26. Tocado y hundido

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- Señorita Callaghan, ¿a esto ha venido usted?- dice serio Gael di Rosi cruzándose de brazos.

- Lo siento, Señor- digo apurada.

No se me ocurre ninguna escusa que soltarle.

- Hermanito, ¿por qué no quitas esa cara de amargado y nos dejas vivir un rato?- sonríe Piero y yo le miro.

- ¿"Hermanito"?- pregunto incrédula.

- Sí- contesta Gael suspirando,- esas desgracias de la vida...

- ¡Oye!- grita Piero ofendido.

Gael comienza a reír a carcajada limpia. Creo que es la primera vez que le veo reír.

- ¿Con quién has dejado a Matteo?- cambia de tema Piero.

- Está con Luz.

- ¿Tu secretaria?- pregunta sorprendido.

- Sí. Comente que no tenía a nadie con quién dejarle y ella se ofreció. Además, Matteo y ella siempre se han llevado muy bien.

- Ese Matteo... ¿Es su hijo, señor?- pregunto tanteando el terreno. Quiero ver si puedo llevarme mejor con mi jefe.

- Sí- dice Gael orgulloso.

- Es el sobrino más guapo del mundo- me dice Piero con el mismo o quizá mayor orgullo que el del padre.

- Bueno, eso del sobrino más guapo habrá que verlo- le digo alzando una ceja y él ríe.

- Rocío- me dice Gael adquiriendo algo de seriedad.- Ha llegado el presidente de Tiziano- me pongo nerviosa.- En dos minutos vengo a por ti y te le presento- asiento poco convencida y él se marcha.

- ¿De qué iba eso?- me pregunta Piero.

- Una larga historia. Para resumir, si no le caigo bien al dueño de los Tiziano, estaré despedida en el acto- digo suspirando.

- ¿A ese viejo loco?- pregunta riendo.

- ¿Le conoces?- pregunto esperanzada.

- Sólo un poco, está como una cabra y tiene un humor de perros siempre.

-Joder, joder, joder... Estoy en el paro- digo moviéndome de un lado a otro.

- No dramatices, seguro que todo sale bien- dice Piero agarrándome por los hombros.

- ¡Rocío!- me llama Gael di Rosi y me vuelvo a tensar.

- Deséame suerte- le digo a Piero cruzando los dedos.

- Te deseo éxito, la suerte es para los mediocres- me hace sonreír como una estúpida y el se acerca a mí y besa mi frente.

Me separo y voy hacia Gael rezando a todos los Santos que conozco. Cuando llego, Gael está con un hombre de espaldas hacia a mí hablando con una mujer. La mujer se marcha y el hombre se gira hacia mí. Se me queda mirando frunciendo el ceño y yo estoy a punto de desmallarme.

- Marco, te presento a Rocío, una de mis empleadas en España- nos presenta Gael y el nombrado Marco sonríe y abre sus brazos.

- ¡Encantado, Señorita!- me da efusivamente dos besos y yo me quedo quieta como una roca.- Y dígame, ¿qué le ha traído por estas tierras?- me dice alegre. Puede que sea el hombre más alegre y simpático que haya conocido en toda mi vida.

Miro de reojo a Gael y veo como intenta esconder una sonrisa- ¡Qué cabrón! Y yo cagadita de miedo que estaba-.

- Si me disculpan, me reclaman en las mesas- dice educadamente Gael y se marcha.

°°°
Tras treinta y cinco minutos hablando con Marco, no me queda ninguna duda de que Gael me ha vacilado como nadie lo había hecho antes. Marco es realmente agradable. He hablado con él sobre el problema que me había traído hasta aquí y ha sido bastante comprensivo, dándonos otra oportunidad.

- ¿Interrumpo?- se acerca Piero pasándome su brazo derecho por mi cintura y besando mi sien.

- ¿Tú también engañaste a esta preciosa mujer en cuanto a mi mal humor?- pregunta alzando una ceja.

- Admítelo, Marco, ¡ha sido sublime!- dice Piero entusiasmado mientras Marco ríe negando con la cabeza.

- Señores, Señorita,- nos dice un camarero que se acerca a nosotros,- la cena va a ser servida. Pueden ir tomando asiento- y con eso se marcha.

- Ha sido un placer, Rocío- dice Marco inclinándose,- espero encontrarme pronto con usted.

- Lo mismo digo- le doy dos besos en las mejillas y se marcha a su mesa.

Piero y yo vamos a la nuestra, en la que también está Gael y otras personas que no conozco.

Nos sentamos y me fijo en que no hay ninguna mujer que parezca ser la pareja de Gael. Mi vena de "maruja de barrio" está on fire, así que preguntaré a Piero más tarde.

Los camareros se acercan a Gael y disimuladamente le preguntan si comienzan a servir la cena. Él asiente.
Comienzan trayéndonos un cóctel de gambas que tiene una pinta deliciosa. Cuando voy a coger el tenedor alguien habla.

- Buenas noches, siento el retraso Gael- el nombrado se levanta y abraza efusívamente al hombre.

Cuando se separan no puedo creer a quién tengo delante de mí.

- Michael- digo sin despegar los ojos de él.

- Rocío- desvía su mirada a mí y su sonrisa desaparece dando lugar a un gesto de sorpresa.

- ¿Os conocíais?- pregunta un Gael sonriente.

Si tú supieras...

Rocío y sus noviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora