2. La vida es una tómbola

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11 de diciembre de 2015

Tenía unas ganas tremendas de que me diesen vacaciones en el trabajo pero ahora no recuerdo el porqué.
Mis padres están en Edimburgo con la familia de mi padre. Mi hermana Paula en Barcelona con su marido Jordi y sus mellizos, Laura y Pedro. Y yo aquí, muerta del asco sin saber qué hacer.

Son las seis de la tarde. Voy a ver qué hace Luck, mi mastín de 7 años. Cuando le traje de la perrera a penas siendo un cachorro, nada más llegar a mi piso se adueñó por completo de la pequeña terraza. Me asomo y está durmiendo.

- ¡Vamos, Luck! ¡Arriba chico!- le digo entusiasmada y recibo un gruñido por su parte sin ni siquiera abrir sus ojos.- Maldito saco de pulgas. Como se nota que eres un mastín español... Más vago y no naces- le digo y vuelvo al salón.

Decido ver una película pero no recordaba que las pocas que tengo las dejé en casa de Mónica cuando discutió con Alfonso y quiso noche de chicas. Genial. Las únicas películas que tengo son las de Disney que guardo para cuando mis sobrinos vienen.

- "El rey león"... No, no quiero llorar; " Hércules"... Mi favorita, pero no me apetece ver dibujos animados; ¿"High School Musical"? Ésta no la conozco, pero no es de dibujos. ¡Esperemos que haya suerte!- digo mientras introduzco el disco en el reproductor de dvd.

Me tumbo en el sofá y doy al Play.

- Oh, pues es guapete el chaval- digo cuando sale el protagonista- Ah claro, ella es la típica empollona. Cliché everywhere- digo antes de meter un puñado de palomitas en mi boca.- ¡Hala, qué vergüenza! No canto yo en un karaoke ni aunque me paguen!- comienzo a reír con ganas.

Una hora después estoy enganchadísima a la película.

- Mira que eres zorra, Sharpey... ¡Falsa!- digo totalmente hipnotizada con lo que estoy viendo- ¡Hala, qué hijos de puta! ¿Cómo les podéis haber hecho eso a Troy y a Gabriella?- grito a la pantalla- Ay Dios mío, que lloro- digo cogiendo un pañuelo cuando suena Breaking free.- ¡Bravo! ¡Brava!- me levanto y empiezo a aplaudir cuando termina la película. ¿Cómo me puedo haber emocionado de esta forma con una película así?

Recojo el salón y me sorprendo a mí misma cuando me doy cuenta de que estoy tarareando las canciones de la película- qué imbécil soy-, pienso y sonrío mientras niego con la cabeza.

Voy a mi habitación, me tumbo en la cama y me quedo mirando al techo.

- "Rocío Callaghan Gómez, alias: La Zanahoria. Treinta y tres años, Licenciada en Marketing, habla tres idiomas y acaba de hacerse fan de una película Disney tipo Grease pero más cutre aún si cabe. Sin novio, sin hijos y ayer cuando fue a Zara tuvo que comprarse una talla más de pantalón de la que usaba." Seguro que con este anuncio en una página de contactos, los hombres se me tirarían al cuello.

Me quedo en silencio pensando en nada. Menuda mierda de vacaciones y menuda mierda de vida.

Cojo el ordenador y me lo pongo sobre los muslos. Empiezo a navegar por internet sin rumbo fijo.

- ¡Dios, cómo me aburro!

Decido poner la radio para entretenerme un poco. Estaba sonando una canción de Shakira cuando el locutor comienza a hablar.

- ¡Buenas noches, España! Son las 9, las 8 en Canarias. En breve procederemos con nuestro concurso semanal en el que podrás ganar un viaje a cualquier parte del mundo. Sólo tienes que llamar al siguiente número- dice el locutor de carrerilla y llama mi atención al instante.

- ¿A dónde es el viaje está semana, Nuria?

- Nada más y nada menos que a Suiza- dice una voz femenina.

- Así que ya sabes, si quieres ganar un viaje a Suiza by the face, sólo tienes que llamar y ser el primero al responder la siguiente pregunta: Si estuvieses cenando con un cantante internacional y te dijese que si no existieras, él te inventaría, ¿con quién estarías cenando?

- ¡Yo lo sé! ¡Lo sé!- grito como una loca mientras marco el número de la emisora rápidamente.

- Los teléfonos se abrirán en tres, dos, uno... ¡Ya!

Un tono, dos tonos... ¡Mierda! No lo he conseguido.

- Hola, buenas noches, ¿con quién tengo el placer de hablar?- dice el locutor y nadie contesta- ¿Hola?

- Hola...- digo probando suerte.

- ¡Hola! Al habla Jorge Ortíz del programa "Arriesgate" de Europa FM. ¿Con quién hablo?

- Con Rocío- respondo sin poder creer que hable conmigo.

- Encantado, Rocío. ¿Desde dónde nos llamas?

- Desde Madrid.

- Muy bien, Rocío. ¿Sabrías responder correctamente a la pregunta que he formulado?- dice con voz de expectación.

- ¡Por supuesto!- digo más animada- Estaría cenando con Luis Miguel.

- ¿Con Luis Miguel?- pregunta y de repente dudo de mi respuesta- Cuéntame Rocío, ¿tienes planes para estas Navidades?

- Pues no, la verdad.

- ¿Y qué te parecería tomar la uvas en Suiza?

- ¡Alucinante!- grito emocionada.

- Pues déjame decirte que estás de suerte porque... ¡La respuesta es correcta!- grita el locutor emocionado y más grito yo- No cuelgues que ahora producción tomará tus datos.

- Vale, muchísimas gracias. ¿Puedo saludar?

- Por supuesto- dice riendo el locutor ante mi efusividad.

- Bueno, pues saludo a todos los bastardos que me han dejado tirada en Navidad. ¡Me voy a Suiza, tetes!- digo eso y me pasan con producción donde toman mis datos y me informan sobre que el vuelo saldrá en dos días.

Y todo gracias a la obsesión de mi madre por Luis Miguel.

¡Por fin algo me sale bien!

13 de diciembre de 2015

Estoy en el aeropuerto ahora conocido como Adólfo Suárez Madrid-Barajas; vamos, el aeropuerto de Barajas de toda la vida de Dios. Entro por la puerta de embarque hasta que subo al avión y me coloco en mi asiento. Ginebra, prepárate porque, ¡allá voy!

Ayer llamé a mi amigo Nacho para ver si se podía quedar con Luck hasta que volviese de Suiza, cosa que a él no le importó.

Después de dos hora de vuelo, llego a mi destino. Bajo del avión y rezo para que Ryanair no haya perdido mis maletas. Finalmente, tengo suerte y las recupero. Cuando salgo del aeropuerto, me monto en el primer taxi que veo para que me lleve a mi hotel. Por el camino, disfruto de la belleza de las calles ginebrinas hasta llegar al Hotel NH Rex, estancia que corre a cargo de la emisora de radio- qué chollo-. El hotel es precioso, elegante y a la vez sencillo, decorado con tonos marrones y beiges. Hablo con recepción y me dan la llave de mi habitación. Subo por el ascensor y cuando llego a mi piso, me dirijo a mi puerta ataviada con mis maletas. Introduzco la llave por la cerradura, abro y entro.

- Wow... ¡Esto es una pasada!- digo dejando mis maletas y tirándome en la cama- Esto es el paraíso.

Son las ocho. En recepción me dijeron que si quería cenar en el restaurante del hotel, tenía hasta las nueve y media, así que decido bajar ya- malditos guiris y su manía de comer tan pronto-, maldigo para mis adentros.

Ceno, vuelvo a mi habitación y me doy una ducha. Cuando salgo son casi las diez y como estoy muy cansada, decido irme a dormir. Mañana será un día duro y necesitaré de toda mi energía para recorrer la ciudad.

Rocío y sus noviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora