Narra VanesaMe despierto por el irritable ruido que hace algún ser inhumano llamando a mi casa a las ocho de la mañana.
Me levanto chillando un audible: «¡Voy!» y bajo las escaleras mientras me peino un poco para no parecer una loca cuando abra la puerta.
Abro y me sorprendo al encontrarme a Malú, que lleva una bolsa con ella.
—¿Qué quieres? —digo con mi voz de recién levantada.
—Vine a desayunar aquí contigo. Claro, si quieres...
Sonrío a pesar de mi mal humor mañanero y la dejo pasar.
—¿Qué hay para desayunar?
—Unos gofres y unos pocos dulces. ¿Tú pones el café?
—Hecho.
Yo preparo el café mientras ella saca las cosas de la bolsa y la pone en los platos que le doy y nos vamos al salón a desayunar.
Dejo los platos en la mesa y, mientras que ella se sienta en el sofá, yo me siento en el suelo con los pies cruzados y mi espalda apoyada en el sofá.
Nos comemos en silencio los dulces y cuando pruebo los gofres la miro.
—Nunca he probado unos gofres tan ricos, ¿dónde los has comprado?
Se sonroja, y se ve tan malditamente tierna.
—En realidad los hice yo —se coloca un mechón de pelo detrás de la oreja y sonríe tímida.
—¿Sí? Pues entonces tendremos que desayunar juntas más a menudo —sonrío.
Ella me mira sorprendida pero sonríe ampliamente. Sus ojos brillan de una manera que da gusto admirar.
—¿Te apetece mañana en tu casa? Yo pongo la comida esta vez y tú te encargas del café.
Narra Malú
No puedo creer que me haya dicho eso, ¿realmente mañana volveré a desayunar con ella? Es como estar en un sueño.
—Me parece bien —sonrío de nuevo, eso me ha hecho tan feliz...
—Pues mañana a las ocho en tu casa.
Hago una mueca.
—¿Realmente me vas a hacer madrugar tanto?
—Oye, es justo. Tú me haces madrugar, pues yo te hago madrugar —se me guiña el ojo y después se ríe y yo me río con ella. Su risa es tan bonita...
Seguimos comiendo mientras hablamos de temas sin importancia hasta que miro la hora.
—Perdona, pero me tengo que ir.
—¿Por qué?
—Tengo que... —pienso en alguna excusa pero no encuentro ninguna, así que respiro hondo y continuo— Voy a ver a mi niña, ¿vienes?
—Bueno, no tengo nada que hacer, así que me tendrás que soportar otro rato —se ríe— Voy a cambiarme, espera aquí.
Se va y yo susurro:
—Te esperaría hasta en el fin del mundo...
La espero y cuando baja no puedo evitar mirarla.
Como siempre va guapísima.
—¿Vamos? —me dice.
—¡Claro! —le respondo animada.
Salimos de su casa y vamos en silencio, aunque de vez en cuando la miro sin poder evitarlo.
—Dime a dónde vamos anda.
Niego con la cabeza.
—Es una sorpresa, aunque ya queda poco, solo unas calles más.
En lo que queda de camino retomamos la conversación que dejamos a medias en su casa y cuando llegamos sonrío.
—Te encantará —le digo.
Entramos y, como siempre, saludo a Eli, que es la chica que suele estar los domingos aquí.
—¡Hola, Eli! —le saludo alegre— Esta es Vanesa, mi... mi amiga. Vane, esta es El, trabaja aquí.
—¡Hola! —dice Eli dándole dos besos y un abrazo, ella es muy cariñosa.
—Hola —dice Vane.
Eli me da un abrazo a mí también y me susurra:
—Ya era hora de que nos presentases a alguien.
Le doy un pequeño golpe mientras siento como me sonrojo.
—Bueno, Vanesa, me alegro de que hayas venido. Eres la primera persona que viene con ella.
—¿En serio? —dice mirándome.
—Sí, bueno, es mi pequeño secreto. Tengo a una persona secuestrada aquí y no me gusta que la gente se entere, ya sabes, tendría problemas —bromeo riéndome.
—Tonta —dice Vanesa riéndose también.
—Bueno, Eli, ¿le enseñamos mi pequeño secreto?
—¡Claro! Venid conmigo.
Eli nos lleva por unos pasillos que yo ya conozco y veo a Vane ir mirando a todos los perros, gatos y demás animales que hay aquí.
—Verás, aquí cogen los animales que han sido abandonados o maltratados y los cuidan y curan en caso de que tengan heridas. Suelo ayudar a curar a algunos animales en mis ratos libres —le explico a Vane.
—¿Y qué hacemos aquí?
Sonrío.
—Ahora lo verás.
Eli nos para y nos da las batas.
—Os podéis cambiar aquí.
Eli nos lleva al baño y Vane y yo entramos.
—No mires que te conozco —me dice Vanesa dándome la espalda.
Me río y me doy la vuelta cambiándome yo también. Cuando salimos Eli nos lleva hacia mi pequeña.
Eli nos abre la puerta y mi pequeña salta encima de mí haciendo que caiga al suelo con ella encima de mí.
—¡Hola, pequeña! —digo acariciándola.
Ella ladra y yo sonrío.
—Danka, esta es Vane —me río y le digo con gestos a Vanesa que se acerque.
Lo hace y Danka salta encima de ella como si la conociese.
—Qué raro... Danka no suele ser tan confiada con la gente que no conoce, ¿verdad, Malú? —me dice Eli y yo asiento.
La única posibilidad que hay es que... No. Vanesa no es la chica que me ayudó a cuidar a Danka... Ella no es la chica con la otra mitad de la piedra... No puede ser eso... ¿O sí?
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Valú:¿Enemigas? [PAUSADA]
FanfictionPor una parte estaba Malú. Una de las chicas más populares de todo el instituto. Ella y su pandilla, tenían como costumbre molestar a Camila Cabello, a Ally Brooke y a Lucy Vives. Por otra parte estaba Vanesa Martín. La chica más inteligente de su a...