~Narra Pablo~
En la cena se mantiene una gran tensión, aún no ha dado su paso a torcer para decirme todo lo que me debe contar, tampoco voy a insistir, ella ya es mayorcita para saber si cumple o no sus promesas. Cuando terminamos ambos de cenar se ofrece para recoger todo mientras yo me pongo el pijama, acepto, porque no tengo ganas de lavar a mano lo poco que hemos ensuciado.
En mi dormitorio, observo como mi cansancio de no haber dormido la otra noche se transparenta en mis ojeras y bolsas, suspiro, espero esta noche tener un mejor sueño o soñar con ella. Sonrío para mi mismo nada más pensarlo, me está gustando, cada vez un poco más y siento que esto como ninguno de los dos lo corte va a ir a más, aún así, lo que me tiene que confesar me preocupa bastante, la actitud de la conversación de antes me ha dejado confuso, sin saber en que pensar ya de ella. Con tranquilidad me pongo las prendas del pijama y me tumbo en mi cama, según su decisión, ella ha decidido dormir en el de invitados y por mucho que he insistido se ha negado.
Desfallezco en la cama y los ojos se me van cerrando hasta que la puerta se abre de golpe viendo borrosamente a una figura con ropa que le está un poco ancha y corta-Margot-murmuro ya somnoliento, estoy reventado y un poco más y estoy en el quinto sueño.
-¿No querías explicaciones?-apaga la luz de la habitación impidiéndome ver lo que hace.
Noto como mi cama se mueve y un bulto se acopla a mi lado rodeandome sus brazos el costado-Hagamos un trato-me coloco de lado para así poder fijarme en ella cuando mis ojos se acostumbren a la oscuridad.
-De acuerdo-escucho su respiración a centímetros de mi y mi corazón parece explotar.
-Sufro pérdidas de memoria-al escuchar las palabras, un nudo cierra mi esófago-Al levantarme no recuerdo que he hecho el día anterior.
-Empiezas de cero-con dificultad veo que asiente-¿Y cómo puedes vivir con eso?
-Viviendo.
-Y... ¿Si te enamoras?-murmuro con lágrimas en los ojos-¿Qué pasa si te llega algún día?
-Que pierda memoria no significa que pierda lo que sienta de una persona. Tal vez no me acuerde de ella pero al pasar a su lado seguiré poniéndome nerviosa, seguiré sintiendo descargas por mi cuerpo, como cuando veo a mi madre, si me olvido de ella no quiere decir que no la quiera-pero, saber, que si tal vez le gustase algún día no se acordaría del por qué siente eso ni de quien me destruye-Y respecto a mi escapada, necesitaba ver España y mi padre y hermano viven aquí-esta noticia me consuela al menos por si no estoy yo que tenga a más gente en Madrid.
-Aún así, tienes a tu madre preocupada...
-Serán solo unos días y ya dejaré de molestarte.
-Por mi, puedes quedarte para siempre.
-¿Y tú que hiciste?-me reprocha, yo callo porque fui el primero en equivocarse-Bueno ¿Y tú qué hacías ese día debajo del balcón de mi habitación?-resoplo, esa herida la tenía ya más que cerrada.
-Escapar de mis sentimientos por una chica.
-¡Y te topaste conmigo que soy peor!-bromea pero yo no me lo tomo como broma, fue la mejor casualidad.
-No fue un error conocerte.
La habitación se asume en un gran silencio y mis ojos poco a poco se van cerrando-¿Puedo quedarme?-asiento y antes de dormirme le doy un pequeño beso en la mejilla de buenas noches.
-Buenas noches princesa-aunque para mi no será una gran noche.~Narra Margot~
La melodía de una guitarra me despierta, doy vueltas por la cama sin sentir el calor de su cuerpo, incluso me estiro dentro de ella. Me da pereza levantarme, me da pereza enfrentarme a un nuevo día. Me levanto como puedo y en el espejo de pie me arreglo para no parecerle una loca con estos pelos. Abro la puerta y me lo encuentro en el sofá rozando las cuerdas de la guitarra y con un aspecto horrible de no haber dormido.
-Buenos días Pablito-se gira al oírme y con una sonrisa me indica que me ha preparado el desayuno-Gracias-digo cogiendo la taza de café.
-Te has acordado de mi-asombrada le doy la razón, me acuerdo de lo que hablamos ayer pero no de más, poco a poco.
-No me puedo olvidar de ti-sonríe por el cumplido y he de decirlo, me encanta la forma en que lo hace-¿Has dormido bien?
-La verdad es que no-me lo imaginaba, si es verlo y darse cuenta de lo mal que está.
-¿Por qué?-deja su guitarra y se acerca a mi para coger la otra taza de café y apoyarse en la encimera.
-Pensamientos, pesadillas...-resopla, lo tranquilizo acariciándole la espalda y cuando nuestros ojos de encuentran comenta-¿Qué planes tenemos hoy?
-Visitar a alguien. Puedo hacerlo yo sola, tú descansa.
-No te voy a dejar sola por Madrid, no me lo puedo permitir otra vez.
-¡Sé cuidarme sola!-me sulfura que me haya topado con otro como mi madre, tendré síndrome de Dory pero eso no afecta a que no sepa mirar el Maps.
-He dicho que no-su voz desafiante me da a entender que quien ha ganado la batalla es él.
-¡Cabezón!-intento darle un golpe en el brazo pero él me detiene atrayándome a su cuerpo.
-Cabezona...-murmura, estamos muy cerca, demasiado para mi gusto, apoya su cabeza en mi frente y poco a poco se acerca a mis labios pero se para en el momento que nuestras narices chocan-Estar a tu lado ya es soñar despierto, no necesito dormir más. ¿Vamos?-dice separándose, yo aún paralizada por el momento asiento porque no soy consciente de mi realidad tras ese fallido beso.
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Una taza de café en París
Fanfiction¿Amor o solo atracción? ¿Ilusión o fracaso? ¿Razón o desesperación? Pablo Alborán se meterá en un mundo lleno de secretos del que no podrá escapar ¿Quién ganará esta partida? ¿La inteligencia o el corazón?