segundo plato son un par de filetes de cordero con ensalada al lado. No pido postre. Una hojita de lechuga más y explotó aquí mismo.

Cuando termino, decido ir a dar un paseo. Termino en un gran parque y me siento en un banco a mirar a la gente paseando a sus perros. Aquí la vida es mucho más tranquila. Las personas amables y calmadas. Raro es oírles alzar la voz. El silencio sólo es interrumpido por las risas de niños jugando y corriendo por la zona.

De pronto, el sonido de mi teléfono interrumpe mis pensamientos.

- ¡Zanahoria!- el grito de mi hermana me hace separarme unos centímetros del teléfono- ¿Qué tengo que hacer para saber de usted, princesa Diana?

- Hola, Paula. Yo también te quiero.

- Corta el rollo. ¿Qué tal te va por la tierra del chocolate?

- De maravilla, la verdad. No hay mucho que hacer pero conocí a una chica en el hotel con la que salí hace un par de noches junto a sus amigos- le cuento.

- ¿Algún rubiazo suizo te llevó al huerto?

- ¡Paula!- ahora la que grita soy yo.- Nada hija, todos muy guapos pero demasiado amables para mí.

- Ya, a ti los que te llaman la atención son los malotes rompecorazones- me dice mi hermana.

- Será esa la razón de que esté sola- le digo dramatizando.

- Qué victimista eres, querida. Si estás sola es porque a ti te da la gana- me dice regañándome.

- ¿Qué tal están mi dos amores?- pregunto por mis sobrinos para dejar el tema.

- Volviéndome loca. No sé que voy a hacer cuando les den las vacaciones.

- Pero si son unos angelitos- le digo para picarla.

- ¡Já! No te lo crees ni tú- me dice.- ¿Sabes lo que me preguntó el otro día Pedrito?

- Sorpréndeme- digo esperando cualquier barbaridad de mi sobrino.

- Estaba viendo una serie de televisión en el salón y vino a la cocina y nos preguntó: " Mami, papi, ¿qué es ser virgen?"

- ¿Y qué le contasteis?- digo entre carcajadas.

- El cabrón de tu cuñado salió corriendo de la cocina y me dejó sola ante el peligro- dice indignada.- Me puse nerviosa y le acabé soltando un rollo sobre la Semana Santa.

Rocío y sus noviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora